Primeros ensayos electorales de cara al decisivo año 2015.
Hay un lugar común en el que coinciden los dirigentes políticos, sus asesores y los analistas: hay que esperar que pase el Mundial para comenzar a entrever los armados electorales para 2015. Pero, al mismo tiempo, las negociaciones se suceden a diario y las señales mediáticas siguen a la orden del día. ¿Pararán la pelota cuando comience a girar en tierras brasileras? Difícil: el año próximo se renuevan todas las categorías –desde presidente hasta cargos comunales– y nadie se quiere quedar afuera de la cancha.
Los mayores movimientos se advierten en el PJ. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner habilitó a media docena de precandidatos para que exploren sus posibilidades: todos fueron designados vicepresidentes en el último Congreso nacional del partido: los gobernadores Daniel Scioli y Sergio Urribarri, los ministros Agustín Rossi y Florencio Randazzo, el diputado Julián Domínguez y el senador Aníbal Fernández.
Al no señalar sus preferencias, Cristina dejó librado a los sondeos o a las internas la candidatura presidencial del Frente para la Victoria. Salvo Scioli y Urribarri, que tienen sus propios aparatos y cuentan con el plus de haber sido reelectos en sus provincias, el resto de los posibles postulantes del oficialismo estudian el panorama sin lanzarse de lleno a la carrera electoral. La clave para saber quiénes serán precandidatos en 2015 pasa por ver cómo enlaza cada uno de ellos sus armados en el territorio.
Para eso, primero es necesario conocer las definiciones del peronismo en cada provincia: qué tan pegada o separada va a ser la estrategia local respecto de la nacional, sobre todo en un año que tendrá un extenso cronograma electoral, y cómo se repartirán los apoyos desde las provincias hacia los distintos candidatos oficialistas.
En Santa Fe el panorama no es del todo claro, aunque ya se observan acuerdos: el sector orientado por Rossi apoyará al candidato oficial, aunque el Chivo caiga en esa interna; una mitad de los senadores ya hizo pública su adhesión a Sergio Massa y confían en que Carlos Reutemann sea su compañero de fórmula; otros senadores jugarán con Scioli, quien prepara desembarco para los primeros días de junio (Massa recién lo hará después del Mundial).
Esos sectores, que compiten en el plano nacional, pretenden –así lo declaman– lograr un “amplio acuerdo” en la provincia que contenga a todos los posibles candidatos a gobernador dentro de la interna del PJ, para que luego los perdedores apoyen al ganador tal como reza uno de los lemas partidarios, algo que en las últimas elecciones no siempre se respetó.
Como para agregarle un poco más de pimienta a la cosa, desde su propio retiro el ex presidente Eduardo Duhalde lo mandó a jubilarse a Reutemann, quien reaccionó ofendido y volvió a tomar distancia de Scioli. El diputado nacional Oscar “Cachi” Martínez, massista desde 2013, interpretó que las bombas de Duhalde tienen por objeto apurar una definición del Lole y se victimizó ante lo que sería una campaña sucia contra todo aquel que ose acercarse al ex intendente de Tigre.
Entre tanto, los mismos senadores que trabajan por un acuerdo Massa-Reutemann exploran un posible acuerdo con el PRO, a nivel provincial, para que el diputado nacional Miguel Torres del Sel –lanzado como candidato a gobernador desde el año pasado– compita en una interna con el o los candidatos justicialistas. Sumar para llegar con chances a la general: esa parece ser la idea.
¿Qué hará el kirchnerismo ante esa posibilidad? En su última visita a Santa Fe, el miércoles 21, Agustín Rossi le cerró la puerta a cualquier tipo de acuerdo con Reutemann: dijo que el PJ santafesino pertenece al PJ nacional, que está encuadrado tras el liderazgo de Cristina, y que sólo podrán jugar en esa interna quienes así lo entiendan. Cabe esperar que idéntica definición asumirán ante la idea de un acuerdo con el PRO, aunque en política nada es imposible.
Publicada en Pausa #134, miércoles 28 de mayo de 2014
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