Balú Rock: grabación con Richard Coleman y disco debut en puerta.
Por Juan Almará
Sin prisa pero sin pausa. Así llevan su carrera los chicos de Balú Rock. Luego de integrar entre 2005 y 2007 el grupo Perseguidos en Humberto Primo –su ciudad natal– Nicolás Rostagno (guitarra y voz) y Esteban Alarcón (guitarra y coros) se reencontraron en Santa Fe en el 2008. Primero conformaron un dúo acústico y luego decidieron armar una banda. Así es que junto a Vicente Ballay (guitarra), Santiago Cordido (bajo) y Guillermo Vigil (batería) dieron vida a Balú. En el 2012 grabaron su primer material de difusión y el clip de “Almas Kamikazes”. Este año, y gracias en gran parte al apoyo de su público, llegaron a una de las instancias definitorias del concurso Selección de Bandas del Festival Pepsi Music 2013. Si bien no quedaron dentro de los 4 grupos que tocaron en el evento, el pasado 27 de Marzo viajaron a Buenos Aires para grabar un demo y un video en el reconocido Estudio Santito, bajo la dirección del ex Fricción y ex guitarrista de Gustavo Cerati, Richard Coleman. Ahora, antes de entrar a grabar su álbum debut, charlamos con Nicolás, Esteban y Vicente.
El concurso
—¿Cómo se decidieron a participar del Pepsi Music?
—Nicolás: La idea surgió después de enterarnos del concurso a través de Internet. Cuando uno arranca lo que más desea es darse a conocer, mostrar lo que hace. Nos inscribimos presentando los requisitos que exigía el certamen. Teníamos grabados algunos temas y el videoclip de “Almas Kamikazes” y utilizamos ese material para anotarnos. En un principio eran cerca de 300 bandas y al final terminaron siendo 400, provenientes de todo el país. Hicimos mucha difusión por Facebook, les avisamos a amigos, conocidos y familiares para que nos ayuden a conseguir los votos.
—Vicente: El único medio a través del cual se podía elegir era Facebook. Empezamos a hacer una movida por ese lado y terminamos sextos en el ranking general. Estábamos tranquilos porque para pasar esa etapa teníamos que estar entre los veinte primeros. Después de esa pre-selección, intervino un jurado armado por la organización del festival. Ellos, a partir de las producciones presentadas, hicieron otra elección de ocho finalistas. Y ahí fuimos escogidos nuevamente.
—Nicolás: Nos alegramos mucho, porque sabíamos que al ser finalistas viajábamos a Buenos Aires para grabar en Santito bajo la producción de Richard Coleman. Además, pensamos que vieron algo en nosotros. No sabemos si fue la onda o la forma en que interpretamos los instrumentos, pero evidentemente les gustamos.
Un viaje de ida
—¿Cómo fue la grabación del demo y del video de “Reo de mil pecados”?
—Nicolás: Fue excelente. Llegamos a ese tremendo estudio y vimos los cuadros de los discos que hicieron ahí músicos como Cerati, Calamaro, Charly García y Spinetta. La grabación estuvo muy buena. Quedamos conformes con la participación de Richard, porque se metió de lleno en lo que hacíamos. Nos aconsejó, habló muy bien y tranquilizó. Se encargó de que todo fuera natural y saliera perfecto.
—Esteban: Para nosotros era una experiencia nueva. Entramos a ese estudio que está equipado con semejantes consolas y no parábamos de asombrarnos. Era increíble todo lo que tenían.
—Vicente: Fue como salir a la Bombonera, jugar en primera.
—Nicolás: Elegimos “Reo de mil pecados” porque es un tema que nos gusta, al igual que el resto de nuestras canciones. Nos pareció acorde para la situación, lo teníamos bien ensayado, salía lindo y creíamos que podía andar. Ahora veremos su repercusión a través de las reproducciones online. Eso nos pone contentos y nos hace pensar que la elección fue buena.
—¿Qué recuerdos les quedaron?
—Nicolás: Los recuerdos son hermosos. Y no sólo de la grabación, sino del hecho de viajar todos juntos. Cada vez que salimos a tocar afuera la pasamos bárbaro. Ni hablar lo que fue estar en ese estudio. Son cosas que no se te van a borrar. Richard nos dijo: “disfruten esto porque no saben cuándo van a volver a un lugar así”. Además teníamos dos horas para grabar. Los tiempos eran breves y teníamos que aprovecharlos a full. Eso nos llevó a valorar todo al máximo.
—Vicente: Tratamos de exprimir la situación al límite, siendo lo más conscientes de lo que vivíamos. Todo fue muy rápido: salimos de acá a las 9 de la mañana y a las 10 de la noche ya pegamos la vuelta.
Lo que se viene
—¿Cómo va el proceso de creación de su primer álbum?
—Nicolás: Ya grabamos el material de difusión, que está girando y cuyo enlace para descargarlo se encuentra en el Facebook Balú Oficial. Es un adelanto del álbum. Conjuntamente hicimos el video de “Almas kamikazes” para consolidar su circulación y aprovechar el auge de las redes sociales, que nos sirven mucho para darnos a conocer. Ahora estamos con la preproducción del primer disco. Lo estamos registrando en El Rey Recording con Federico Teiler, que va a estar a cargo de la producción.
—Vicente: A grosso modo, ya tenemos la lista de temas armada. Estamos laburando directamente sobre esas canciones. La idea es terminarlo sí o sí antes de fin de año. Igualmente queremos que salga lo mejor posible, o sea que no nos vamos a apurar ni a enloquecer.
Confluencia sonora
—En Balú convive un sonido pop-rock con influencias del folk y del rocanrol más crudo. ¿Cómo llegaron a esa síntesis musical?
—Esteban: Cuando formamos la banda, cada integrante arribó con sus influencias. El baterista trajo una onda grunge, Vicente viene del lado del punk, Nico y yo escuchábamos rock nacional más tranqui como Charly, Fito, Aznar y algunas cosas como Los Piojos y Callejeros. Santi, el bajista, oía bandas con un sonido más oscuro como The Cure o Cabezones. De esa mezcla sale esta música: va desde el rocanrol, pasa por el folk y el pop y llega a un rock más convincente.
—Nicolás: En una misma canción conviven diversas vertientes. Por ahí caigo con un tema que lo hice inspirado en Spinetta. Y Guille le suma un arreglo que sacó de Pearl Jam. Y nacen cosas buenas. A su vez, nos permite evitar que los temas sean iguales entre sí.
—Vicente: Tenemos uno más murguero, ahora estamos armando otro que tiene estrofas con bases puramente funk. Nos permitimos esa versatilidad para componer. Estar abierto es un desafío a la hora de enfrentar el instrumento. No todos tocamos todos los estilos. Y eso es una forma de seguir aprendiendo.
La escena
—¿Cómo ven al rock local?
—Nicolás: Lo veo bien. Desde hace un tiempo percibo un crecimiento de los jóvenes hacia la música. Eso permite que aparezcan grupos nuevos de diversos estilos. En cuanto a lugares, hay una movida interesante. Hoy es más sencillo tocar. Existen varios espacios donde te abren las puertas. Se generan eventos desde el Estado, ya sea municipal, provincial o nacional. Se le está dando mucha bola a los shows masivos y eso termina ayudando a la música hecha acá.
—Vicente: Está bueno ver bandas que laburan de una forma muy profesional, que están comprometidas con lo que hacen. Y ahí también hay diversidad musical. Los que más están sonando, como Astro Bonzo, Los Cohibas, Santa Fe Ska y La Gran 7, conforman un abanico de estilos muy amplio.
Futuro cercano
—¿Qué proyectos vislumbran de acá en adelante?
—Nicolás: Nuestro proyecto más importante es el disco. Va a estar acompañado de algunos clips, porque queremos sacarle todo el jugo posible a las redes sociales. Poder mandar con un click tus temas y videos a cualquier parte del mundo, es una facilidad con la que contamos y que no podemos desaprovechar. También queremos tocar mucho, porque ese es el secreto del desarrollo y la maduración de una banda.
Publicado en Pausa #115, a la venta en los kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.