ANUARIO 2012
Unión quedó atrapado en su propia red
Empañado por sus errores
Todo lo bueno que hizo Unión en dos años, lo tiró a la basura en cinco meses. La temporada de ascenso 2010-2011 y la buena cosecha de puntos en el primer torneo de Primera División eran el escenario ideal para que Unión tenga un gran 2012. Tal como lo había insinuado en la primera etapa de la temporada 2011-2012, la segunda rueda también fue más que aceptable y le alcanzó para evitar el descenso y la promoción.
En el arquero Bologna, la dupla de defensores centrales y el volante Jorge Velázquez fueron pilares indiscutidos en el Clausura 2012, donde Unión consiguió los ansiados 25 puntos para salvarse de todo sufrimiento. Sin brillar a lo largo de todo el campeonato, pero con la suficiente garra para no ser derrotado fácilmente por ningún rival, el Tate se hizo respetar en Primera, culminó una temporada con la tranquilidad de haber cumplido y todos los hinchas se ilusionaron con un equipo de mayor protagonismo en la segunda parte del año.
Ese esperado protagonismo lo empezó a desbaratar la dirigencia con una serie de errores que derivaron en la peor campaña de un equipo de Primera División en torneos cortos. Entre los traspiés más importantes se destacan varios. Primero, la mala relación entre la cúpula dirigencial y Frank Darío Kudelka, que llegó a la superficie cuando una noche el DT estaba afuera de Unión y a la mañana había recuperado su lugar. Luego, la ida de tres jugadores muy importantes, como lo fueron Bologna, Velázquez y Rosales. A eso se sumó la pésima elección de los jugadores en las compras (Alemán, Núñez, Mazacote, Galván y Lugo fueron los que menos rindieron en la lista de incorporaciones) que llegaron para, supuestamente, reforzar el plantel. Y por último, la eterna división política en el Club Atlético Unión. Esta vez el capítulo de la interna tuvo dos apellidos: Spahn y Molina. El presidente se quedó al mando del club, asumió todas las responsabilidades y hasta declaró en agosto que había “mejor plantel que antes”.
Más allá de observar a la distancia los errores cometidos a lo largo de este año, ni el más pesimista hubiese imaginado un desempeño tan malo del equipo. Primero no tuvo respuestas Kudelka, y en la quinta fecha renunció, y luego fue Pumpido el que se inmoló por su querido Unión, pero tampoco consiguió sacar al plantel del fondo y también continuó el camino de su antecesor. Ahora el desafío está en manos del colorado Facundo Sava.
No ganó a lo largo de todo el torneo, sacó siete puntos, lleva 23 partidos sin sumar de a tres, terminó último en el Torneo Inicial y en la tabla del promedio, se convirtió en el peor equipo de la historia en los torneos cortos, perdió el clásico y se quedó sin DT. Un panorama más oscuro para terminar el 2012 no podía encontrar.
Teniendo en cuenta el presente, lo que viene para Unión no es para nada alentador, ya que deberá realizar una campaña extraordinaria y esperar que, al menos, tres de sus rivales del descenso tengan una mala campaña. Ya llegará el tiempo de los números y los cálculos, ahora es el momento de los dirigentes, donde deberán acertar en cada una de las decisiones que tomen para intentar sacar a flote un barco que está lejos de llegar a buen puerto.
Mediocre campaña de Colón
La misma película
Colón es redundante. Sus historias de ilusiones y desilusiones, de tan repetidas que son, aburren. Aburre saber el final, como si fuese una película vista tantas veces que hasta podemos recitar los diálogos de los protagonistas de memoria. La única diferencia es que los protagonistas van cambiando. Pasan técnicos, jugadores y hasta aparece la figura de Batistuta como manager. Sin embargo la película siempre tiene el mismo final.
En la primera etapa del año, con Mario Sciaqua como DT, Colón comenzaba el 2012 con dos refuerzos: Leandro Gracián y Gerardo Alcoba. El volante resultó ser un fracaso absoluto, demostró que su carrera está en baja; el defensor uruguayo, bajo la misma bandera de la irregularidad que mostró el equipo, redondeó una tarea aceptable. Luego de un final de año plausible en puntos (31, con un segundo puesto compartido), el arranque del Clausura 2012 terminó con la dirección técnica de Sciaqua. Apenas habían pasado dos fechas y Germán Lerche decidió dar un golpe de timón para buscar un nuevo DT. A las pocas horas llegó Roberto Sensini. La primera prueba de fuego fue el clásico, que terminó en empate luego de estar dos goles arriba. Después llegó la eliminación de la Copa Argentina, el marcado fastidio de la gente con el plantel y el presidente y luego comenzó la levantada con el insólito gol de Garcé ante San Lorenzo. Los buenos resultados permitieron reavivar la ilusión, pero nuevamente se quedó en el tramo más importante del torneo y el hincha se tuvo que conformar, como atractivo en las últimas fechas, con esperar la despedida de Esteban Fuertes.
Se fue con goles
El delantero no fue determinante a lo largo del torneo debido a las lesiones que padeció (Chevantón por momentos intentó estar a su altura), pero Fuertes se las ingenió para ser nuevamente el goleador sabalero y cerró su carrera con dos partidos inolvidables: Godoy Cruz en Santa Fe y Banfield en Buenos Aires. Ante los mendocinos, el 20 vivió la noche de la despedida ante su gente, y a ellos les regaló dos goles para decretar una victoria sin sobresaltos. Unos días después, llegó el último partido de su carrera: también marcó dos tantos y decretó el descenso de Banfield, que Colón tomó como una revancha de aquella final de Córdoba en 1993.
El Bichi se fue a puro gol, tal como fue su carrera, y el viernes 21 de diciembre tuvo su gran fiesta, su merecido partido homenaje en el estadio Brigadier López.
La mediocridad del inicial
La segunda etapa del año arrancó con todo. Buen juego y victorias en el torneo local y en la Copa Sudamericana (aplastó a Racing con dos 3 a 1). Pero el buen andar duró poco, el equipo bajó notablemente su nivel de juego y los malos resultados no tardaron en llegar. Afuera de la Sudamericana a manos de Cerro Porteño y sin chances de pelear por nada en el Torneo Inicial, sólo le quedaba el clásico en la mira. Y fue el 2 a 0 ante Unión lo más destacado del semestre. Un escalón más abajo aparecen los 10 goles de Gigliotti, la voluntad de Bastía y algunos pasajes de Mugni que le podrían redituar millones de dólares a la caja sabalera.
Llega el verano, luego la pretemporada y otra vez a rodar la película de la ilusión.
Publicado en Pausa #108, a la venta en los kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.