“Kirchner comenzó una ruptura notable”
Los modelos de desarrollo industrial nacional y provincial, la pelea norte-sur y la confrontación con el discurso único.
Por Marcela Perticarari
La semana pasada, en la Facultad de Ciencias Económicas de la UNL, se llevó a cabo el XI Encuentro Nacional de la Red de Economías Regionales en el marco del Plan Fénix, denominado “Poder y Territorio: Transformaciones en los Albores del Siglo XXI”. En ese ámbito, el economista Abraham Gak presentó el tercer número de la revista Voces en el Fénix.
10 AÑOS DE DISCUSIÓN. En diciembre de 2001, cuando el país no tenía un rumbo económico ni político fijo y 39 personas caían por balas oficiales en las calles, la Universidad de Buenos Aires aprobó el proyecto estratégico “Hacia el Plan Fénix, diagnóstico y propuestas. Una estrategia de reconstrucción de la economía argentina para el crecimiento con equidad” y designó como director del proyecto al Dr. Abraham Leonardo Gak.
Compuesto por economistas, el Grupo Fénix desde fines de 2000 está discutiendo, en el ámbito de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad de Buenos Aires, los problemas centrales de la economía argentina y formulando propuestas, con la mirada puesta en el mediano y largo plazo, y también con algunas medidas de corto plazo que permitan enfrentar la crisis actual.
Durante su paso por la universidad local y en un mano a mano con Pausa, Abraham Gak repasó: “en el año 2000 empezamos con esta idea loca de ofrecer un plan confrontativo con el discurso único. Y realmente la Universidad Nacional del Litoral ha sido para nosotros una segunda casa; recuerdo que a fines del 2001 vinimos y hablamos en un acto multitudinario realizado en el paraninfo de la UNL. Además, hicimos acá la presentación de nuestro plan 2006-2010. Ahora que cumplimos diez años me pareció más que oportuno volver y por ello estamos muy contentos”.
Consultado por el impacto económico que podría tener la muerte del ex presidente Néstor Kirchner, Gak recordó: “Hemos sacado un documento marcando todas las medidas económicas que jalonaron su presidencia, señalando que no éramos ayudantes de ciegos sino que marcábamos falencias, errores, pero sobre todo señalamos claramente cuestiones nodales como el fin de la jubilación privada y la negociación de la deuda. Con lo último comenzó una ruptura verdaderamente notable: requirió, y nos consta a todos, un gran esfuerzo personal y dureza por parte del entonces presidente Kirchner para obtener la más extraordinaria rebaja que se ha logrado en una negociación internacional de la historia de la economía argentina, y creemos que es justo reconocer eso”.
“Con respecto al futuro yo no creo que esté dada ninguna de las condiciones que signifiquen alguna modificación. Por el contrario, creemos que debemos insistir como académicos, como universidad, porque se debe continuar con este proceso de modernización de la Argentina. Claramente tenemos delante la reforma a la ley de enti-dades financieras, la profundización de la batalla contra el trabajo no registrado y mantener el pleno empleo, temas importantes que se deben continuar. Siempre quedarán asignaturas pendientes como la reforma tributaria, que tampoco se ha encarado de forma integral. Y conocemos las dificultades, porque una cosa es opinar y otra gobernar”, señaló el docente.
En ese sentido, consideró que “nos falta también definir un perfil de país industrial. También lo que discutimos y estamos de acuerdo es que el campo no puede proveer las condiciones de manutención de toda nuestra población. Para eso falta una combinación y una producción importante del sector agrario con una producción industrial que, inclusive, incursione en el comercio exterior. En este sentido nos falta definir el tipo de industria, cómo lo vamos a hacer, a qué tipo de rubros nos vamos a dedicar porque un país, específicamente para progresar, tiene que pagar salarios altos. Y para pagar salarios altos tiene que haber una producción de tal naturaleza que admita en su mesa una participación salarial importante”.
Por otra parte, Abraham Gak analizó que “no se puede postergar más la presencia activa de un banco nacional de desarrollo. Hay esfuerzos de créditos personalizados que han salido para pequeñas y medianas empresas. Recientemente en una entrevista, el ministro de Trabajo Carlos Tomada señalaba que en este periodo de 2002 en adelante se crearon 125.000 nuevas empresas. Esas son las que dan trabajo, las que incorporan tecnología, de modo que realmente es un esfuerzo importante pero aún insuficiente y en eso debemos insistir”.
SANTA FE, EL NORTE Y EL SUR. Interrogado por cuáles cree que son las expectativas económicas de la provincia, el economista opinó que “Santa Fe tiene todavía esa dicotomía de norte-sur. Me parece que hace falta una inversión muy importante en la zona norte como para poder colocarla de modo que no tenga estos avatares que sufre constantemente como las sequías, las inundaciones y producción agropecuaria de bajo rendimiento. En eso hay que trabajar fuertemente. De todos modos no es una de las provincias que esté en peores condiciones ya que por naturaleza tiene un sector industrial significativo, que aún puede desarrollarse más. No me cabe ninguna duda, así que habrá que insistir. Para Santa Fe digo lo mismo que para el resto del país: definamos qué tipo de industria, pongamos los esfuerzos máximos para que realmente no dependamos únicamente de exportaciones de productos primarios que no incorporan valor agregado, así que ahí tenemos que cambiar.
Respecto de la creación de la Región Centro, el economista opinó que “las coordinaciones siempre son buenas y los encadenamientos de las instancias de valor de cada entidad me parecen importantes. Cuando escucho la palabra regionalización se me prende una luz amarilla de que haya un intento de decir ‘nosotros que podemos nos mantenemos separados y las provincias pobres que se las arreglen’, o que dependan del aporte estatal. Creo que hay que tener cuidado. Salvo eso, lógicamente que este encadenamiento y coordinación de esfuerzos me parece absolutamente significativo.
–¿Cómo cree que se leen los números del Indec respecto a la inflación?
–Se leen mal. No cabe ninguna duda. Creo que esa es una asignatura pendiente en la que el gobierno tiene que intervenir para asumir de alguna manera un cambio, sino el Parlamento se lo va a imponer. Es evidente que están decididos a ello.
–Repasando las cifras de desempleo, ¿realmente estamos en un proceso de desarrollo sustentable?
–Yo creo que la base fundamental es sostener un crecimiento elevado durante muchos años, quince o veinte, como pasó con los países asiáticos. Todavía nosotros no tenemos los resultados tan desarrollados porque todavía no ha pasado ese periodo. Tuvimos la crisis del 2008, la sequía del 2009 y junto a ello la crisis internacional. El 2009 fue terrible. Por un lado podemos discutir si el país creció uno, cero o nada. Por el otro sabemos que este año nos hemos recuperado rápidamente. La capacidad de ahorro de este país es grande y ojalá podamos encausarlo en la inversión, en lo posible sin deudas.
La tarea crítica de las universidades
En uno de sus documentos fundacionales, el Grupo Fénix señala que “la Universidad tiene, entre sus responsabilidades, la de pensar el país en el marco del escenario mundial para contribuir a elevar la calidad de vida del conjunto de la población y consolidar la democracia. Esta tarea es particularmente crítica y urgente en momentos signados por el estancamiento, la concentración de la riqueza, el aumento de la pobreza y la exclusión, y la pérdida de la capacidad de decidir nuestro propio destino. En cumplimiento de esa responsabilidad ineludible, docentes e investigadores convocan a la reflexión común para aportar a un diagnóstico acerca de la naturaleza de los problemas centrales de la economía argentina y comenzar a formular propuestas que permitan resolver la crisis y movilizar el formidable potencial con que cuenta nuestro país”.
Publicado en Pausa #67, todavía disponible en los kioscos de SF.