Estimado/a lector/a. Por única vez, he decidido no malgastar este espacio. Luego de escuchar con atención los discursos más cautivantes, hoy le ofrezco una serie de consejos que, estimo, sabrá aprovechar.
• No olvide nunca decir “de” justo antes de decir “que”. Ese subordinante que usted agrega, así como complejiza la estructura de la frase, puede hacer que lo que diga suene más complejo de lo que es. Además, si dice sólo “que”, aún cuando ésta sea la forma correcta, quien lo escuche sentirá que falta algo.
• Procure no conjugar los verbos, sobre todo al inicio de su enunciado. No es necesario y puede sonar demasiado rebuscado. Conviene, por ejemplo, de este modo: “Decirles de que”, “Agradecerte” , “Felicitarlos”, “El gusto de saludarte”, y así.
• Cada vez que se refiera al pasado, agregue la aclaración atrás, de lo contrario el sentido no será preciso. O sea, diga siempre: “Hace dos años, atrás”, “Hace veinte segundos, atrás” (aunque agregue algún segundo innecesario a esa cuenta “es preferible prevenir que curar” decía mi abuela y llevaba razón).
• Abandone por completo el modo subjuntivo, con el otro basta y sobra (más algún imperativo de acuerdo a la suerte que usted tenga). Nunca diga, por ejemplo, “si yo fuera” o “si yo tuviera”; sonará pretensioso y anacrónico. Además “si yo sería” y “si yo tendría” suenan mejor.
• Toda vez que pueda, intente matizar su discurso con la expresión “A ver”. Cualquier cosa que diga –ya sea obviedad, cliché o estupidez– parecerá fruto de su más profundo esfuerzo intelectual. Es necesario que introduzca una breve pausa para que parezca que está pensando.
• Si desea que su discurso adquiera resonancia académica, utilice la palabra “impronta” sin temor al sinsentido ni a la repetición, queda bien prácticamente siempre.
• Para mayor elegancia, incorpore las formas “todo lo que es” y “todo lo que tiene que ver con”, especialmente cuando no son necesarias. Ejemplos: “El corte es en todo lo que es la ruta 1” o “Juntamos todo lo que tiene que ver con alimentos no perecederos”. Respecto de esta última, nadie se engañará creyendo que se refiere a la producción, envasado, trasporte y consumo de esos alimentos porque, claramente, no son cosas que se puedan juntar.
Importante: Cuando domine estos sencillos artilugios, estará usted en plena condición de trabajar en cualquier medio de comunicación y/o ejercer la función pública. Anímese.
Publicado en Pausa #127
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Una magistral clase de ironía.
A ver, pienso de que todo lo que tiene que ver con la forma de expresarnos y su impronta es necesario aprenderlo, yo no sabía esto hasta hace 20 minutos atrás. Si yo tendría que hacer algo ahora es agradecerte por la enseñanza Federico. Un abrazo.
Antes de que esto pase a mayores, decirte que hace algunos años atrás nadie hubiese tenido el tupé de publicar una nota de este talante en un medio de comunicación. Si yo sería el editor y tendría un columnista como usted en mi redacción no permitiría este atropeyo.
A ver... toda esta impronta que utiliza para la explicación de todo lo que es la gramática y todo lo que tiene que ver con la semántica discursiva no logrará amedrentarme en mi camino por trabajar en un medio de comunicación, y quién le dice, en un futuro, ejercer algún cargo en la función pública.
Saluda atentamente.