Redactores de la revista que rescata la voz de las villas, estuvieron en Paraná y Santa Fe compartiendo experiencias de autogestión y lucha.
Por Ileana Manucci
La Garganta Poderosa es esa revista de la que todos conocen sus tapas pero pocos su contenido, su origen, su motivación. Entrevistas mano a mano con el Indio Solari o con Messi provocan la envidia de más de un iluminado periodista, que no puede entender como estos villeros consiguen el sí de tamaños ídolos populares. Pero La Garganta es mucho más que su tapa vendedora, o compradora, en su interior hay 28 páginas de cultura villera, de vida de barrio, de sueños, alegrías, luchas y dolor.
Nacho, Alejandra y Dáda, tres voces de La Poderosa, convocaron a cientos de jóvenes en la Facultad de Ciencias de la Educación de la UNER y en El Birri, para que el grito aturdidor de los acallados por décadas siga propagándose por todo el país.
“La Garganta Poderosa es el brazo literario de La Poderosa, nuestra organización de base conformada por 15 asambleas villeras que no sólo se encuentran en Buenos Aires, sino en varias provincias”, comienza explicando Nacho, “creemos que antes que nada es imprescindible contarles de dónde venimos y desde ahí dar pie al grito que desde La Garganta queremos dar, un grito que dice que amamos nuestra cultura villera y que nuestra cultura villera no es eso que les contó la televisión. Esa cultura tiene muertes, pero en la enorme mayoría de los casos no dependen de nosotros, dependen de las ambulancias que nos niega el SAME o del gatillo fácil que nos mete la Policía Federal; en ese lugar además de muerte tenemos un montón de vida, vivimos en barrios que nos enorgullecen, que construimos con nuestras propias manos, que tienen nuestras escuelas, nuestros pibes, nuestros recuerdos; todo eso no lo vamos a negociar, ninguno va a dejar el lugar donde vive y todos creemos que tenemos que vivir en condiciones mucho más dignas. Por eso nuestro fin es la urbanización y La Garganta es un medio para luchar por eso”.
El staff de la revista lo conforman fotógrafos y redactores de entre 10 y 50 años elegidos por las asambleas vecinales, provenientes de los barrios Zavaleta, Rodrigo Bueno, 31 Bis, 21-24 y Fátima, entre otros. Pero si abrimos la revista y observamos qué otros nombres aparecen como protagonistas de este proyecto, nos encontramos con el redactor jefe Rodolfo Walsh y colaboradores como Julio Cortázar, el Padre Mugica, Ernesto Guevara y 30 mil desaparecidos, entre otros. “Ellos fueron quienes comenzaron esta lucha para que nosotros tengamos voz, no es un tributo ni un homenaje, su colaboración es una realidad. Seríamos muy mentirosos si dijeramos que una revista de cultura villera nació porque se nos ocurrió a nosotros, se puede hacer una revista así porque muchos compañeros lucharon y murieron a lo largo de la historia para que hoy los barrios tengamos la suficiente fuerza para que eso pueda ser una realidad”.
La publicación es una de las cooperativas de trabajo de La Poderosa, una fuerza social de militantes anónimos y voluntarios que nació en 2004 y que intenta transformar la realidad a través de la organización en asambleas barriales, con trabajo colectivo, actividades de educación popular, talleres de arte, fútbol popular y generación de cooperativas entre las que ya se encuentran una gastronómica, otra textil y una de comunicación, la misma Garganta, que se encuentra en la calle desde 2010.
El día a día en la redacción de la revista no resulta fácil en un ámbito donde la tecnología no abunda y ni siquiera el suministro eléctrico para que esa tecnología funcione es continuo y constante. Las cuestiones técnicas y teóricas que hacen a la realización de una publicación, encuentran en esas condiciones dificultades mayores que en los ámbitos comunes de las demás redacciones. “En ese sentido seguimos trabajando mucho y aprendiendo todos los días. Nuestros pibes escriben aún no teniendo computadora y sacan fotos con los celulares, pero en cuestiones más específicas, como los programas de diseño, el proceso es más lento, hay que aprender de cero, pero estamos convencidos de que las falencias que podamos tener en ese ámbito no deben detenernos, porque lo más importante es la idea que sustenta a la revista, a su estética”.
Esa cuestión estética, reconocen, no es algo menor. El viejo prejuicio de que lo comunitario y alternativo no puede ser lindo ni estar bien hecho es un prejuicio que también se propusieron y lograron romper. “Cuando empezamos a laburar nos creímos realmente que nuestra revista no tenía que ser pedorra por ser comunitaria; creíamos en que podíamos hacerla en el papel que queríamos, en la calidad que queríamos y que seríamos mejor que El Gráfico, no mejor que una revista que alguna vez se hizo en el barrio con errores de ortografía y fotos malas, que no leía nadie. Esto fue un canal para levantar el autoestima y desde ese lugar, sin dudas, La Poderosa, como organización, se transformó mucho. Además pasamos de ser una organización de base, que buscaba contar la realidad en la que vivimos, a que de golpe nos llamen los medios nacionales y que los políticos que no nos abrieron nunca las puertas no pidan por favor tener una reunión. Todo eso fue un canal de empoderamiento, nos hizo dar cuenta de que mucho más que un medio estábamos construyendo una alternativa política, que históricamente para construir eso había que tener una espalda financiera o partidaria, y nosotros, tan sólo con una espalda comunitaria, hoy hemos construido una entidad política y nos sentamos en la mesa de los funcionarios a pedir por nuestras cosas. Entonces, lo que nació como algo meramente teórico o utópico hoy se transformó en una responsabilidad de todos los días”.
Apostar a un medio gráfico hoy, en la era de lo virtual, es poco menos que un riesgo. Los costos de producción, de distribución y el poder generar el atractivo suficiente para que el publico te lea, parecen ser esfuerzos que para muchos no vale la pena hacer ante los mínimos costos de una página web, un blog o perfil de Facebook. Pero La Garganta, aún encontrándose en una situación donde el dinero no abunda, asume y afronta ese riesgo.
“Muchos nos quieren hacer creer que estamos ante el ocaso de los medios gráficos, y que eso es algo que se da naturalmente; para nosotros eso es un absurdo. La Garganta acaba de aparecer y es la primera vez en la historia, la primera vez en 200 años que hay una publicación así; no hemos mantenido un medio gráfico, lo hemos parido en un lugar donde nunca lo hubo. Y por más que les pese, el medio gráfico, el papel, es el único que puede llegar a las manos de la gente de la villa; nosotros no podemos pretender llegar por redes virtuales a barrios donde no hay electricidad, y ni siquiera podemos aspirar a que nos vean por televisión los compañeros que no tienen un televisor. Pero la revista, que adentro del barrio se mueve gratis o al costo, conformando cooperativas de distribución, hablando nuestro lenguaje, es un modo de recuperar la lectura, algo que creemos esencial para desarrollar la imaginación. Estamos intentando hacer nuestros propios medios con nuestra propia cultura, y nuestra cultura hoy, todavía, tiene lectura”, cerró Nacho.
Publicado en Pausa #111, a la venta en los kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.