Llegó marzo, con una facha melancólica que ya anuncia el otoño, cuando yo todavía no tuve mi cuota saludable de paseo y natación. Me faltó verano, la verdad, creo que a muchos santafesinos les debe pasar lo mismo, incluso a aquellos que abominan del calor. Me faltan brazadas en el río. Me falta club. Me faltan rodeos ociosos y diligencias sudorosas en la bici. Apenas me metí una vez en el Coronda, a la altura de los cuarteles, creo que el día más caluroso del año, o de los últimos años. El agua estaba fresca, hermosa. Pero al salir, la sombra del aromo que elegí como sombrilla parecía estar colocada en el centro candente de una estrella y tuve que levantar campamento rápido y volver atravesando el monte a largos trancos, urticado de jejenes, tábanos y chicotazos de ramas en el cuero. No se podía estar. Incluso en el agua la cara ardía, el pelo se secaba enseguida y la cabeza pedía a gritos el sosiego de la profundidad.
Me faltó, me faltó. No alcancé a visitar siquiera la pileta del club Suboficiales.
Ahora me acuerdo que una siesta de diciembre, antes de las fiestas, cuando parece que todo lo bueno del mundo está por suceder, fui con mi hijo a la playita municipal de Santo Tomé. Pero nos tuvimos que volver enseguida, porque la estrecha franja marcada por los andariveles apenas dejaba lugar para chapotear en una olla tibia con un resabio de cocoa en el lecho pringoso.
El primer trecho de enero fue un horno, ¿se acuerdan?, con temperaturas que superaron los 40 grados, para después dar lugar a largas temporadas de lluvia tropical, pesada, inclemente. Y ahora, esa melancolía sonsa con que el otoño se va a robar la mejor época del año, al menos para mí, repito: el verano.
Hoy, cuando me levanté para atender a un tallerista, miré el patio con el pasto agrisado por la luz de un cielo en capota y le dije: ¿Ves? Eso es la melancolía. Una palabra horrible que ningún poema debería utilizar. Mejor decir ese patio así como lo ves. Y ahí no más se me ocurrió cambiar el tema de esta primera entrega para Pausa que hasta entonces iba a tratar sobre las semillas que el INTA está comenzando a distribuir en esta nueva temporada de siembra: lechuga, achicoria, acelga, espinaca, tomate, etc.
Publicada en Pausa #129, miércoles 12 de marzo de 2014
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