Por Adrián Brecha
Hay que estar seguros, no importa de que ni para que. El tema de ahora y siempre será la “inseguridad”. No importa que en el país la gente muera más por accidentes de transito que por delitos. “Hace falta mano dura”, se escucha en la voz del taxista siempre tan amigo de las medidas garantistas; “Más policía” pide la vecina de Candioti dejando su mensaje grabado en un programa mañanero de AM; “Más patrulleros” reclama el viejo de la esquina. Más “complejos” penitenciarios, más cámaras para que nos vigilemos, más GPS para saber dónde esta cada patrullero, más, cada día más, canta Valeria Lynch.
Los argentinos vemos unas 1500 horas de televisión al año, según datos de una encuesta realizada por una universidad que auspicia a Los Simpsons. Parecería que en la TV hay muchos más robos, asaltos y crímenes que en la mismísima calle, por lo cual, si uno usara el mismo razonamiento que algunos programas, sería mucho más seguro salir a la calle que mirar televisión, donde roban a todos y todas a cada momento, sobre todo a la hora del noticiero, o cada media hora cuando se anuncian los titulares.
La semana pasada los legisladores provinciales dieron muestras de cómo se mide el termómetro y aprobaron un proyecto de ley que propone declarar la emergencia en materia de seguridad pública en el ámbito de toda la provincia y por el término de un año. La norma busca “proteger integralmente la vida y los bienes de las personas”, y comprende aspectos organizativos, funcionales y operativos del sistema de seguridad. Prevé aplicar programas para “atacar las causas de la delincuencia y la violencia en todas sus modalidades, haciendo especial hincapié en los sectores más vulnerables”; y programas de vinculación y coordinación con municipios y comunas. También contempla la creación de juzgados comunales y oficinas del Registro Civil para la recepción de todo tipo de denuncias.
El proyecto de ley prevé la instrumentación de un novedoso sistema de buzones en las oficinas del Registro Civil para la recepción de denuncias, cuando no se trate de un delito penal. Serán abiertos al menos una vez por mes por el responsable de la oficina con dos testigos y contaran con la locución de Jorge Formento.
A este proyecto le queremos sumar una idea que venimos pensando hace algún tiempo. Lleva por nombre “Programa de adopción policial”. El programa es muy simple: cada familia santafesina debería adoptar a un/a agente policial en su seno familiar. De esta manera se evitaría la construcción de nuevas comisarías y las familias estarían muchísimo más seguras. Además reforzaría los lazos de la comunidad con la azul institución.