Las tierras de los aborígenes en conflicto.
Hacia mediados de año, el Concejo Municipal de Recreo reflotó una vieja idea del senador Juan Carlos Mercier y puso en marcha un proceso que, auque fracasó finalmente, bastó para dejar entrever que hay heridas que son difíciles de cerrar. En este caso, una herida que lleva abierta más de cinco siglos.
El conflicto empezó con un llamado a consulta popular impulsado por el cuerpo deliberativo de la vecina ciudad, siguió con el rechazo de vastos sectores sociales y políticos y acabó sepultado por disposición del Ejecutivo provincial. Había en juego 180 hectáreas de un predio de 327, propiedad de la comunidad Mocoví de Recreo.
El 7 de julio el Concejo de la vecina localidad había sancionado una ordenanza que disponía la realización de una consulta popular para que los vecinos elijan si esas 180 hectáreas debían seguir en manos de la comunidad Com Caia (en mocoví, “somos hermanos”) o destinarse a un parque industrial.
Ese era el objetivo de un proyecto impulsado, dos años atrás, por Mercier. La consulta nunca llegó a realizarse: la Municipalidad de Recreo la suspendió luego de que el Inadi denunciara que detrás de la movida se escondía un claro acto de discriminación. También el gobierno tomó nota y apuró la regularización de la propiedad de las tierras. En los últimos días de agosto se hizo la entrega oficial; por esa fecha la comunidad mocoví celebraba el año nuevo número 7410.
La demora en el cumplimiento de un viejo derecho (la ley 12.086, que determina la propiedad de los terrenos, es de 2002) no hizo mella en el ánimo de los mocovíes, que saludaron la decisión oficial. “Significa un acto de justicia”, les respondió el gobernador Hermes Binner en el acto de entrega. “Cada vez los sentimos más hermanos, cada vez más santafesinos”.Un problema parecido emergió entonces en el norte provincial. “Hay gente que actúa como si estuviéramos en la época feudal”, disparó el ministro Bonfatti. Aludía a la ocupación de tierras aborígenes por parte de terratenientes en Garabato, Fortín Olmos y El Toba. La Fiscalía de Estado intervino y recuperó para las comunidades originarias un poco de las tierras que, alguna vez, fueron de nadie: o sea, de todos.
Publicado en Pausa #31, 12 de diciembre de 2008.
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