Tuvieron que pasar más de tres décadas para que la Justicia comience a afrontar sus deudas. Los militares que ejecutaron el golpe de Estado en Santa Fe están siendo investigados y una nueva causa está en marcha, producto de la unificación de una quincena de denuncias. En total, hay 54 delitos –cometidos entre 1976 y 1983– bajo la lupa del juez federal Reinaldo Rodríguez, quien el pasado 28 de septiembre firmó una resolución por la cual ordenó indagatorias a 14 personas, 12 de las cuales están detenidas. Entre ellos se destaca la figura de José María González (foto), jefe del Área 212 entre de 1974 y 1976 y ejecutor del golpe de Estado en Santa Fe, que 1976 derrocó al gobernador Carlos Sylvestre Begnis y dejó inaugurada en la provincia la etapa más oscura de su historia. Además, otros nueve ex militares, tres ex policías y un ex juez de menores aparecen involucrados en los hechos investigados.
Rodríguez hizo lugar a un pedido de los fiscales Cintia Gómez y José Ignacio Candioti y, diez días atrás, firmó la resolución 18/09, cuya carátula es: “Investigación delitos de lesa humanidad. Hechos ocurridos entre los años 1976 y 1983”. Allí el juez sostiene que los 14 imputados “resultan penalmente responsables” de los delitos en investigación y agrega: “Sus conductas configuran delitos de lesa humanidad en el marco del derecho internacional y deben ser reprimidas de acuerdo a las disposiciones del Código Penal”. La acusación incluye 28 homicidios, 18 casos de desaparición forzada, cuatro de privación ilegítima de la libertad, tormentos, falsedad de documento público y supresión de identidad de una menor, por cuya adopción irregular serán indagados el ex juez Luis María Vera Candioti y el ex militar Carlos Pavón.
Los otros imputados son Juan Orlando Rolón –sucesor se González al frente del Área 212 del Ejército–; Adolfo Ernesto Álvarez –jefe de la Plana Mayor, hoy reside en la ciudad de Buenos Aires–; Domingo Morales –ex mayor del Ejército, número tres del Destacamento de Inteligencia, vive en Pergamino–; Carlos Alberto Settel –general de brigada, subjefe del centro clandestino de detención que funcionó en la Jefatura del Batallón de Comunicaciones del Comando 121 de Rosario, con domicilio en Buenos Aires–; Domingo Marcellini –jefe del Destacamento de Inteligencia, con prisión domiciliaria en Mendoza–; Jorge Roberto Diab –subjefe de Inteligencia, involucrado además en el traslado de 10 presas políticas al centro clandestino de torturas “La Casita”, en Santo Tomé–; Roberto Pedro Arrieta –jefe del Distrito Militar, en cuyas instalaciones funcionaba además el Destacamento de Inteligencia; Mario Carmelo Ferger –que se desempeñó en los cuarteles de Santo Tomé– y tres ex policías que están procesados en la llamada Causa Brusa: Mario Facino –jefe de la Comisaría Cuarta–, Juan Calixto Perizzotti –jefe de la Guardia de Infantería Reforzada– y Héctor Colombini.
La “megacausa” abierta por Rodríguez –llamada así en virtud de la magnitud de la investigación– es el primer avance serio en la historia reciente de la provincia en materia de derechos humanos. El trabajo de los organismos de derechos humanos y las denuncias de las víctimas sobrevivientes y de sus familiares comienza a dar frutos. La unificación de quince expedientes obedece a un repetido pedido de los denunciantes, cuyo objetivo es avanzar sobre los represores y al mismo tiempo aunar los procesos, de modo que testigos y sobrevivientes no tengan que declarar, una y otra vez, lo mismo. No sólo se busca evitar las consecuencias psicológicas propias de la repetición y el recuerdo de hechos tan traumáticos: también la mera sobreexposición pública.
Quizá el detalle más saliente de esta megacausa sea que, por primera vez, la Justicia resuelve indagar a los sospechosos de haber cometido los delitos de homicidio y desaparición forzada. En el juicio por la Causa Brusa, cuyas audiencias comenzaron el 1º de septiembre, se investigan los delitos de tormentos y privación ilegítima de la libertad. Los seis acusados –el ex juez federal Víctor Hermes Brusa y los ex policías Facino, Perizzotti, Colombini, María Eva Aebi y Eduardo Ramos– están procesados, también, en una causa por asociación ilícita, junto a Rolón y Marcellini: procesamientos que fueron ratificados en agosto por la Cámara Federal de Apelaciones. La otra causa cuyo juicio estaba previsto para este año sigue demorada por planteos de la defensa. En ella está acusado Horacio Américo Barcos –ex agente de Inteligencia–, quien usaba como pantalla para actuar la obra social de la Uocra, donde era empleado. Está acusado de secuestrar y torturar a una pareja en 1978.
Ferger, Diab, Arrieta, Morales, González y Settel ya declararon ante Rodríguez y están alojados en el pabellón especial de la cárcel de Las Flores, reservado para imputados en crímenes de lesa humanidad. Todos pasaron los 70 años; en breve obtendrán el beneficio de la prisión domiciliaria. Todos oyeron la acusación, cuya lectura demanda casi tres horas. Todos negaron los cargos. Tenían puestos jerárquicos y fueron los principales ejecutores de los operativos de la dictadura en Santa Fe. Todos se declararon libres de culpa y cargo.
Perizzotti, actualmente en el banquillo por la Causa Brusa, también declaró ante el juez federal. Su testimonio no trascendió, pero su conducta ante el tribunal que lo juzga por estos días permite suponer que corroboró al menos algunas de las imputaciones: fue él quien rompió el pacto de silencio y pidió ampliar su indagatoria, en la que comprometió principalmente a Diab. Su planteo cabe en pocas palabras: “Nosotros éramos el forro; nos usaban y, cuando no les servíamos más, nos tiraban”. Nosotros y ellos, en términos de Perizzotti, equivale a policías y militares.
A Marcellini lo deberán ir a visitar a Mendoza –fue apartado del juicio por sus problemas de salud– y a Rolón a su domicilio del barrio Siete Jefes. Pavón y el ex juez de menores Vera Candioti son los únicos a quienes la Justicia no ordenó detener. Están involucrados en la adopción irregular de Paula Cortassa, entregada a la familia Guallane en 1977 luego de que sus padres biológicos fueran asesinados en un operativo del Ejército en el norte de la ciudad.
Los casos que se investigan, uno por uno:
El periodista Héctor Galiano recopiló las actuaciones judiciales y publicó un completo informe en el diario digital Notife. Aquí, un extracto de ese trabajo:
- Carlos Livieres Bank y Héctor Ameri: el primero fue herido el 18 de febrero de 1976 por fuerzas del Área 212 en Alvear entre Juan del Campillo e Iturraspe. Murió horas más tarde en el Hospital Cullen. Ameri fue secuestrado en la misma ocasión y hasta hoy sigue desaparecido.
- Orlando Finsterwald: fue visto por última vez el 16 de febrero de 1976, cuando dejó la ciudad de Rosario para acudir a una cita de Montoneros en la Plaza de las Banderas de Santa Fe. Está desaparecido.
- Antonio Silvia: secuestrado en febrero de 1976. También iba a participar de la cita de Montoneros. Sigue desaparecido.
- Daniel Martín Angerosa: visto por última vez el 17 de febrero de 1976, antes de la reunión de Montoneros. Fue secuestrado y está desaparecido.
- Enrique Guastavino: secuestrado por personal de la Policía Federal en Santa Fe, el 17 de febrero de 1976. Desaparecido.
- Mario Luis Totterau y María Cristina Mattioli de Totterau: secuestrados por fuerzas del Área 212 el 27 de febrero de 1976 en su casa de 1º de Mayo 5180. Desde entonces no volvió a saberse de ellos.
- Olga Teresita Sanchez y Graciela Siryi: la primera fue secuestrada el 28 de febrero de 1976 cuando iba a una reunión en Villa Hipódromo. Estuvo detenida en la Comisaría Cuarta y su cuerpo fue encontrado en marzo de ese año en un descampado cercano a Coronda, junto a otros tres cuerpos de mujeres. Todas estaban maniatadas. Mediante estudios genéticos se pudo reconocer a Cristina Mattioli y Graciela Siryi.
- Sara Dorotier de Cobacho: secuestrada en la madrugada del 24 de marzo de 1976 en la casa de su hija en Santa Fe. Fue tortura en “La Casita” y luego en la Comisaría Cuarta. Luego la trasladaron a la Guardia de Infantería Reforzada. Recuperó la libertad en febrero de 1977.
- Luis Vuistaz y Miguel Ángel Fonseca: muertos en los operativos realizados por el Ejército y la Policía de Santa Fe el 6 de septiembre de 1976 en Martín Zapata 2526, donde además fue secuestrada Vila Pompeya Gómez. La imputación recae sobre el ex policía Héctor Colombini.
- Evaristo Oviedo, María Liliana Ríos y Pedro Guillermo Guastavino: al primero lo mataron de un disparo de arma de fuego en la cabeza el 8 de septiembre de 1976 en su casa de Aristóbulo del Valle 5050. Su cadáver fue inhumado como NN en el Cementerio Municipal en 1976 por disposición judicial. Marta Berra (entonces su compañera), Liliana Ríos y Pedro Guastavino fueron detenidos y torturados.
- Ana María Fonseca, Antonio Bernal y Adriana Morandini: los dos primeros fueron asesinados en un procedimiento realizado por fuerzas del Área 212 en Lavaise 4465. Morandini fue secuestrada en otro procedimiento.
- Carlos Belmont y Graciela Saur: el 21 de septiembre de 1976, fuerzas del Área 212 asesinaron al primero en la vía pública. Saur fue capturada entonces y aún se encuentra desaparecida.
- Horacio Ferraza: lo mataron en las cercanías de Club Unión el 23 de septiembre de 1976. Inhumaron su cuerpo como NN en el Cementerio Municipal.
- Silvia Edith Coria, Alfredo Fontana, Susana Trossero y Adriana Alicia Ángel: asesinados el 7 de octubre de 1976 por fuerzas del Área 212 en la casa de Pedro Ferré 1936. Adriana Ángel estaba embarazada de ocho meses y era pareja de Ferraza.
- Edgardo Ferreyra: despareció el 3 de enero de 1977 cuando le dieron de baja del servicio militar.
- Adriana María Bianchi, María Josefina Mujica y José Pablo Ventura: asesinados el 4 de enero de 1977 por fuerzas del Área 212 en un inmueble de calle San Martín y Espora. Los restos fueron inhumados como NN en el Cementerio Municipal.
- Osvaldo Ziccardi, Jorge Piotti, Carlos Friguerio y Esther Gómez de Ruiz: asesinados en Las Heras e Ituzaingó por fuerzas del Área 212 el 19 de enero de 1977. Sus restos fueron llevados al Cullen y luego al Cementerio Municipal. Ziccardi fue identificado por peritos de Antropología Forense en el año 2000. La historia de esa masacre está narrada en el libro “Hay un positivo”, de Miguel Espinaco y Mario Andino.
- Blanca Zapata, Cristina Ziccardi, Paula Cortassa (Carolina Guallane) y Enrique Cortasa: a Ziccardi la mataron en un operativo del Área 212 en una vivienda de calle Castelli 4351, el 11 de febrero de 1977. Allí resultó herida Blanca Zapata, entonces embarazada, y fue secuestrado su esposo, Enrique Cortassa, hoy desaparecido. Tenían una hija, Paula, que fue entregada en forma irregular, por el entonces juez de menores Luis María Vera Candioti, al matrimonio Guallane. La madre de María Carolina Guallane (Paula Cortassa) fue muerta de un disparo en la cabeza; el bebé que esperaba nació muerto.
- Juan Carlos González Gentile: lo mataron fuerzas del Área 212 el 12 de febrero de 1977, en la intersección de Belgrano y Pedro Zenteno.
- Norma Meurzet, Silvia Wollert y José Luis Gómez: los mataron fuerzas del Área 212 en un procedimiento realizado el 24 de marzo de 1977.
- Roberto Daniel Suárez: conscripto muerto el 1º de agosto de 1977. Cumplía el servicio militar en el Batallón de Anfibios de Santo Tomé. Sus restos fueron trasladados en una barcaza del Ejército y enterrados en la clandestinidad. Esta desaparecido.
- Néstor Cherry: secuestrado el 19 de agosto de 1977 en Santa Fe. Desaparecido.
- Carlos Miguel Nuñez: secuestrado el 19 de agosto de 1977 por la Policía Federal en pleno centro de Santa Fe. Continúa desaparecido.
- Elsa Raquel Díaz: la mataron fuerzas conjuntas del Área 212 el 19 de agosto de 1977. Su cadáver fue depositado en la morgue del Hospital Cullen y luego trasladado al Cementerio de Paraná.
- Angel Fiocchi Arce: secuestrado el 20 de agosto de 1977. Continúa desaparecido.
- Norberto Partida: secuestrado el 20 de agosto de 1977, en su casa, por personal policial. Desaparecido.
- Luis Verdú: fue interceptado por fuerzas del Área 212 el 20 de agosto de 1977 en Domingo Silva y Marcial Candioti. Está desaparecido.
- Alberto Velzi: secuestrado el 21 de agosto de 1977 en su domicilio de Agustín Delgado 1981 por un grupo de tareas del Área 212. Era profesor de Filosofía. Esta desaparecido.
- Alberto Solé: secuestrado en octubre de 1977 cuando iba a tomar el colectivo para ir al Colegio Industrial. Sigue desaparecido.