Por Gonzalo Andrés Según datos oficiales, en nuestra ciudad se está produciendo una disminución de la tasa de homicidios dolosos durante el último trienio. En mayo pasado solamente se contaron tres casos, lo que constituye un récord histórico para la década. Asimismo, en los primeros cinco meses del año (las estadísticas están actualizadas a mayo, antes de los sucesos registrados en Santa Rosa de Lima y Los Hornos) se registraron 32 homicidios, de los cuales 30 fueron en esta ciudad, uno en Santo Tomé y otro en San José del Rincón. El dato resalta si se lo compara con igual período en años anteriores: la cifra de 32 homicidios es cercana a la de 2005, cuando se registró la menor cantidad de muertes violentas en la década pasada; 30 casos. Luego, en 2006 hubo 36; en 2007, 48; en 2008, 43; en 2009, 40 y en el 2010, 47 casos. Si analizamos los 32 asesinatos ocurridos de enero a mayo, encontramos que las causas de casi todos fueron cuestiones interpersonales y/o familiares. Sólo dos fueron en ocasión de robo. Es decir, había un conocimiento previo entre víctimas y victimarios. Puede afirmarse que la principal causa de homicidios son los conflictos entre personas conocidas, con el uso de la violencia como vía de resolución. En 24 casos se utilizaron armas de fuego, armas blancas en cuatro y otros medios en los restantes. Asimismo, si diferenciamos las víctimas por género, casi el 90% son varones, cifra muy similares al porcentaje promedio. Cada 100.000 La tasa de homicidios se utiliza para medir la criminalidad en una determinada región y es producto de la medición de la cantidad de homicidios por cada 100 mil habitantes. Generalmente se analizan los homicidios dolosos (por ser considerado el delito más grave) para saber cuál es el grado de violencia de una sociedad. Si convertimos la cantidad de homicidios en tasa, encontramos que estas 32 muertes durante los primeros cinco meses de 2011 equivalen a un 5,8. Si tenemos en cuenta que en el mismo período en años anteriores la cifra rondaba en torno al 7 y al 8, puede hablarse de una reducción importante. Esta tendencia también se manifiesta en los porcentajes anuales: recordemos que Santa Fe llegó a un récord histórico de asesinatos en 2007, lo que llevó a excesivas comparaciones con Bogotá y Cali, dos ciudades colombianas controladas por el narcotráfico. En aquel entonces la tasa fue 21. Posteriormente, se produjo un descenso considerable: en 2008 fue 15 y en 2009 y 2010 fue 16. Por lo tanto, a pesar de que no es posible proyectar una tendencia absoluta, es probable que en 2011 se vuelva a reducir la tasa de homicidios en nuestra ciudad. Una proyección alentadora si tenemos en cuenta que este es uno de los conglomerados urbanos que mayor porcentaje de homicidios presenta en todo el país. Análisis de la baja Consultado sobre cuáles podrían ser la causas de la disminución de la tasa de homicidios dolosos, Andrés Ferrato, responsable de la Dirección Provincial de Análisis Criminal de la provincia, afirmó que existen varias y concurrentes. Además, resaltó que es muy difícil hablar de acciones de prevención que tengan un nivel de incidencia directa sobre las decisiones de los homicidas, al ser más del 80% de los crímenes una consecuencia de conflictos interpersonales y/o familiares, problemáticas que escapan a la prevención policial. Según el funcionario, lo que se puede hacer es planificar una política de prevención de tipo indirecto, que tiene que ver con la posesión de armas –por ejemplo, los programas de desarme voluntario–, con la pacificación social y con el control que se pueda ejercer sobre el espacio, en función de reducir las posibilidades de que un conflicto entre personas conocidas termine en muerte. En cuanto a la prevención, Ferrato destacó la labor policial: “Si cuando no hay resultados positivos se le endilga a la Policía su falta de acción, ante un resultado favorable hay que hacer un reconocimiento a su labor. Eso es indudable. Si lo malo es culpa de la Policía, lo bueno también es gracias a ella, aunque sea parcialmente”. En este sentido, Ferrato afirmó que se está realizando un control más efectivo del espacio, que se evidencia por ejemplo en la respuesta ante las emergencias: “Se podría mejorar; uno trabaja para eso. Pero, si medimos la respuesta policial de un tiempo a esta parte, tanto el sistema 911 como otra serie de refuerzos operativos que pasan por la entrega de móviles y demás, tienen incidencia en esto, que se traslada a través de la respuesta inmediata al hecho”. También el funcionario aseveró que parte de la solución pasa por “alguna pacificación social o algunos otros procesos sociales que no son fáciles de medir, pero que también tienen incidencia”.
En la provincia, a partir de 2004 se produjo una disminución pronunciada de la tasa de asesinatos. Ese año y el siguiente fue de 7. En 2006 bajó a 6, en 2007 subió a 9 –la tasa más alta de esa década– y a partir de allí disminuyó acercándose a 8, un número más cercano al promedio de la década (7,5). Esos números pueden ser comparados con otros a nivel nacional que están disponibles en el sitio web del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. No obstante, cabe aclarar que para realizar este análisis hay que tener en cuenta algunas cuestiones: las estadísticas de 2010 aún no están cargadas, los datos nacionales de 2009 excluyen los homicidios de la provincia de Buenos Aires y, por último, lo indicado en estos casos es comparar provincia con provincia y no provincia con Nación. Puede apreciarse que las tasas van en orden descendente desde las provincias más pobladas a las menos pobladas. En otras palabras: donde hay menos población hay menor tasa de homicidios. Las ciudades que superan el medio millón de habitantes registran mayores niveles de conflictividad. Hecha esa salvedad, la evolución anual de la tasa de homicidios dolosos en todo el país muestra un significativo descenso desde 2002 a la actualidad, partiendo de un 9,2 y llegando a un 5,8 en 2008. Comparando los índices provinciales del 2008 –último año con datos de todo el país–, en Santa Fe hubo una tasa del 8,4, cifra superior al 7 de Entre Ríos, al 6,9 de Buenos Aires y al 4,1 de Córdoba (la menor de toda la Argentina). La ciudad autónoma de Buenos Aires tuvo una tasa de 4,5 asesinados cada 100 mil habitantes. Asimismo, es interesante destacar que la gran mayoría de los asesinatos en nuestro país (más del 70%) tampoco son producidos en ocasión de robo: se trata de disputas entre conocidos. En el mundo Durante 2010 en todo el departamento La Capital la tasa de homicidios culposos fue de 16 cada 100 mil habitantes. Pero ese número bien puede tomarse como representativo de la ciudad de Santa Fe, ya que la mayoría de los casos sucedieron en la capital provincial. En consecuencia, si cotejamos el número con otras ciudades del mundo, encontramos que Santa Fe no está entre las más violentas. Por ejemplo, en 2009 algunos conglomerados urbanos estadounidenses rondaron o superaron esa cifra: Miami (14), Chicago (16) y Washington (23,8). En 2007, Rio de Janeiro (Brasil) llegó a 39,7. Las ciudades colombianas de Medellín y Cali registraron en 2008 un 33.8 y un 66 respectivamente: cifras astronómicamente lejanas a las de nuestros pagos.
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