Por Fernando Callero
Una de las mejores cosas que me pasó este último año fue la
computadora de Cristina. Me la dieron en comodato al comienzo del año lectivo
2013, en la Almirante,
y desde ese momento me hice adicto a ese pequeño tupperware indestructible. De
hecho todos mis anteriores equipos pasaron hace rato al estante alto del placar
donde duermen un sueño que hasta hoy creí definitivo. Porque, ¡horror!
computadora de Cristina. Me la dieron en comodato al comienzo del año lectivo
2013, en la Almirante,
y desde ese momento me hice adicto a ese pequeño tupperware indestructible. De
hecho todos mis anteriores equipos pasaron hace rato al estante alto del placar
donde duermen un sueño que hasta hoy creí definitivo. Porque, ¡horror!
Hoy, después de un año de rendir como un caballo 24, 48, 72
horas, todo continuado, mi pequeño monstruo Exo se bloqueó. Es la primera vez
que me pasa, ya he escuchado a muchos colegas y pibes quejarse de estos
bloqueos, y a pesar de que me hacía una idea, no me imaginaba el daño moral que
acarrea esta aplicación de seguridad. Desde ya que no estoy de acuerdo con ese
control estúpido, violento. Las computadoras son parte de nosotros, no deberían
considerarlas un servicio sino un derecho.
horas, todo continuado, mi pequeño monstruo Exo se bloqueó. Es la primera vez
que me pasa, ya he escuchado a muchos colegas y pibes quejarse de estos
bloqueos, y a pesar de que me hacía una idea, no me imaginaba el daño moral que
acarrea esta aplicación de seguridad. Desde ya que no estoy de acuerdo con ese
control estúpido, violento. Las computadoras son parte de nosotros, no deberían
considerarlas un servicio sino un derecho.
Su ostra se cerró con todo mi laburo dentro, incluida la
última columna de Pausa que tenía preparada para este número: Hjelmslev, que
habla sobre un tema muy distinto del que vengo prometiendo desde la primera
columna de este año: las semillas del INTA.
última columna de Pausa que tenía preparada para este número: Hjelmslev, que
habla sobre un tema muy distinto del que vengo prometiendo desde la primera
columna de este año: las semillas del INTA.
Así que aprovecho este accidente para ir al grano y
comunicar que en cualquiera de sus oficinas, todo googleable (en Santo Tomé
está en esa oficinita en la punta de la Municipalidad), está
abierta la entrega de semillas de estación, de óptima calidad, todo sale (y lo
digo por propia experiencia amigos), más instructivos de cómo labrar la tierra
y armar los tablones, una de las partes fundamentales del proceso.
comunicar que en cualquiera de sus oficinas, todo googleable (en Santo Tomé
está en esa oficinita en la punta de la Municipalidad), está
abierta la entrega de semillas de estación, de óptima calidad, todo sale (y lo
digo por propia experiencia amigos), más instructivos de cómo labrar la tierra
y armar los tablones, una de las partes fundamentales del proceso.
El trámite es simple. Llevás tu DNI y una descripción somera
del terreno y de los habitantes, futuros beneficiarios, y ya está. ¡A sembrar!
del terreno y de los habitantes, futuros beneficiarios, y ya está. ¡A sembrar!
Primera lección en verso:
Los tablones
Se marca un perímetro con hilo alzado sobre palitos
Se cala un pan de tierra de la cabeza de 30x30
Se deja ese terrón a un costado
Calamos los próximos 30x30 y lo corremos
Hacia el lado de la cabeza
Así hasta llegar al final, va a faltar
Tierra entonces ponés el pan
Que arrancaste de la cabeza
Y sembrá
Publicada en Pausa #131, miércoles 9 de abril de 2014
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