Por Federico Coutaz
Los programas radiales de fútbol sirven para pensar. Hace poco escuché decir en uno que “de los seis partidos del grupo, cuatro fueron visitantes y dos, empate”. Esto que podría, forzosamente, considerarse algo parecido a una información, es, sin embargo, una explicación o justificación de la derrota que sufrió uno de los equipos de los cuatro que perdieron.
Contextualizo. Un equipo, que suele ganar copas, pierde una serie de partidos y esto despierta excitación intelectual en el periodismo deportivo. No se trata de una impostura; es casi una intriga existencial que estimula inspiración poética y fervor militante. Las discusiones recrudecen en la semana.
“De seis partidos 4 fueron visitantes” repite un notero que, a juzgar por su tono revelador, deberíamos suponer que no estaba escuchando el programa. Los conductores no lo reprenden al aire, como suele ocurrir según la costumbre de maltratar en público al más débil. La sentencia detiene la polémica e impone reflexión, casi silencio.
Es curioso que nadie considere la hipótesis de que seis partidos de fútbol son insuficientes para demostrar una tendencia general, o que el dato no constituya un hecho que amerite ser explicado con urgencia, o que quizás no tenga una explicación especial, distinta, por ejemplo, a la que logre desentrañar el azar o la belleza.
No es menos curioso que la búsqueda de razones para explicar el hecho de que los equipos locales pierdan no ilumine la posibilidad de que el equipo en cuestión haya jugado peor que el visitante que le ganó.
Los programas de fútbol de la radio sirven para pensar posiblemente porque recurren a metáforas con valor de tecnicismo y ostentan misteriosos conceptos como “volumen de juego” o “mística de equipo” (este último de clara intriga metafísica). Aparecen jugadores cuyas debilidades defensivas obedecen a que “no sienten la marca” y directores técnicos que despliegan tácticas y estrategias acordes a sus distintas “filosofías de juego”. No menos estimulante resulta la constante sorpresa que ofrecen repentinos y abruptos cambios en el vocabulario. Sin razón aparente un clásico pasa a llamarse derby y una dupla pasa a ser un tándem, como si así hubiese sido siempre.
En radio y televisión, hay otros programas, no sólo de fútbol, que también sirven para pensar, pero yo prefiero escuchar el horóscopo. La filosofía, se sabe, es aburrida y no lleva a nada. Puro chamuyo.
Publicada en Pausa #121, miércoles 11 de septiembre de 2013
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yo escucho mucha AM y el otro día, me enganché con un programa "racinguista". le estaban haciendo una entrevista intensísima a un ex dirigente que habló como dos horas y la verdad, aprendí muchísimo de futbol pero en su dimensión "negocio", algo que siempre me interesó saber pero no encotraba dónde ir a buscarlo, rápido y fácil
qué se yo, es un aporte nomas que hago, ignorado aboslutamente todo de este deporto, sin ver ni un partido, reivindico los programas radiales de fútbol
y la AM en general
abrazo, paula
Digno de analizar, y tomarse la cabeza de la bronca, al periodismo deportivo santafesino.
Obsecuentes mercenarios que no saben como salvaguardar los intereses por los cuales responden.
Solo resta ver a Enrique Cru$ y sus intentos desesperados de limpiar la imagen de Lerche, aunque insostenible por donde se lo mire, ya sea desde su "torneo economico", pasando al futbol profesional como el "modelo de club" que lleva delante.