El Congreso Nacional cierra el 2010 con un balance positivo por la destacada sanción de la ley de matrimonio igualitario. Muchas veces retrógrada en su legislación y reticente a cambiar las reglas legales de un juego que las modificó hace años en la práctica, Argentina se convirtió en el primer país de Latinoamérica en avalar el casamiento entre personas del mismo sexo. La ley incluye la posibilidad de adopción de menores por parte de las parejas, lo que consistió en uno de los temas más controvertidos del proyecto.
Sancionada el 14 de julio, fue la única ley que atravesó ideológicamente a todos los bloques. La falta de acuerdo entre el arco opositor y el oficialismo obligó a que, ante la necesidad de tratar temas de interés propio, cada sector tuviera que encargarse de reunir el quórum. Así, la oposición fracasó cinco veces al no poder reunir quórum para tratar la iniciativa.
Frente al Congreso de la Nación, diversas agrupaciones que se manifestaban a favor de la sanción de la normativa chocaron con sectores que representaban la voz de la Iglesia. “Que no se empañe esto que tiene que ser una fiesta, estamos tratando derechos de las minorías”, pidió Claudio Morgado, el titular nacional del Inadi.
El visto bueno llegó tras 15 horas de sesión ininterrumpida en el Senado, después de tres meses de discusión en comisión y tres largos años de campaña de la comunidad gay-lésbica. Los archivos cuentan que la votación registró 33 senadores a favor del matrimonio igualitario, 27 en contra y tres abstenciones.
En terreno santafesino, el debate se instaló en numerosos ámbitos y la opinión pública se vio dividida. Quienes estaban a favor, quienes estaban en contra y hasta quienes manifestaban indiferencia coparon las calles. A comienzos de julio se realizó una marcha que reunió unas 200 personas a favor del matrimonio para todos y todas. El mismo día se llevó a cabo una multitudinaria caravana organizada por grupos católicos y la Iglesia, que reunió a más de 4.000 personas –con muchos escolares– que se manifestaron en contra de extender los derechos vinculares a las parejas del mismo sexo bajo la consigna “Matrimonio = Varón + Mujer”. Según el arzobispo José María Arancedo no era un “tema menor; es más grave que el conflicto por la resolución 125. Es una ley, como toda ley, universal: orienta comportamientos. Y yo como argentino quiero la unión estable entre el hombre y la mujer orientada a la vida”. En el Senado, expuso su preocupación por el acceso a la adopción y aseguró que “científicamente” el proceso de crecimiento de los chicos debe darse en un ámbito tradicional: papá varón y mamá mujer.
Reynaldo Wabeke, el joven que hace tres años se casó con Adelfa Volpes –una mujer 58 años mayor que él– y luego enviudó, contrajo matrimonio con un hombre. Se convirtió así en el primer matrimonio igualitario llevado a cabo en la ciudad. “Mi boda tomó repercusión porque soy conocido. Simplemente es un casamiento y hay que aceptarlo. Mañana se casan dos mujeres y no pasa nada”, dijo durante su enlace.
Pero no todas fueron rosas ese día ya que en el Registro Civil aparecieron pintadas agraviantes repudiando el hecho. Sobre el tema, Reynaldo dijo que “me duele, porque es gente que no tiene cultura. Lo hacen por malditos, porque les molesta que se case alguien”. Y reflexionó que “la sociedad debe comprender y aceptar que uno se case, como sea, como gay, como hetero, no tienen por qué hacerle mal a nadie. Aquí en Santa Fe todavía falta preparación”. Finalmente, Wabeke recomendó a otras parejas “que se casen, que se animen, que la vida es una sola y si querés algo hay que lograrlo, sin importar lo que se gana o se pierde”.
Por otra parte, esta semana se conoció que el grupo rosarino de familias homoparentales denominado “Mis Mamás Rosario” presentará al menos diez recursos de amparo para que sus hijos sean reconocidos y anotados legalmente con dos madres. Para llegar a la instancia judicial con el objeto de garantizar los derechos de los niños y niñas nacidos antes de que se sancionara la Ley de Matrimonio Igualitario, se brindará asesoramiento legal para las familias que se encuentran en esta situación. “Buscamos un ciento por ciento de reconocimiento, por eso queremos hacer una presentación de recursos colectiva. La ley que nos permitió casarnos es un primer paso, pero si no se trabaja para que se apliquen otros aspectos, no se pueden garantizar los mismo derechos para todos”, dijo Selva Sánchez, la presidenta de la organización.
El asesoramiento será realizado por la organización civil VOX junto a la cátedra de Familia de la Facultad de Derecho y la de Diversidad Sexual de la Universidad Nacional de Rosario.
“Los chicos que nacieron y nacerán después de sancionada la ley pueden ser anotados con dos madres en los registros, pero los que nacieron antes no están anotados en la libreta de matrimonio. Lo que queda por hacer es presentar el recurso de amparo ante la negativa que obtenemos al querer anotarlos en el Registro Civil, cuando la pareja homosexual se casa”, detalló Sánchez.
También se apunta a realizar modificaciones en la documentación de los niños y niñas: la corrección en los registros del certificado de Nacido Vivo, en la partida de nacimiento y en el DNI. En cuanto a los datos de la partida de nacimiento, la representante de “Mis Mamás Rosario” indicó que “no está dividida genéricamente, sino que el niño figura como hijo de doña fulana, y donde va el nombre del padre puede no ponerse nada; pero no está permitido anotar el nombre de la otra madre”.
Aunque reconoció que con la ley de matrimonio igualitario se lograron aspectos importantes, todavía hay obstáculos para que los hijos e hijas gocen de la totalidad de sus derechos.
Publicado en Pausa #69