El Senado provincial volvió a cajonear la unión civil.
En la provincia hay cerca de 200 mil gays y lesbianas que prácticamente no tienen ningún tipo de derechos. Esa fue la sentencia de distintas agrupaciones que representan al colectivo LGBTT, quienes siguieron insistiendo durante 2009 para obtener la sanción definitiva del proyecto de ley de Unión civil, que ya tenía el visto bueno de Diputados tras la pérdida de estado parlamentario el año pasado. Otra vez, el año pasa sin novedad.
“Es importante que los senadores nos escuchen, que sepan que éste es un tema de justicia social. Hay que ser claros: este proyecto de ley es para todo tipo de parejas más allá de su orientación sexual. Me parece que en estos momentos de crisis por los que atravesamos es necesario algún tipo de cobertura para aquellas personas que por el amor y por el afecto están juntas. Esta no es una provincia confesional, entonces este proyecto de ley no tiene nada que ver con el sacramento del matrimonio. Los legisladores pueden llegar a estar apesadumbrados por su conciencia católica, pero esta ley no viola ningún sacramento sino que se reconoce a las parejas la convivencia”, dijo Guillermo Lovagnini, de Vox Rosario.
A diferencia del matrimonio, la pareja conformada a partir de la unión civil no puede adoptar hijos o heredarse mutuamente en caso de muerte del compañero. Tampoco se ve afectada la situación patrimonial de los contrayentes. Para disolver esta relación, basta con que uno de los miembros de la pareja presente en el Registro Civil un pedido de disolución de la unión. En distintos puntos del país, la ley de Unión Civil fue impulsada por la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
El camino por los derechos del colectivo LGBTT no es un lecho de rosas: el senador José Baucero no coincide con la unión de dos personas del mismo sexo porque “queremos resguardar la consolidación de la familia, que para mi la conforman un hombre y una mujer y sus hijos. No quiero discriminar por el hecho de que dos personas del mismo sexo convivan bajo el mismo techo, pero tampoco podemos mirar para otro lado porque existen, están en Santa Fe y en cualquier otro lugar del mundo”, opinó el representante de San Javier. Otro año termina y los senadores siguen acordando en no ponerse de acuerdo.