Pagar la imprenta con los sueldos


Una inversión fuera de escala que absorbe las finanzas, denuncias de publicidad impaga, planes de Trabajo de la Nación. Y salarios pagados mal, tarde y en varias cuotas.

Por Ezequiel Nieva

Más de 200 trabajadores del Grupo El Litoral están en vilo desde hace más de un año. Cobran sus salarios en forma desdoblada y con retraso. Realizan medidas de fuerza intermitentes, pero cada vez con mayor frecuencia. La redacción del diario El Litoral, conformada por más de 200 empleados entre periodistas, fotógrafos, armadores y personal administrativo, y los 17 trabajadores de Cable & Diario están en estado de asamblea permanente desde el año pasado. La patronal explicó que el atraso en el pago de los salarios y del aguinaldo se debe a la falta de pago de la publicidad oficial.
Al 15 de marzo los empleados habían cobrado apenas el 15% de sueldo de febrero y aún se les adeudaba un tercio del aguinaldo. No es una situación nueva. Durante todo diciembre hubo protestas periódicas en la redacción y en la calle. Y el cable debió dejar de emitir su programación habitual por las recientes medidas de fuerza. Por el conflicto en la señal televisiva intervino el Ministerio de Trabajo de la provincia, que dictó la conciliación obligatoria a principios de mes. Mientras tanto, los directivos del grupo gestionan ayuda estatal para poder paliar la crisis y cumplir con los salarios.
La Asociación de Prensa también intervino. “No podemos aceptar lo que argumentan las empresas porque para nosotros hay riesgo empresario y ellos deben asumir las consecuencias de sus decisiones”, explicó el secretario general del gremio, Pablo Jiménez, trabajador del diario El Litoral. A parir de la intervención del sindicato se pudieron evitar otras medidas más drásticas, como suspensiones, despidos y reducciones salariales. Pero el conflicto de fondo sigue sin resolverse.
En 2010, durante cuatro meses, el Grupo El Litoral recibió ayuda del Programa de Recuperación Productiva (Repro) del Ministerio de Trabajo de la Nación. Con esos fondos la empresa pudo completar el pago de los salarios, aunque desde entones y hasta ahora continúa con la política de abonar en dos cuotas y después del vencimiento del plazo legal. Los Repro surgieron en medio de la crisis global de 2008 y 2009; son una herramienta del Estado para paliar problemas transitorios de liquidez en el sector privado y evitar que los empresarios apelen al ajuste salarial a la hora de cerrar sus cuentas. Este año el Grupo El Litoral no pudo cumplir con los requisitos que exige la Nación para acceder a los Repro y se quedó sin esa ayuda.

Noticiero a reglamento
En Cable & Diario, desde fines de febrero y hasta que se dictó la conciliación obligatoria –el jueves 3 de marzo–, los trabajadores hicieron retención de tareas. La decisión, que trastocó por completo la rutina de la señal televisiva del Grupo El Litoral, fue por “la falta de cumplimiento de los acuerdos asumidos por la empresa para el pago de los salarios y aguinaldo”, según explicó la Asociación de Prensa de Santa Fe.
La medida de fuerza de los periodistas fue acompañada por los afiliados del Sindicato Argentino de Televisión. Los trabajadores fueron todos los días al canal, pero sólo a cumplir horario: en la pantalla se repitieron programas viejos por decisión de los directivos. Por casi dos semanas Cable & Diario emitió sólo enlatados. No hubo cobertura periodística –por lo tanto, no se emitió el noticiero– ni se hicieron programas en vivo. “Los trabajadores han demostrado sobradamente su predisposición al diálogo y a la posibilidad de hallar soluciones a cualquier situación de conflicto que experimente la empresa”, aclararon los dirigentes del gremio de prensa.
“La empresa argumenta falta de fondos por el incumplimiento desde hace más de seis meses en los pagos de pauta oficial por parte de la Municipalidad de Santa Fe, el retraso en varios meses también de pauta de la provincia y el pago atrasado de publicidad de la Nación por parte de la Jefatura de Gabinete”, informó la Asociación de Prensa. La productora Arcadia, de estrecha vinculación con el Grupo El Litoral, también tiene atrasados sus pagos. Esas fueron las explicaciones de la empresa ante los dirigentes gremiales. Luego intervino el Ministerio de Trabajo, se dictó la conciliación obligatoria y los trabajadores retornaron a sus tareas habituales.

Una inversión millonaria
Tras la puesta en marcha de Artes Gráficas del Litoral (AGL), una moderna planta de impresión de diarios y revistas ubicada en el Parque Industrial de Sauce Viejo, comenzaron los problemas en El Litoral y en el cable. El año pasado se sucedieron protestas, aplausos en la redacción del diario, volanteadas y quemas de cubiertas en la puerta de la empresa. Así terminó 2010 y así comenzó 2011.
En una de esas protestas, el secretario general de la Asociación de Prensa explicó la postura de los trabajadores: “No queremos estar en la calle sino haciendo nuestro trabajo, pero también queremos que nos paguen el salario como corresponde y no estar constantemente con la incertidumbre de no saber si vamos a cobrar el aguinaldo, el salario, si el año que viene esto no va a estar mucho peor”.
La situación de los trabajadores de El Litoral –en otras épocas, los mejor pagos de la ciudad– se fue agravando a partir de 2009, cuando en sociedad con el Grupo Clarín montaron la planta de AGL en Sauce Viejo. Hasta entonces el grupo no había tenido conflictos salariales importantes, en parte gracias a su política de trabajos para terceros, que supuso una fuerte suba de los ingresos de la empresa.
Mientras el diario se imprimió en el taller anexo a la redacción, los trabajos para terceros ayudaron a financiar la empresa. La recesión 1998-2002 y la crisis global 2008-2009 no afectaron las finanzas del grupo. La impresión de periódicos regionales y de otras provincias, de revistas e incluso de las boletas para las elecciones le permitió al grupo crecer mientas otras empresas periodísticas se achicaban o desaparecían.
Pero en 2009 el Grupo El Litoral encaró una inversión millonaria en sociedad con el Grupo Clarín para, entre otros objetivos, imprimir el matutino porteño para todo el centro-norte del país. Casi de inmediato comenzó a retrasarse el pago de los salarios. La planta de AGL tiene una superficie cubierta de 4.000 metros cuadrados; allí se montó una rotativa Goss Uniliner –la más moderna del país, según sus propietarios–, que permite imprimir hasta 75 mil ejemplares por hora y que tira el primer ejemplar en sólo dos minutos. La inversión inicial de Clarín y El Litoral fue de 45 millones de pesos.
Con el cambio de rotativa el grupo perdió a sus clientes pequeños y medianos porque la decisión fue dejar de hacer trabajos de poca tirada. Pero, con el paso de los meses, la planta comenzó a imprimir trabajos para terceros a una mayor escala. “Seguimos sin entender por qué mientras hay una empresa que sigue creciendo, como AGL, el diario sigue teniendo problemas. Han tenido toda la ayuda posible y se la han dado desde el Estado nacional y provincial, con más pauta publicitaria, les han dado los Repro y sin embargo siguen pagando en cuotas”, se quejó Pablo Jiménez.

Sin dudas
En promedio, los trabajadores del diario y del cable cobran entre 3.000 y 4.000 pesos por mes. “En el diario estamos cobrando desdoblado, pero la situación es mucho mejor y además están cumpliendo con los plazos acordados. Hay un sector de los trabajadores que cobra en fecha, el cuarto día hábil de cada mes, otra parte que cobra 70% al día y 30% tres días después y otro sector, los que ganan más de 4.000 pesos, que cobran 50% al día y el otro 50% una semana después. En este último caso se los compensa con un día más de licencia por mes”, explicó el titular de la Asociación de Prensa.
–Como dirigentes gremiales, ¿les conforman las explicaciones que les dieron?
–Nosotros exigimos en todo momento a las empresas el pago en tiempo y forma como corresponde según la ley. No podemos aceptar lo que argumentan las empresas porque para nosotros hay riesgo empresario y ellos deben asumir las consecuencias de sus decisiones. Pero con los acuerdos evitamos medidas más drásticas, como por ejemplo suspensiones, despidos, reducción de salarios y no pago de aumentos.
Para Jiménez, no hay dudas respecto de la política empresarial del grupo: la variable de ajuste para poder afrontar una inversión como la de AGL fueron los salarios de los trabajadores. “Cometieron errores en sus decisiones empresarias cuando plantearon una inversión por encima de lo que sus finanzas permitían. Para ellos AGL hoy es el futuro y el diario y el cable son medios que en su momento les sirvieron y hoy los creen en decadencia”, concluyó el dirigente gremial.

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