Por una solución definitiva

Albergue de niños desprotegidos, el histórico edificio donde
funciona Casa Cuna acusa 78 años de vida y los problemas edilicios siguen a la
espera de una solución estructural.
Por Ileana Manucci
Es un entrañable hogar. Ubicado en San Juan 2388, alberga en
su interior a más de 30 niños y niñas en situación de riesgo social con el
objetivo de brindarles atención integral y favorecer su crecimiento y
desarrollo, para lo cual cuenta con un equipo interdiciplinario, de
profesionales y personal especializado en diversas áreas, que está las 24 horas
del día atendiendo las necesidades de los pequeños.
Los recursos para mantener la infraestructura del hogar
provienen de diferentes sectores: el aporte más significativo es el de los
socios, aproximadamente 6.000, otra buena parte proviene de los diversos actos
y eventos de beneficencia y una tercera partida la reciben de la Subsecretaría de los
Derechos de la Niñez,
Adolescencia y Familia del Ministerio de Desarrollo Social de la Provincia, que es el
organismo que decide el ingreso y egreso de los chicos y chicas.
En Casa Cuna los niños se guarecen, pero además realizan talleres o actividades en el Liceo.
Desde hace muchos años, Casa Cuna viene bregando por una
solución definitiva para los problemas estructurales que presenta su edificio,
construido en 1935. “La semana pasada tuvimos que clausurar una habitación
porque se estaba filtrando agua y el cielo raso corría riesgo de caerse, así
que ahora estamos tirando eso abajo para arreglarlo. A medida que van surgiendo
esos inconvenientes los vamos emparchando como podemos, pero estamos a la
espera de poder hacer una obra un poco mayor, que dure y con la cual estar un
poco más tranquilos en ese sentido”, cuenta Mercedes Molinas, vicedirectora del
turno tarde.
En estos momentos, las autoridades del hogar se encuentran
esperando una evaluación de todo el lugar realizada por dos arquitectos, con la
cual tendrían un panorama más específico y concreto sobre las medidas a tomar
para solucionar los problemas más importantes del hogar. “El edificio está muy
deteriorado porque durante muchos años no se le realizó el mantenimiento
adecuado. Esta nueva dirección está intentado reordenar un poco las cosas,
desde las cuentas hasta los problemas edilicios que nos aquejan desde hace
tiempo”,
—¿Cuáles son los mayores inconvenientes que tienen hoy?
—Este edificio, por su antigüedad, tiene algunos problemas
que son típicos del paso del tiempo, daños que no son estructurales pero si
importantes como las cañerías, las canillas, los baños; y otros, como los que
estamos estudiando ahora, que son un poco más grandes y para los cuales
necesitaríamos una inversión muy grande de dinero, que aún no sabemos con
exactitud de cuanto puede llegar a ser. Por ejemplo, tenemos una rajadura que,
de encontrarse los cimientos involucrados, demandaría la realización de una
obra importante en la que tendríamos que apuntalar toda la esquina del hogar.
—¿Cómo afrontan los gastos?
—Una vez que tengamos hecho el análisis y el presupuesto
final, comenzaremos a buscar el financiamiento. Estamos viendo la posibilidad
de que alguna universidad nos ayude, también tenemos el contacto de empresas de
materiales para la construcción que estarían dispuestas a darnos una mano y
pensamos en desarrollar algún programa de padrinos que creemos que nos puede
ser de gran utilidad. Por otro lado, contamos siempre con la ayuda de nuestros
socios y de la comunidad en general, que aún no pagando una cuota mensual se
acercan cuando pueden a la institución para hacer sus aportes, ya sea en dinero
como en cosas para los chicos, como ropa, juguetes, alimentos. Gracias a la
gente esto se mantiene, gracias a quienes compran la rifa, participan del te
bingo anual y ayudan en lo que pueden; son realmente colaboraciones inestimable
para nosotros.
—¿Y el Estado?
—En algunos casos el Estado asigna partidas para estos
arreglos, que pueden cubrir el monto total, parcial o nada, pero para ese
trámite necesitamos el presupuesto que estamos armando ahora. Además, al ser el
edifico Patrimonio Histórico Provincial, tampoco podemos hacer cualquier
arreglo ni cómo nosotros querramos, hay que tener determinados criterios
profesionales específicos, autorizaciones, y eso en muchos casos encarece el
proceso. Pero el Estado provincial aporta, a veces hay algunos retrasos pero
por lo general ese dinero siempre está. Además de las partidas que los chicos y
chicas reciben amparados por la ley 5.110, que es dinero para ellos pero que
significa un aporte para cubrir algunas necesidades como calzado o paseos, lo
cual implica menos erogaciones para nosotros como institución.
El trabajo del hogar
“Los niños y niñas llegan al hogar por disposición de la Subsecretaría de
Niñez y permanecen aquí a la espera de un proceso legal”, explica Diego
Martínez, psicólogo. “Se ponen plazos mínimos y máximos, que no siempre se
cumplen, en el cual los chicos deberían volver a su hogar o, aquellos que están
en condiciones, ser adoptados”.
Aunque las edades máximas no deberían superar los 7 u 8
años, la realidad muestra que hoy Casa Cuna brinda alojamiento y contención a
niños y adolescentes de hasta 15 años.
Además de un techo, una cama, vestimenta y alimento, en el
hogar los chicos y chicas cuentan con gran cantidad de actividades pensadas en
pos de su desarrollo y bienestar. “Los niños participan de diferentes
disciplinas deportivas en los clubes del barrio y también tienen talleres acá,
de computación, de construcción de barriletes, percusión. Además vienen a
trabajar con ellos los estudiantes del ISEF, van al Liceo Municipal y, siempre
dependiendo de los intereses del niño, se intenta que hagan actividades, tanto
fuera como dentro del hogar”, finalizó Molinas.
Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013

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