Clamor barrial por el transporte

El Pozo, Alto Verde, el cinturón costero, el noroeste: la
irregularidad del servicio de colectivos motiva la protesta de los vecinos.
La Junta
de Vecinos de Barrio El Pozo, a punto de cumplir tres meses clamando por el
deficitario servicio de transporte público, continúa con las asambleas
periódicas y no quiere que el asunto se traspapele ni quede en el olvido. Cada
martes y viernes el salón del Club de Bochas está a disposición para que los
vecinos autoconvocados se reúnan a debatir en torno a esta problemática que
vienen arrastrando desde el primer día de marzo, momento que caló en la memoria
de todos los lugareños (de El Pozo, Rincón, Colastiné, La Guardia) como la jornada
en que innecesarias medidas rebuscadas los dejaron con menos línea 2, menos C
verde, sin 9C.
En lo que lleva en actividad la Junta, acompañada por El
Pozillo, ha tenido la chance de recibir a algunos concejales de los bloques
opositores así como también ha podido sentarse a charlar con representantes del
oficialismo. Estos no sólo escucharon los reclamos, sino que también atendieron
(y colaboraron en la constitución) a las propuestas superadoras que los mismos
vecinos esbozaron. Esperanzados con la palabra de las personas que dijeron
apoyar el reclamo, los vecinos se acercaron hasta el Concejo Municipal para
presenciar la sesión del jueves 8 de mayo, conociendo ya la propuesta del
Ejecutivo (que jamás se reunió con los vecinos), esa misma que semanas atrás
había sido abiertamente catalogada de “insuficiente” por los mismos
perjudicados. “Se van a afectar más coches que salgan del barrio El Pozo a la
ciudad, y que vuelvan”, apuntó el oficialista Mariano Cejas al respecto de una
medida que, a semanas de haber sido dispuesta, aún no se aplica en el barrio.
No menor fue la sorpresa de los vecinos cuando Fernando Fleitas y Tomás Norman,
quienes habían visitado las asambleas, no sólo no rebatieron en favor de sus
representados sino que anexaron algunos incisos a la oferta dispuesta por el
oficialismo.
Una vez aprobada la medida, el presidente del bloque
justicialista, Ignacio Martínez Kerz señaló la ilegalidad del proceso: “el
órgano de control del transporte público no ha aparecido ni siquiera mencionado
en la propuesta elevada, cuando es el mismo órgano el que debe dictaminar la
calidad del funcionamiento. De cualquier modo está más que claro que si el ente
regulador no regula, nada encontraremos de ellos en estos papeles”, declaró esa
misma tarde el edil. La propuesta del justicialismo fue la retracción de la
medida que convirtió la Línea
2 en metropolitana, pero obviamente no reunió la cantidad de votos necesarios.
Durante la sesión, Juan José Saleme había lamentado “la imposición de los
intereses económicos de la empresa Continental en perjuicio de los derechos de
los ciudadanos”, cuyo eco retornó en aplausos de los espectadores.
Así las cosas, los vecinos continúan los debates y amplían
la perspectiva para incurrir en nuevos actos de protesta: pronto se verán
algunos muros pintados con frases alusivas; en la tratativa de otras dolencias
del barrio: edificación ilegal de cocheras, el abandono de las familias
asentadas a la orilla de la laguna o la limpieza del barrio, por caso; y en
cuestiones de institucionalidad: ya se está redactando un estatuto que regulará
el devenir de lo que se convertirá en una asociación civil. La conductora legal
de la Junta,
Bárbara Hergenreder, apuntó a Pausa que “estamos hablando con representantes de
la Defensoría
del pueblo para tratar también las denuncias penales que el municipio levantó
contra algunos de nuestros vecinos. Esperamos que se consigan pronto las
audiencias que corresponden y que se empiece a obrar a favor nuestro, y no en
contra”.
No obstante, la ciudad sangra en cada barrio por el
transporte público: a los problemas de la gente de la costa se agregan también
los vecinos del norte, con la irregularidad y los parches que las líneas 10 y
11 no paran de ensayar. Como si fuera poco, a Alto Verde le ha llegado también
el momento de alzar la voz por su Línea 13, que al no poder ni siquiera
circular, deja a estudiantes, trabajadores y jubilados con la mano alzada. Esto
tiene relación directa con la medida arbitraria que modificó el destino de la Línea 2, ya que aquellos
estudiantes universitarios que ven pasar de largo a la “línea metropolitana”
optan por el servicio de la 13, que se ve sobrepasada y queda imposibilitada de
comunicar a los usuarios del barrio con el resto de Santa Fe.
El mal estado de las calles es otro tema que está en la
agenda barrial, que ha generado protestas artísticas soportadas en  algunos raperos del lugar, que han llegado a
manifestar “las calles de Alto Verde te hacen sentir en la luna, no por la
gravedad, por los cráteres que se suman”. Ello también aporta a la seguridad
por la que el vecindario está reclamando, si ni siquiera pueden contratar el
servicio de taxis o remises legales a causa del temor y la incomodidad.
Publicada en Pausa #134, miércoles 28 de mayo de 2014

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