Detrás de las figuras mediáticas que engalanan la campaña del PRO, con el humorista Miguel Torres del Sel a la cabeza, aparecen viejos dirigentes de la política provincial como Juan Carlos Mercier. No es el único
representante del reutemismo en las filas del PRO –también recalaron allí Carlos Carranza, Norberto Nicotra y Ricardo Spinozzi, entre otros– pero su participación es estratégica: el propio Del Sel declaró que “Juanchi” Mercier es una de las cabezas de sus equipos de gobierno junto a Luciano Laspina, jefe del Banco Ciudad de Buenos Aires y hombre de confianza del jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri.
Desde la etapa final de la dictadura y hasta 2011, Mercier ocupó lugares centrales en la administración provincial. Hace tres años, en las últimas elecciones primarias, se presentó como precandidato a gobernador dentro de la interna del PJ. Salió último y parecía que allí terminaba su carrera. Incluso se permitió, en ese momento, destilar toda su bilis anti K: culpó al gobierno nacional por invisibilizar su candidatura a favor de sus rivales internos Agustín Rossi, Rafael Bielsa y Omar Perotti. Pero no se retiró, sino que se mudó a las filas de quien resultó la gran sorpresa de aquellas elecciones: el actual diputado nacional y presidente del PRO santafesino, Del Sel.
En sus recorridas de campaña por el interior de la provincia, el cómico de Midachi se muestra con las figuras mediáticas del macrismo como el Rabino Bergman o la conductora de TV y concejala rosarina Anita Martínez. En Buenos Aires, para darle mayor volumen político a su carrera electoral, aparece junto a Macri y a sus eventuales invitados. A fines de octubre estuvo con el ex presidente de Colombia Álvaro Uribe. Mientras se
suceden esas estudiadas presentaciones en público, detrás de escena el ex ministro Mercier encabeza el armado de los equipos técnicos del candidato que en 2011 estuvo a solo tres puntos (60 mil votos) de quedarse con la gobernación.
Dictadura y democracia
Juan Carlos Mercier es Doctor en Ciencias Económicas. Está por cumplir 72 años (nació el 2 de diciembre de 1942) y lleva más de cuatro décadas en la función pública. Bajo la dictadura de Juan Carlos Onganía, entre
1966 y 1971, fue funcionario de la Dirección Provincial de Vialidad y representante de la provincia ante la Comisión Federal de Impuestos.
Entre 1973 y 1979 se desempeñó como director de Rentas de la Circunscripción Santa Fe. En el medio estuvo el golpe de Estado de 1976, pero Mercier siguió, con los militares, en el mismo cargo al que había llegado bajo el gobierno democrático. Hacia el final de la última dictadura, logró los ascensos más importantes de su
carrera: entre mayo de 1981 y enero 1982 fue vicepresidente del Banco Provincial de Santa Fe y luego, hasta diciembre de 1983, ministro de Economía de la provincia.
Otros dirigentes que continuaron sus carreras políticas en democracia se cuidaron muy bien de ocultar, o al menos disimular, las tareas que cumplieron bajo el régimen de facto. No es el caso de Mercier, que exhibe con orgullo en su currículum los cargos que ocupó en las dos últimas dictaduras.
En los 80, el actual cerebro de los equipos del PRO se dedicó a la actividad privada, hasta que en 1991 el gobernador Carlos Reutemann lo designó como ministro de Hacienda. En la primera gestión del Lole, Mercier
preparó la privatización de la Dipos a favor de Aguas Provinciales (controlada por el Grupo Suez, hoy en juicio contra la provincia) y la controvertida venta del Banco de Santa Fe, concretada en 1996 durante el primer gobierno de Jorge Obeid, operación que le costó a la provincia 1.000 millones de dólares solo en
concepto de saneamiento, una cifra muy inferior al precio que se consiguió por la venta: 57 millones de dólares.
Entre 1995 y 1999 Mercier fue diputado provincial. En 1999, cuando Reutemann fue electo gobernador por segunda vez, Mercier volvió al Ministerio de Hacienda. En 2001 el Lole disolvió el Ministerio de Obras,
Servicios Públicos y Vivienda y lo puso dentro de la órbita de Hacienda. Mercier controló la caja de la provincia con mano de hierro. Del Sel elogia de esa etapa que la provincia no haya emitido cuasimoneda y haya mantenido políticas de déficit cero. Pero, ¿a qué costo? En línea con Domingo Cavallo, el ministro provincial congeló salarios y jubilaciones en el sector público y luego aplicó descuentos del 13%.
Tras la inundación de 2003, con la salida de Reutemann de la Casa Gris, Mercier se recluyó en el Senado provincial donde ocupó por dos períodos la banca del departamento La Capital. En su primer mandato (2003-2007), el economista fue parte de la comisión bicameral de Emergencia Hídrica –que no monitoreó las obras que hubiesen evitado la inundación de 2007– y también la comisión de seguimiento del proceso de privatización del Banco de Santa Fe, que él mismo había propiciado como ministro.
En su segundo mandato como senador, ya con el Frente Progresista en el gobierno, fue el portavoz del sector más duro del PJ que se opuso a las tres reformas tributarias planteadas por el entonces gobernador Hermes Binner y que, además, condicionó los presupuestos a partir de la mayoría que tenía, y aun conserva, el justicialismo en la Cámara alta.
El paso de Mercier por el Senado fue de bajo perfil, pero también allí dejó su impronta. Por ejemplo, en 2008, impulsó la construcción de un parque industrial en Recreo en terrenos que pertenecen a la comunidad mocoví Com Caia. El proyecto no prosperó y esos terrenos quedaron finalmente en manos de la comunidad Com Caia. Dos años más tarde ensayó otro proyecto polémico que no se concretó: el traslado de jóvenes de los barrios pobres de la ciudad a una suerte de escuela reformatorio en el ex Liceo Militar de Recreo.
En 2011, cuando el peronismo ortodoxo de la provincia se encolumnó bajo el kirchnerismo –ante la abrumadora evidencia del 54% logrado por Cristina en aquellas elecciones presidenciales–, Mercier jugó su última carta electoral: se presentó como precandidato a gobernador en la interna del Frente Santa Fe para Todos (PJ). Quedó cuarto detrás de Agustín Rossi, Omar Perotti y Rafael Bielsa. Obtuvo 11.643 votos: apenas el 1,68% del total logrado por el PJ.
La inundación
Mercier también está involucrado en la causa inundación 2003. En la primera etapa del proceso, entre 2003 y 2006, cuando se investigaron los hechos, los jueces Diego de la Torre y su sucesor Jorge Patrizi, con la asistencia del fiscal Ricardo Favaretto, llamaron a declarar a más de 30 testigos, pero no a Obeid ni a Mercier y mucho menos a Reutemann (en 1997, Obeid había inaugurado la inconclusa defensa Oeste, sin tomar en cuenta que a la altura del Hipódromo había un corte por el que, seis años después, ingresaría el Salado).
Siempre bajo el ala de Reutemann, Mercier tuvo en sus dos
gestiones como ministro de Hacienda plena disposición de recursos y de planos técnicos para proteger con seriedad a la ciudad contra las inundaciones, pero no lo hizo. Recién en 2013, cuando se reabrió la etapa de pruebas, Obeid y Mercier fueron citados a Tribunales para declaración testimonial. Mercier hizo una pormenorizada exposición, que acompañó con documentos, con el objetivo de asignar a la Nación
la responsabilidad de hacer el tramo III del terraplén Oeste. Explicó que a través del decreto 1.299 del año 2000, Fernando De la Rúa creó el Fondo Fiduciario de Desarrollo de Infraestructura, del cual debía proceder el dinero para reactivar las obras. Pero luego –indicó– sobrevino la crisis de 2001 y la plata nunca llegó. También aseguró que asistió a la inauguración de la defensa oeste, en 1997, en calidad de invitado, pero que en ese entonces desconocía si la defensa estaba terminada.
Economista PRO
Lanzado como candidato a gobernador, Del Sel salió en defensa de su economista de cabecera: “Mercier administró muy bien la provincia en el gobierno de Reutemann y no emitió cuasimoneda cuando muchas provincias lo hicieron. Mercier es una de las personas que más sabe del sector público. Muchos me hablaron muy bien de él en la provincia”, indicó Del Sel, y agregó: “Me comentaron que Mercier trabajó durante la dictadura. Ahora, todos los que tiene una determinada edad, también lo hicieron durante la dictadura. Yo no voy a andar hurgando en su vida privada. Todo el mundo me habla muy bien de su capacidad técnica y creo que es una muy buena persona. No tiene nada de malo que yo lo tenga como colaborador”.
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Delincuente hijo de mil puta. Encima hay medios que todavia lo defienden y dicen q la inundacion del 2003 fue un desastre natural. desastre es q este tipo no este preso...
Muy Bueno el comentario pero para una revista de chimentos.