Esquizodiálogos de fin de año

Por Adrián Brecha

—Termina el 2014 y creo que es momento de hacer un balance,
¿no le parece?

—Bueno, viene con las novedades a flor de piel… ¿No le pinta
hacer un anuario y repasar lo mejor del año, cual programa de fin de año,
cuando el lime de los productores no da para más? ¿Alguna otra idea fantástica?

—Si creo desde el corazón, casi todo funciona, si lo hago
desde la cabeza, casi nada. Yo puedo ser poco original, pero usted está
bastante oscurito… y no lo digo por el sol.

—Lo que falta es que encima, ahora, se me ponga sentimental
y empiece a encararme por el lado místico…

—El poder de la fuerza no es gratuito, crea una gran
tentación de pasarse al Lado Oscuro. Es fácil caer en él y da más sensación de
poder en un primer momento, pero pasa factura al cuerpo.

—¡Ahhh, bueno! No termino de entender si se me está
convirtiendo en un ser de luz o en un maestro Jedi… por favor las cosas que
genera el fin de año gregoriano…

—Toda crisis es una oportunidad, lo que sucede conviene…

—Sí, en eso estoy de acuerdo. Un típico comentario de la
clase dominante. Estoy viendo cómo pintan los saqueos este año. Tengo
intenciones de sumarme. Estoy viendo si pego un aire, el tema es que los splits
vienen en dos partes.

—Me parece un comentario obstinado, carente de sentido.

—No, se lo digo en serio. Para mí habría que hacer una
fiesta popular, un anticipo del carnaval. Desde el 19 al 23 de diciembre
liberar oficialmente todas las zonas y evitar destrozos.

—¿No le parece demasiado?

—Para nada, podría ayudar al desarrollo turístico de la
ciudad. El liso como patrimonio y la fiesta del saqueo, con transmisión en vivo
y en directo vía drone. Como la fiesta de la tomatina en Valencia, pero sin
tomates. Sería un éxito, no habría heridos y se vendería mucha cerveza.

—¿Usted me está tomando para el churrete?

—Ya vuelvo, me voy a hacer los dientes. Que termine bien el
año, ser de luz de bajo consumo.

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