Una veintena de instituciones políticas, gremiales y sociales de la ciudad de Santa Fe comenzaron a debatir sobre la necesidad de generar políticas públicas que ayuden, por lo menos en el aquí y ahora, a terminar con el hambre. Saben que la raíz del problema es la pobreza y están convencidos que para mejorar los niveles de inclusión ciudadana es necesario atacar por múltiples lados a los desórdenes distributivos de la renta. Mientras tanto, no quieren que ningún chico se quede sin comer.
Es precisamente en ese marco de contrastes que tiene la ciudad capital –desde hace varios años– que 7 de cada 10 pibes que tienen menos de 18 años viven bajo la ecuación matemática que marca quién es pobre y quién no. Sin embargo la realidad es mucho más dura que lo que dicen los números, fuera de los altos índices de criminalidad, de violencia urbana y de delitos contra la propiedad, que devuelven la imagen que varias generaciones de burócratas ayudaron a construir y de la que ninguno de ellos se hace cargo.
Para que la herencia recibida no sea excusa de nadie, y aun reconociendo las lógicas con las que se gobernó la provincia y la ciudad desde el regreso de la democracia, la Mesa de Infancia de Santa Fe elaboró un documento que pretende ser la base de una discusión integral para la “búsqueda creativa y colectiva de estrategias de acción” y para, además, “demandar soluciones a quienes tienen responsabilidad directa de las mismas”.
La idea es abrir las discusiones a toda la comunidad pero, fundamentalmente, conseguir que el gobierno provincial aporte soluciones. Además, ya están organizando una gran marcha por los barrios del oeste en la semana del Día del Niño, en agosto, la cual recorrerá toda la zona inundada de la ciudad durante ese sábado y domingo, para llegar al lunes con una concentración masiva frente a la Plaza 25 de Mayo.
“Hay dinero, hay reservas y no podemos seguir esperando políticas públicas y reales. Que en una provincia tan rica como lo es Santa Fe haya hambre es vergonzoso”, dijo Luciano Candioti, de la Asociación Juanito Laguna, y propuso que el Poder Ejecutivo santafesino instaure una Asignación Universal para que los chicos coman. Asimismo, pretenden que las autoridades trabajen en garantizar salud, educación, vivienda y trabajo a las familias de los chicos en situación de riesgo.
Según el militante social, el documento servirá para comenzar a “visibilizar” los problemas que tienen los niños, adolescentes y jóvenes santafesinos de los sectores más marginados de la ciudad. En tanto, Mirta Bustich, de Acción Educativa, pretende “que la gente que está trabajando en los barrios con los chicos se sume a la mesa para entre todos construir elementos y propuestas” desde las experiencias adquiridas, con la intención de “aportar a la construcción de una ley para la infancia y de políticas públicas”.
DE LA PALABRA A LA ACCIÓN. En el documento hay casi una decena de exigencias al gobierno de Hermes Binner, entre ellas, que se apliquen acciones “universales, integrales y participativas que den cumplimiento efectivo de la Convención Internacional de los Derechos del Niño y a la Ley Nacional de Protección Integral de los Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes (Nº 26.061)”, además de la sanción de ley provincial para adecuarse a esta norma.
“El propio intendente (Mario) Barletta reconoció que el 50 por ciento de chicos menores de 14 años vive bajo la línea de pobreza. Si a ese dato nosotros le agregamos a aquellos que tienen entre 14 y 18 años, el 70 por ciento de los pibes de Santa Fe son pobres”, manifestó la vecina de Barrio Chalet e integrante de la Carpa Negra, María Claudia Albornoz, y recordó que “detrás de cada chico de la calle hay un padre desocupado”. Por eso, se exige que el Estado cree “trabajo digno para padres, ma-dres o adultos del grupo familiar”.
“Para los y las abrepuertas de autos, limpiadores de parabrisas, malabaristas a los apurones o vendedores de chucherías; rubios, morenas, descalzos, vestidas; de día, a la madrugada, con frío, con mucho calor, la calle se ha convertido en lugar de trabajo, dormitorio y comedor. Son niños, niñas, adolescentes y jóvenes víctimas de trata de blanca, de abuso sexual, de golpes, de ser levantados por averiguación de antecedentes, de discriminación y tantos otros modos de violencia que desnudan las formas de criminalizar la pobreza”, enfatiza el documento.
En ese sentido, los requerimientos al gobierno son que cese toda intervención policial con los menores de edad y que se “cierren los institutos o lugares de detención de niños, niñas y adolescentes” porque “sostienen y profundizan la desigualdad y la estigmatización” en la que muchos han crecido.
Luciano Candioti remarcó que hasta ahora las autoridades provinciales no aportaron ni políticas de infancia ni plata para ponerse a trabajar y reclamó “que dejen de echarle la culpa a los 24 años de gobiernos justicialistas”.
Con respecto a la movilización por el cordón oeste de la ciudad, en agosto próximo, el dirigente social explicó: “Es para hacer visible la problemática de la infancia, para que los santafesinos tomen conciencia que ese problema existe” y también para mostrar que “todavía no cicatrizaron las heridas que abrió el río Salado”.
Por su parte, una de las integrantes del Centro de Permanencia Transitoria El Refugio, Patricia Rossiani, dijo a Pausa que la Mesa de Infancia de Santa Fe es el encuentro de una multiplicidad de sectores que agrupan a organizaciones de la sociedad civil y personal que trabaja dentro del Estado en pos de los chicos. En ese marco, sostuvo que la idea es “ofrecer algunas estrategias de trabajo para repensar lo que se viene haciendo desde las prácticas cotidianas de cada organización” y, entre otras cosas, llegar a tener una posición formada acerca de la nueva ley nacional de Protección Integral de la Infancia, que viene a derogar la de Patronato, además de conseguir la adhesión institucional de la provincia de Santa Fe a dicha norma.
PRINCIPIOS BÁSICOS. Para la Mesa de Infancia “es insostenible seguir permitiendo que haya niños y niñas sin niñez, sin derecho a una familia, a un nombre, a educarse, a un techo, a un abrigo, a un alimento, a vivir sano”. Por eso advirtieron que tanto la sociedad como el Estado deben hacerse cargo de “revertir la situación de pobreza que vive la mayor parte de nuestra sociedad y asumir el compromiso de construir una cultura que considere a las personas menores de 18 años como sujetos de derecho y políticos”.
“Porque en nuestro país no faltan ni alimentos –afirma el documento constitutivo del sector–, ni platos, ni madres, ni médicos, ni maestros, falta en cambio la voluntad política, la imaginación institucional, la comprensión cultural y las ganas de construir una sociedad de semejantes que asegure a nuestros hijos las oportunidades vitales para que puedan crecer con dignidad”.
Por último, más allá de las acciones a mediano y largo plazo que se puedan aplicar para paliar los efectos de la pobreza y lograr que los chicos vuelvan a sentarse a la mesa en familia, las entidades firmantes sentenciaron: “Recordemos que estamos hablando de sujetos (los chicos) que están construyendo su identidad y que los tiempos de la infancia no permiten la eterna dilación”.
“Vivimos en una ciudad que es el espejo de las contradicciones del país. Está situada en una provincia que genera riquezas extraordinarias a través de la abundancia y diversidad de sus recursos y de las empresas radicadas en su territorio; contradictoriamente, presenta índices de pobreza alarmantes”. (Un fragmento de lo expuesto durante la presentación de la iniciativa. Las instituciones que intervienen son Juanito Laguna, CCC, MTL, Manzanas Solidarias, la Vecinal de Barrio Chalet, el Centro de Salud de Barrio Chalet, la revista La Búsqueda, trabajadores de El Refugio, el grupo Juan XXIII, el Grupo La Vuelta del Paraguayo, Acción Educativa, CTA, la Agrupación 29 de Abril, el Servicio de Salud Mental del Hospital Mira y López, Madres de Plaza de Mayo de Santa Fe y la escuela Monseñor Zaspe).
Publicado en Pausa #2, 23 de mayo de 2008.
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