Se viene el noveno Argentino de Danza. Artistas de varios puntos del país recalarán por tres días en los escenarios de Santa Fe.
Por Juan Almará
Los Argentinos de Danza, Literatura y Teatro conforman la tríada que cada año la Secretaría de Cultura de la UNL lleva adelante para congregar y dar a conocer las propuestas de cada uno de esas disciplinas. Este año, el Argentino de Danza llega a su novena edición. Desde el 18 y hasta el 20 de abril el Foro Cultural Universitario y el Teatro Municipal 1°de Mayo serán los escenarios por los que circularán los espectáculos. Para conocer más acerca del evento, charlamos con Juan Berrón, coordinador artístico y programador del festival.
Expectativas
Refiriéndose a lo que se podrá ver en esta nueva muestra, Juan afirmó que “durante los Argentinos, la Compañía de Danza de la UNL presenta obras. Este año los maestros Ana Garat y Gustavo Lesgart estrenan Oceánica y AZULnoche, respectivamente. El espacio antes estaba tratado desde una perspectiva más experimental, pero ahora produjeron coreografías. Están planteadas desde el movimiento: el público local nos reclamaba eso, y sin ser condescendientes, nos pareció que la idea estaba buena. Por otro lado, viene Andrea Servera, que convocó a 20 bailarines de la ciudad para Tushh Santa Fe. Y habrá obras de Rosario y Tucumán”.
Nuevos lenguajes
Dos puestas se arriesgan a cruces vanguardistas: Cuerpo extranjero incorpora el teatro de títeres y Tushh Santa Fe suma folclore y hip hop. Con respecto a estas mixturas, Berrón expresó que “podemos definir la danza contemporánea desde un montón de puntos de vista. En los 80 se ve un fenómeno a nivel mundial con la danza teatro, que inaugura la alemana Pina Bausch. En los 90 las obras se transforman en un espectáculo multidisciplinario con artistas provenientes de las artes marciales o el yoga, por ejemplo. Hoy no podes hablar de bailarines, sino de cuerpos dispuestos. Se necesitan intérpretes que estén formados en alguna actividad corporal, pero si a su vez hicieron un pasaje por la plástica, el cine, el video o la fotografía, están mucho más enriquecidos y sensibilizados. El panorama se ha complejizado a través de otras herramientas. La agregación de esos lenguajes se vincula con lo que cada autor quiere contar y de los recursos que se vale para hacerlo”.
El proceso
El Argentino de Danza es una propuesta consolidada. Pero en sus comienzos fue un espacio que se tuvo que crear y mantener. Juan comenta que “nació luego de hacer un panorama del género a nivel nacional. Es un festival bien federal. Ese fue el primer objetivo que tuvimos cuando arrancamos. De todas las variantes, la contemporánea es la que está menos difundida. La clásica tiene referentes que pasaron a ser populares. Me parece que la ciudad de Santa Fe tiene en este momento nuestro festival. En la Secretaría generamos una compañía de danza que tiene producciones anuales. Está asentándose un trabajo que se lleva a cabo hace 10 años. La idea es generar cursos, capacitaciones y mucho apoyo para que los grupos independientes tengan un lugar para mostrar sus proyectos”.
La selección
Otro punto a resaltar es la elección de los participantes. Al respecto, Berrón comentó que “en este tiempo hemos entablado lazos con universidades y compañías independientes que nos acercan sus trabajos. Es un proceso bastante arduo porque tenés que analizar los videos, las propuestas y las críticas. También tenemos a varios directores del interior que son nuestros referentes a la hora de decir, por ejemplo, ‘A ver que se está haciendo en Tucumán’. A través del Instituto Nacional de Teatro contamos con otro sistema. Allí tienen relevado los grupos que solicitan subsidios para sus trabajos. Pero no existe un censo de la danza contemporánea en nuestro país. Subsisten nombres y directores, pero los elencos son muy cambiantes. Un año los traes con una superproducción que ganó un montón de festivales y al otro te encontrás con que están laburando en otro rubro”.
El público
Para finalizar, no es posible dejar de lado a uno de los protagonistas principales: el público. Berrón explicó que “la evolución ha sido bárbara. Empezamos siendo un festival que nació de cero, teniendo que incentivar la participación nosotros mismos. Hay un público que se va formando y, al mismo tiempo existe otro cautivo, que todos los años espera el evento. Se crea una gran expectativa porque es un festival que está instalado, es generado por una universidad y va por su novena edición ininterrumpida”.
Publicada en Pausa #111, a la venta en los kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.