Proceso e independencia creativa, en una conversación con Lisandro Aristimuño.
Por Juan Almará
Lisandro Aristimuño es un cantautor patagónico que, lentamente y gracias a sus bellas canciones, construyó un camino propio y contribuyó al surgimiento de una renovada escena de songwriters.
Afincado en Capital Federal desde el 2002, ha editado cinco discos: Azules turquesas (2004), Ese asunto de la ventana (2005), 39º (2007), Las crónicas del viento (2009) y Mundo anfibio (2012). Los dos últimos fueron editados a través de Viento Azul, su propio sello.
Valiéndose de secciones de cuerdas, vientos, samples y sonoridades acústicas, Lisandro elaboró su artesanal y particular universo. En él, convive el cálido recuerdo de su Viedma natal junto a la deshumanización de las grandes ciudades. En el marco de la presentación de Mundo anfibio (álbum con presencias de lujo como las de Ricardo Mollo, Hilda Lizarazu y Boom Boom Kid) se presentó el 6 de julio frente a un colmado Centro Cultural Provincial, en un recital que superó las dos horas y cerró con ovación.
Aprovechamos la oportunidad para charlar con él y repasar esta intensa etapa de su carrera.
Vida anfibia
—Tu público crece año a año ¿Qué repercusiones estás teniendo con esta gira? ¿Cómo vivís ese desarrollo?
—Con mucha felicidad, ya que es la primera vez que llevo a la banda completa junto a los técnicos: en total somos 15 personas. En los discos anteriores se me hizo muy difícil por el costo que supone encarar cada producción desde la autogestión y la independencia. A eso hay que sumarle las enormes distancias que tiene nuestro amado país. El que vaya cada vez más gente a los shows, me da la posibilidad de concretar y desarrollar en cada escenario el mismo concierto que armé en mi cabeza.
—Mundo anfibio está atravesado por la relación conflictiva entre la humanidad, el ecosistema y el reino animal. ¿De qué forma pensás que el arte puede intervenir para hacer del planeta un espacio más habitable?
—Si al escuchar una de mis canciones, una persona tiene más cuidado y amor por la naturaleza, estoy aportando un poco de conciencia para lograr un mundo más vivible.
—Has afirmado que Mundo anfibio posee muchas influencias del rock argentino ¿Siempre estuvieron en vos o las sumaste para este álbum?
—Para cranear mis discos incorporo información durante un año y medio. A veces viene desde la infancia y otras de momentos más contemporáneos. Escribo, leo, escucho discos con el audio y la estética que me gustaría que tenga el mío, viajo, busco información en Internet, etc. Es una indagación amplia que me permite visualizar el concepto general y me lleva a componer, producir y arreglar las ideas. Mis influencias musicales para Mundo Anfibio fueron Canción animal de Soda Stereo, Como conseguir chicas de Charly García, Ciudad de pobres corazones de Fito Páez, Corpiños en la madrugada de Sumo, Pescado 2 de Pescado Rabioso, El ritmo de los Santos de Paul Simon, Pasión de Peter Gabriel, In Rainbows de Radiohead, Efterklang, Tunng y todos los discos de Massive Attack.
—La presencia de invitados le otorga a varias canciones una personalidad propia ¿Por qué elegiste a cada uno de ellos?
—Me gusta trabajar los discos como si fueran guiones de cine o teatro. Y a veces mi voz no es la adecuada para poder interpretar algunas letras. Tengo el enorme honor de poder tener participantes increíbles. Admiro profundamente lo que pueden lograr al darle, desde su timbre de voz e interpretación, un color más a cada tema.
Independencia y difusión
—Actualmente editas tus obras a través de tu sello, Viento Azul ¿Cómo fue que te animaste a elegir este camino y qué balance podes hacer de esta experiencia?
—Ser independiente es una elección que me da muchísima satisfacción y orgullo. Es un camino alternativo donde poseés la libertad de hacer lo que sientas y creas mejor para tus creaciones. Cosa que tampoco es fácil, porque tenés que encargarte de muchísimas cosas, estar seguro y jugártela. No es sólo hacer música, grabar o tocar. Son horas de oficina, internet, mails, contrataciones, fabricación de discos, etc. Pero más allá de esto, al final el placer es doble porque pusiste cada ladrillo de tu casa y estas informado y capacitado para hacerla como más te guste.
—Otras de las acciones de difusión musical que realizás es “Música Sin Fines de Lucro” ¿Cómo surgió este espacio?
—Siempre que viajo por el país los músicos locales me regalan sus discos o demos para que los oiga. Y me parecía bonito poder difundir a todos esas canciones maravillosas, para que no queden sólo en mi equipo de música. Así fue que puse en marcha este servicio por el cual, mediante un reproductor de audio, subo 15 canciones todos los meses del año a mi página web oficial (www.lisandroaristi.com) para que puedan ser escuchadas.
Lo que viene
—¿Estás pensando en nuevos proyectos para cuando finalice la gira?
—Hace poquito estuve produciendo artísticamente el nuevo disco de Liliana Herrero. Por el momento no tengo planes. Pero de cualquier manera, sin darte cuenta, comenzás a pensar cosas y rumbos para lo que se viene.
Publicado en Pausa #117, a la venta en los kioscos de Santa Fe y Santo Tomé.