Diversos mecanismos de participación ciudadana se pusieron en marcha desde las esferas oficiales locales.
Si se tratara de una lección hacia la ciudadanía estaría más que aprendida y aprobada con una muy buena calificación: “la participación es un pilar de la pluralidad, de la capacidad de decisión y de la inclusión”.
Este año, tanto en la provincia como en la ciudad, se pusieron en marcha nuevos procesos que garantizan, o al menos habilitan, la incorporación de la opinión ciudadana. Por cierto, algunos de ellos poseen una impronta más inclusiva que otros. Se trata de las Asambleas Ciudadanas (en los cinco nodos en los que fue dividida la provincia), la Sesión Barrial en una escuela (por primera vez en la historia del Concejo Municipal santafesino, el cuerpo salió de su recinto), la Audiencia Pública (también estrenada en el marco de una discusión sin precedentes sobre el transporte público) y el Presupuesto Participativo (que ya tiene tres experiencias: Alto Verde, Nuevo Horizonte y Las Flores, impulsadas por el Ejecutivo Municipal).
Estos fueron los mecanismos que encontraron a la ciudadanía ávida de decir, involucrarse y ser atendida en sus problemas coyunturales y estructurales, nuevos y añejos. Los vecinos –a través de estos actos– manifestaron de forma contundente la necesidad de ser escuchados e incluidos en los debates y las decisiones.
Salvo la Audiencia Pública, el resto de los dispositivos se desarrolló en escuelas públicas. Como un modo de apoyo a la educación, estos ámbitos resultaron clave como escenario y, también, sirvieron para ensayar sanas costumbres cívicas con el alumnado, que en sobradas ocasiones respondió con creces. En el caso de la Sesión Barrial desarrollada en la Escuela nº 619 Julio Bello, “los chicos fueron los motores de toda la participación”, según la directora del establecimiento, Rosa Lezcano.
Un diagnóstico coincidente en todas las experiencias fue la falta de costumbre participativa. Sin embargo, el ímpetu de los ciudadanos para involucrarse, así sea a los ponchazos, pudo suplirlo. “La gente no está acostumbrada a este tipo de mecanismos, formas de trabajar y de participar con otros vecinos, en grupo o en comisiones, nos falta un poco de experiencia. En las asambleas esperábamos un poco más de gente, pero por diferentes motivos no se pudo acercar”, fue una de las conclusiones de Alejandro Scandroli, dirigente barrial de Nuevo Horizonte. Seguramente, la curiosidad y el interés habrán sido parte de la movilización de quienes participaron. La práctica cívica, con una fuerte impronta principiante, no estuvo ausente sino que fue bienvenida en todos los ámbitos de discusión, con el objetivo de construir pluralidad a través del diálogo. “Los invito a soñar, a ponerle nombre y apellido a los proyectos”, se había animado a decir el ministro de Gobierno y Reforma del Estado, Antonio Bonfatti, en ocasión de la segunda Asamblea Ciudadana en Santa Fe.
En todos los procesos, los participantes reconocieron la posibilidad brindada para expresarse. “Está bien participar, sino después no podés quejarte”, se escuchó en la Audiencia Pública por el transporte, cuya mezcla entre protestas y proposiciones fue notoria y llamativa. “La idea es que en este espacio de participación el vecino construya ciudadanía, aporte una mirada estratégica y urbana que sirva para el desarrollo del barrio”, afirmó Jorge Henn, presidente del Concejo Municipal, en referencia a la Sesión Barrial.
A las claras está que la ciudadanía no sólo quiere participar sino también decidir. De hecho, una de las mayores quejas en la Audiencia Pública fue su carácter de no vinculante; la junta, que duró casi seis horas, tuvo como objeto debatir acerca de los colectivos en la ciudad.
La actual gestión provincial dejó en claro que lo que busca es material resultante de las asambleas para nutrir el Plan Estratégico Provincial. Los funcionarios expresaron que es un proceso largo. Los ciudadanos aceptaron participar, pero dejaron en claro también que hay necesidades urgentes y que van por sus soluciones. “Cuanta más gente participe es más amplio el consenso que podemos garantizar”, dijo en un primer momento Mónica Bifarello, secretaria de Regiones, Municipios y Comunas de la provincia.
Ni la participación concreta, ni el ánimo que la motiva, están en duda para cualquiera de estos actos que ponen a prueba o de manifiesto (depende del cristal con que se observe) la simpatía del ciudadano hacia el debate de temas que lo persiguen en su cotidianidad.
El viejo formato cede espacio a las nuevas presentaciones, la representación invita ahora a la participación, los viejos edificios prestan el escenario de las discusiones a las escuelas, los temas (al menos, algunos de ellos) ya no se discuten totalmente entre cuatro paredes. Los ciudadanos santafesinos comprenden perfectamente la diferencia entre participar libremente y quedarse fuera de la discusión por no aprovechar el turno de la palabra. Depende de la voluntad de cada uno.
Publicado en Pausa #31, 12 de diciembre de 2008.
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