La última campaña electoral tuvo una novedad: la gran participación de los sub 30 en los partidos. Pasado, presente y futuro del fenómeno, en la voz de sus protagonistas
Por Gonzalo Andrés
Durante la campaña de las internas abiertas de la provincia se registró un alto nivel de participación juvenil. Casi todos los partidos políticos que formaron parte de la contienda tenían espacios conformados por personas que no superan los 30 años y que tuvieron grandes responsabilidades. La situación puede ser considerada novedosa si se la compara con el pasado reciente, como la década del ‘90, cuando la despolitización de la sociedad imperaba. Ahora los jóvenes retornan a la política y parece que tendrán gran relevancia en el futuro.
Al analizar el actual proceso electoral se evidencia el resurgir de la militancia juvenil en un contexto en el cual la ciudadanía en su conjunto manifiesta mayor interés por los asuntos públicos. Ahora bien, ¿es un fenómeno realmente nuevo? La respuesta más evidente es negativa: muchos de los sucesos de nuestra historia fueron llevados a cabo por ese sector social. La Reforma Universitaria de 1918 es un ejemplo clarísimo; también el Cordobazo.
Es indudable que la militancia política juvenil siempre ha existido. Pero el famoso fin de la historia declarado por Francis Fukuyama y el discurso único de la década menemista retiraron la política de la sociedad. La crisis económica e institucional de 2001 puso fin a ese período: surgieron espacios de participación que no necesariamente formaban parte de las estructuras partidarias tradicionales, como los piquetes y las asambleas barriales.
En el proceso electoral santafesino se evidencia una importante presencia de jóvenes en campaña. Cabe preguntarse entonces qué rol cumplen, por qué participan o qué sucederá con sus espacios finalizada la elección.
Palabras de los protagonistas
Todos los militantes consultados por Pausa aseguraron que su principal objetivo es transformar la realidad existente.
Paco Garibaldi, de la juventud universitaria del Partido Socialista (PS), expresó: “El fin por el cual uno milita es el de mejorar la calidad de vida de la gente. Creo que eso es lo esencial. Alguno lo podrá hacer desde uno u otro lugar o aspecto, pero el objetivo siempre es mejorar la calidad de vida de la gente”.
Asimismo precisó que la diferencia de los jóvenes está en que “somos el sector más dinámico de la política. Tenemos mucho compromiso, tenemos muchas capacidades y no tenemos ataduras con el pasado que nos obliguen a tener determinadas conductas. Por lo tanto, me parece que los espacios jóvenes revitalizan los partidos políticos. Siempre, claro, con un grado de respeto a la trayectoria y a la historia de los más grandes. Pero somos los que más arremetemos y tiramos para adelante”.
En ese punto coincide Sebastián Suárez, de la Juventud de ATE: “Los jóvenes expresamos y podemos llevar adelante una renovación. Porque tal vez somos más audaces; los mayores son quizá más cuidadosos y reticentes al momento de reemplazar viejas prácticas militantes o de producir cambios profundos en las formas de hacer política. Como joven, pienso que puedo aportar otra mirada”. Juan Cesoni, de la agrupación kirchnerista “Jóvenes para la Victoria”, manifestó: “Cuando uno es joven tiene todo el ímpetu y la necesidad imperiosa de transformar, de comprometerse y de subirse a los procesos históricos. Eso es lo que estamos viviendo hoy. La participación de la juventud en la política es central. Lo ha sido siempre que se han dado momentos de grandes transformaciones”.
Mariano Granato, del Frente Juventud del PS, afirmó que “la militancia juvenil fue la gran protagonista de las elecciones en la provincia. Por eso las dos estructuras que más jóvenes militantes tienen, el PJ y el PS, son las dos expresiones que en definitiva terminaron ganando cada una de las internas”.
La despolitización es una política
Los entrevistados coincidieron en que hoy se evidencian cambios respecto de la década del 90.
Sobre el tema, Cesoni dijo: “En la década del 90 la política era un grupo de personas. Hoy la política empieza a ser cada vez más la sociedad, se va masificando: la gente empieza a hablar, a enterarse que hay cosas que son discutibles. En aquel momento veníamos del discurso único, entonces las cosas no se discutían: se aceptaban en mayor o en menor grado, a uno le podía gustar más o menos, pero no se trataba de discutirlo porque era la realidad en la que se estaba. Hoy los tiempos han cambiado por completo: la sociedad está discutiendo política”.
Por su parte, Granato afirmó: “Los jóvenes somos producto de la década del 90, somos hijos de la desocupación y de la destrucción de los lazos de solidaridad que antes unían a la sociedad. Generacionalmente tenemos diferencias con los adultos ya que, al tener historias de vida diferentes, vemos las cosas desde otro lugar y tenemos otros mecanismos para actuar y otras herramientas”.
Garibaldi recordó que luego de la crisis de 2001 surgieron muchos fenómenos de participación que demostraron el fracaso de la no política: “Hubo muchos jóvenes, y no jóvenes también, que se volcaron a la participación en temas específicos. Aparecieron muchas organizaciones y ONGs no partidarias que aglutinaron muchas voluntades”.
Suárez explicó así los motivos que lo llevaron a militar: “Nacimos en la época del ‘no te metás’, fuimos adolescentes en el ‘que se vayan todos’. Y llegó 2003 y Néstor (Kirchner) dio ese discurso inolvidable en el Congreso y bajó el cuadro de Videla y llevó a juicio a los genocidas. Nos habló de política. Y nos convocó a participar en la reconstrucción del país. Nunca antes me había sentido argentino de esa manera. Y quise involucrarme en la tarea de colaborar con el cambio por medio de la militancia organizada”.
A futuro
Consultados por el futuro de estos espacios de participación juvenil, afirmaron que el resurgir de la politización juvenil es un proceso que recién comienza.
Cesoni elogió la elección de la lista de diputados “Jóvenes para la Victoria”: 50 mil votos en la provincia, el 20% de los que obtuvo el candidato a gobernador Agustín Rossi: “La opción joven de la política, dentro del proyecto que está en marcha, ha sabido cosechar una cantidad inmensa de respaldo, de deseos, de voluntades de que las cosas cambien”. Por lo tanto, el militante kirchnerista consideró que “hay un antes y después” de las elecciones primarias del 22 de mayo. Según él, es momento de que “los jóvenes garanticen su participación y disputen los espacios, vayan permeando la clase política, la vayan modificando, modernizando, actualizando. Me parece que es una estrategia que debería mantener el peronismo y el resto de los partidos”.
En este sentido, el socialista Granato aseguró: “En la provincia hay muchos jóvenes que están gestionando lo público. Los jóvenes están capacitados para ocupar cargos de gestión”. Y agregó que, más allá de lo electoral o de la acción, “la militancia juvenil tiene como objetivo recuperar los lazos de solidaridad social que se perdieron”.
Las elecciones generales
Los entrevistados también hicieron referencia a las elecciones generales del próximo 24 de julio. Todos coincidieron en que cuanto más avance la campaña, la polarización entre los candidatos Agustín Rossi y Antonio Bonfatti va a ser más notoria.
Cesoni vaticinó un triunfo de Rossi debido a que el peronismo se caracteriza históricamente por ser orgánico. “Va a haber una unicidad. (Rafael) Bielsa y (Omar) Perotti van a acompañar a Rossi ya que forman parte del partido. Es necesario articular con todos los sectores para dinamizar las diferentes candidaturas”. Sin embargo, indicó que “en el sector de Perotti va a haber una importante cantidad de votos que se va a mover a otros espacios”. Y opinó: “El socialismo defraudó en su gestión, ya que le faltó dinamismo y capacidad de acción. No le creó a la provincia grandes problemas, pero tampoco solucionó ninguno”.
En contraposición, el socialista Garibaldi sostuvo: “Este gobierno provincial ha hecho muchas cosas; muchas no se ven porque no son en ladrillos”. Y enumeró algunos logros de la gestión de Hermes Binner, como la reforma del mecanismo de selección de jueces, la puesta en marcha de la reforma penal y la titularización de docentes.
Asimismo, Granato agregó: “Lo que las elecciones internas mostraron es que la gente valora las gestiones de la ciudad y la provincia. Que un candidato pueda demostrar que está capacitado para gobernar es lo más importante que un elector valora. Bonfatti es el único que tiene una experiencia de gestión para mostrar”.
Más allá de sus diferencias, todos coincidieron en que Miguel Torres del Sel es un fenómeno aparte. Su caso es muy similar al de “Palito” Ortega, Carlos Reutemann o Daniel Scioli, dicen. “Es la expresión de los 90”, sentenció Garibaldi. Granato añadió: “Representa la no-política. Es el tipo que viene de afuera como un extraño a gestionar lo público como un empresario”. Para Cesoni, “los mecanismos para evitar que sucedan este tipo de fenómenos son los partidos políticos y su discusión interna”.
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