Los memoriosos recordarán un capítulo que tiene muchos puntos de contacto con la forma en que el Estado había previsto el manejo de un eventual crisis, vulgo: inundación. En Springfield hubo una vez un sobrante en caja y como de la nada apareció un vendedor de monorrieles, que una vez concretado el negocio se borró. Algo parecido ocurrió en las tierras del alfajor y la cerveza; los memoriosos quizá recuerden a un personaje que llegó de Venezuela (no, no hablamos de Antonini Wilson, aunque también hubo valijas de por medio) con una idea para vender: el famoso Plan de Contingencia. El fulano, Pedro Zuccarini su nombre, también se borró. Y, como el monorriel simpsoniano, su plan no sirvió para nada. Otro buzón, y van...
Publicado en Pausa #2, 23 de mayo de 2008.
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