Será la copa más cara de la historia y tendrá un único
ganador real: Blatter y la FIFA.
ganador real: Blatter y la FIFA.
Por Gastón Chansard
El Mundial 2014 ya llegó. Este jueves 12 de junio se pone en
marcha el acontecimiento deportivo que acapara la mayor audiencia televisiva
del mundo. Desde la imponente ciudad de San Pablo, Brasil y Croacia serán los
protagonistas del encuentro inaugural de la Copa del Mundo más cara de la historia.
marcha el acontecimiento deportivo que acapara la mayor audiencia televisiva
del mundo. Desde la imponente ciudad de San Pablo, Brasil y Croacia serán los
protagonistas del encuentro inaugural de la Copa del Mundo más cara de la historia.
Lo meramente deportivo muchas veces puede quedar al margen
de todo análisis cuando las noticias que llegan desde Brasil son, cuanto menos,
avasalladoras por el contenido de las cifras que se manejan para que el show
del fútbol brille de la mano de la multinacional FIFA.
de todo análisis cuando las noticias que llegan desde Brasil son, cuanto menos,
avasalladoras por el contenido de las cifras que se manejan para que el show
del fútbol brille de la mano de la multinacional FIFA.
Las marchas comenzaron el año pasado, con la Copa Confederaciones, y todavía continúan.
Allá por octubre de 2007 el mundo se observaba la foto del
presidente Inácio Lula da Silva, el ex jugador de fútbol y hoy diputado Romario
de Souza, el presidente de la
FIFA, Joseph Blatter, y la copa que todos los capitanes de
selecciones quieren levantar en la final. Hace casi siete años Brasil era
designada sede del Mundial 2014. Los brasileños festejaron y bebieron por la
noticia que llegaba desde Europa. La pobreza era el gran tema a combatir por
Lula y las cifras hablaban de un momentáneo y ajustado triunfo del gobierno,
pero vencer a ese rival sería tan duro como vivir en una de las tantas favelas
de Río de Janeiro. El presidente carioca por aquellos días aseguraba que la
inversión en los estadios sería privada y que las obras del Mundial (en
transporte e infraestructuras) “se constituirían en un legado para el país”.
presidente Inácio Lula da Silva, el ex jugador de fútbol y hoy diputado Romario
de Souza, el presidente de la
FIFA, Joseph Blatter, y la copa que todos los capitanes de
selecciones quieren levantar en la final. Hace casi siete años Brasil era
designada sede del Mundial 2014. Los brasileños festejaron y bebieron por la
noticia que llegaba desde Europa. La pobreza era el gran tema a combatir por
Lula y las cifras hablaban de un momentáneo y ajustado triunfo del gobierno,
pero vencer a ese rival sería tan duro como vivir en una de las tantas favelas
de Río de Janeiro. El presidente carioca por aquellos días aseguraba que la
inversión en los estadios sería privada y que las obras del Mundial (en
transporte e infraestructuras) “se constituirían en un legado para el país”.
Luego llegó la
FIFA y puso las cartas decisivas sobre la mesa. Entre tantas
exigencias, subrayaban que tanto la asociación como sus patrocinadores, entre
los que se encuentran Mc Donald’s y Coca-Cola, no pagarían impuestos por 12
meses. Así lo estipula la llamada “ley FIFA”, firmada por la presidenta Dilma
Rousseff. Este es uno de los tantos motivos por los que se multiplican las
protestas de los ciudadanos brasileños en las calles de las principales
ciudades.
FIFA y puso las cartas decisivas sobre la mesa. Entre tantas
exigencias, subrayaban que tanto la asociación como sus patrocinadores, entre
los que se encuentran Mc Donald’s y Coca-Cola, no pagarían impuestos por 12
meses. Así lo estipula la llamada “ley FIFA”, firmada por la presidenta Dilma
Rousseff. Este es uno de los tantos motivos por los que se multiplican las
protestas de los ciudadanos brasileños en las calles de las principales
ciudades.
Teniendo en cuenta esta jugada, los líderes del fútbol
mundial se propusieron recaudar en Brasil cerca de 3.500 millones de dólares.
Los actos, procederes organizativos y el tiempo lo pusieron a Romario en otra
vereda, y quedó en las filas de los ex aliados de Lula. Fue muy crítico cuando
comenzaron a conocerse los millones de reales que saldrían del estatal Banco
Nacional de Desarrollo Económico y Social para financiar el 98% de los gastos.
Además de denunciar la corrupción política interna, el “Chapulín” lo trató de
“ladrón, mafioso e hijo de puta” a Blatter.
mundial se propusieron recaudar en Brasil cerca de 3.500 millones de dólares.
Los actos, procederes organizativos y el tiempo lo pusieron a Romario en otra
vereda, y quedó en las filas de los ex aliados de Lula. Fue muy crítico cuando
comenzaron a conocerse los millones de reales que saldrían del estatal Banco
Nacional de Desarrollo Económico y Social para financiar el 98% de los gastos.
Además de denunciar la corrupción política interna, el “Chapulín” lo trató de
“ladrón, mafioso e hijo de puta” a Blatter.
Recaudación FIFA
Hoy, en cada rincón del planeta, se sabe que estamos en
presencia del Mundial más valioso, lucrativo y costoso en la historia de la FIFA. Las cifras récord
incluyen un premio de 35 millones de dólares para la federación que gane el
campeonato (las que menos reciben, 8 millones, son las 16 que quedan afuera en
la primera fase) y un total de 576 millones a repartir en partes desiguales
entre los 32 representativos internacionales; 4.000 millones en ingresos
comerciales para la FIFA;
y una cuenta de 14.000 millones de dólares para Brasil. Con respecto al premio
económico para el campeón, es superior en un 37% a la suma que se repartió en
Sudáfrica 2010, pero es una cifra muy baja si se tiene en cuenta la caja que
administra Blatter y sus socios. Ese primer premio de 35 millones es menos del
1% de los ingresos del organismo rector, conseguidos a lo largo de un ciclo
comercial de cuatro años. En tanto, la cifra de 12.000 millones de dólares es
lo que estiman que gastó/invirtió para construir y renovar doce estadios;
mejorar la infraestructura federal, estatal y municipal, además de los costosos
planes de seguridad para recibir aproximadamente a un poco más de medio millón
de turistas extranjeros y 32 delegaciones que serán las protagonistas de esta
película que dirige un veterano y habilidoso suizo.
presencia del Mundial más valioso, lucrativo y costoso en la historia de la FIFA. Las cifras récord
incluyen un premio de 35 millones de dólares para la federación que gane el
campeonato (las que menos reciben, 8 millones, son las 16 que quedan afuera en
la primera fase) y un total de 576 millones a repartir en partes desiguales
entre los 32 representativos internacionales; 4.000 millones en ingresos
comerciales para la FIFA;
y una cuenta de 14.000 millones de dólares para Brasil. Con respecto al premio
económico para el campeón, es superior en un 37% a la suma que se repartió en
Sudáfrica 2010, pero es una cifra muy baja si se tiene en cuenta la caja que
administra Blatter y sus socios. Ese primer premio de 35 millones es menos del
1% de los ingresos del organismo rector, conseguidos a lo largo de un ciclo
comercial de cuatro años. En tanto, la cifra de 12.000 millones de dólares es
lo que estiman que gastó/invirtió para construir y renovar doce estadios;
mejorar la infraestructura federal, estatal y municipal, además de los costosos
planes de seguridad para recibir aproximadamente a un poco más de medio millón
de turistas extranjeros y 32 delegaciones que serán las protagonistas de esta
película que dirige un veterano y habilidoso suizo.
El monto grande de la recaudación FIFA lo aportarán los
medios que transmitirán el torneo y los patrocinadores, ya que por derechos de
explotación y esponsoreos abonarán la mayor parte de los 4.000 millones de
dólares para la institución. Las grandes empresas televisivas de Europa ya
abonaron la mayor parte de los 1.690 millones de dólares, hasta ahora, en
derechos para la FIFA,
según los informes financieros de los tres últimos años.
medios que transmitirán el torneo y los patrocinadores, ya que por derechos de
explotación y esponsoreos abonarán la mayor parte de los 4.000 millones de
dólares para la institución. Las grandes empresas televisivas de Europa ya
abonaron la mayor parte de los 1.690 millones de dólares, hasta ahora, en
derechos para la FIFA,
según los informes financieros de los tres últimos años.
Por otra parte, las empresas Adidas, Coca-Cola, Emirates,
Hyundai, Sony y Visa (primeras líneas patrocinantes) pagan una suma combinada de
177 millones de dólares anuales. El total supera los 708 millones en cuatro
años. Otros ocho sponsors de segunda línea, como son Budweiser, Castrol,
Continental, Johnson & Johnson, McDonald’s, Moy Park, Oi, Yingli,
desembolsan 524 millones. Otros 120 millones de dólares fueron recibidos de
patrocinadores brasileños, según los informes financieros de 2011-13.
Hyundai, Sony y Visa (primeras líneas patrocinantes) pagan una suma combinada de
177 millones de dólares anuales. El total supera los 708 millones en cuatro
años. Otros ocho sponsors de segunda línea, como son Budweiser, Castrol,
Continental, Johnson & Johnson, McDonald’s, Moy Park, Oi, Yingli,
desembolsan 524 millones. Otros 120 millones de dólares fueron recibidos de
patrocinadores brasileños, según los informes financieros de 2011-13.
También vale destacar que la FIFA recibe centenares de millones de dólares por
la venta de entradas, además del aporte de las agencias que se aseguran los
derechos de butacas para sus invitados y la licencia para mercancías alusivas.
la venta de entradas, además del aporte de las agencias que se aseguran los
derechos de butacas para sus invitados y la licencia para mercancías alusivas.
El enojo
El proceso de organización y ejecución de obras para
presentarle al mundo un Brasil pujante y moderno puso en escena a miles de
ciudadanos brasileños descontentos, algo que comenzó a reflejarse durante la Copa Confederaciones
de junio de 2013. Se hizo sentir el reclamo por mejores escuelas, hospitales,
cientos de miles de casos de inseguridad y menos corrupción gubernamental. En
las últimas semanas han continuado los reclamos por los excesivos gastos del
Mundial y a ellas se han sumado las huelgas de transportistas y policías en
varias ciudades brasileñas, algunas de ellas sedes mundialistas.
presentarle al mundo un Brasil pujante y moderno puso en escena a miles de
ciudadanos brasileños descontentos, algo que comenzó a reflejarse durante la Copa Confederaciones
de junio de 2013. Se hizo sentir el reclamo por mejores escuelas, hospitales,
cientos de miles de casos de inseguridad y menos corrupción gubernamental. En
las últimas semanas han continuado los reclamos por los excesivos gastos del
Mundial y a ellas se han sumado las huelgas de transportistas y policías en
varias ciudades brasileñas, algunas de ellas sedes mundialistas.
Ante esta situación, hace pocos meses, a través de una
entrevista en un medio internacional, el secretario general de la FIFA, Jerome Vlacke, expresó:
“No me siento culpable de que la
FIFA haya usado fondos públicos en vez de inversiones que
deberían haberse hecho en educación, salud u otros rubros”. Y además subrayó
que “cuando Brasil se ofreció para organizar la Copa Mundial tenía el
presupuesto para hacerlo”.
entrevista en un medio internacional, el secretario general de la FIFA, Jerome Vlacke, expresó:
“No me siento culpable de que la
FIFA haya usado fondos públicos en vez de inversiones que
deberían haberse hecho en educación, salud u otros rubros”. Y además subrayó
que “cuando Brasil se ofreció para organizar la Copa Mundial tenía el
presupuesto para hacerlo”.
Seguridad millonaria
En materia de seguridad, la inversión para la Copa del Mundo por parte del
gobierno de Brasil superó los 80 millones de dólares. Esa suma fue repartida
entre las 12 sedes que tendrá la disputa futbolística. Asimismo, hace pocas
semanas atrás las máximas autoridades del Gobierno del Brasil anunciaron que en
total serán 20 mil los agentes de seguridad que vigilarán a diario las calles
de Río de Janeiro, ciudad que espera por estos días la llegada de
aproximadamente 400 mil turistas. La mayoría de los “cuidadores del orden” se
concentrarán en la zona sur, turística por excelencia. Poco tiempo antes de que
se conociera este anuncio, Amnistía Internacional Brasil lanzaba la campaña
global “Sácale la tarjeta amarilla” al gobierno, para que no se repitan los
abusos provocados en las masivas manifestaciones del año pasado.
gobierno de Brasil superó los 80 millones de dólares. Esa suma fue repartida
entre las 12 sedes que tendrá la disputa futbolística. Asimismo, hace pocas
semanas atrás las máximas autoridades del Gobierno del Brasil anunciaron que en
total serán 20 mil los agentes de seguridad que vigilarán a diario las calles
de Río de Janeiro, ciudad que espera por estos días la llegada de
aproximadamente 400 mil turistas. La mayoría de los “cuidadores del orden” se
concentrarán en la zona sur, turística por excelencia. Poco tiempo antes de que
se conociera este anuncio, Amnistía Internacional Brasil lanzaba la campaña
global “Sácale la tarjeta amarilla” al gobierno, para que no se repitan los
abusos provocados en las masivas manifestaciones del año pasado.
Millones de brasileños seguirán protestando en los próximos
días, otros tantos se calzarán la camiseta amarilla para alentar a su
selección, en el resto del mundo la atención estará direccionada a la tierra
del carnaval, y en una oficina lujosa de algún lugar de este planeta, Blatter y
sus amigos se frotarán las manos para contar los suculentos billetes que les
dejó y dejará Brasil 2014.
días, otros tantos se calzarán la camiseta amarilla para alentar a su
selección, en el resto del mundo la atención estará direccionada a la tierra
del carnaval, y en una oficina lujosa de algún lugar de este planeta, Blatter y
sus amigos se frotarán las manos para contar los suculentos billetes que les
dejó y dejará Brasil 2014.
McDonald’s
Diversos gremios brasileños le pidieron a la FIFA que excluya a McDonald’s
como patrocinador del Mundial. Acusan a la empresa de comida rápida “por la
escasa salubridad de muchos de los alimentos de su menú, como también por
explotar, maltratar y discriminar a sus trabajadores y trabajadoras”.
como patrocinador del Mundial. Acusan a la empresa de comida rápida “por la
escasa salubridad de muchos de los alimentos de su menú, como también por
explotar, maltratar y discriminar a sus trabajadores y trabajadoras”.
Publicada en Pausa #135, miércoles 11 de junio de 2014
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