La Organización Mundial de la Salud (OMS), a través de su Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC), incorporó al herbicida glifosato, junto a los insecticidas malatión y diazinón, al grupo de substancias que probablemente causan cáncer en humanos.
El glifosato es el principio activo del herbicida Roundup (nombre comercial registrado por Monsanto). La patente sobre este producto expiró en 2000 y en la actualidad existe una multitud de productos para uso agrícola y de jardinería que incorporan este principio activo. La incorporación del glifosato a esta lista es trascendente porque se trata de un producto muy utilizado en todo el mundo, al que están expuestos millones de personas.
La IARC recuerda que sobre la base de los tumores analizados en ratones, la Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos clasificó el glifosato en 1985 como posiblemente cancerígeno para los seres humanos. En 1991, después de una reevaluación de ese estudio con ratones, se cambió su clasificación a la categoría de no carcinogénico para los humanos. “Para el herbicida glifosato, hubo pruebas limitadas de carcinogenicidad en humanos para linfoma no Hodgkin. La evidencia en humanos es de estudios sobre la exposición, en su mayoría agrícola, en los EE.UU., Canadá, Suecia y publicado desde 2001. Además, hay pruebas convincentes de que el glifosato también puede causar cáncer en animales de laboratorio”, indicó el organismo.
La IARC considera que los hallazgos de su investigación llevan a la conclusión de que no existe suficiente evidencia de carcinogenicidad en animales de experimentación, pero se mantienen la consideración de que probablemente sea un producto que cause cáncer en humanos. Así, los datos presentados ahora por la IARC indican que el glifosato puede causar daños en ADN cromosómico y dañar las células humanas, a pesar de que dio resultados negativos en algunos tipos de pruebas.
Inmediatamente después de conocerse la decisión, la empresa Monsanto expresó en un comunicado: “queremos ser claros: todos los usos de glifosato incluidos en la etiqueta son seguros para la salud humana, lo que está respaldado en una de las bases de datos de salud humana más extensas en todo el mundo sobre productos agrícolas. De hecho, cada herbicida a base de glifosato en el mercado cumple los rigurosos estándares establecidos por las autoridades regulatorias para proteger la salud humana”.
La decisión de la IARC no comporta ninguna prohibición sobre el uso de esta substancia, ya que corresponde a las autoridades estatales y otros organismos internacionales esa regulación.
La decisión de la OMS se conoce al mismo tiempo que un equipo de investigadores de la Universidad Nacional de Río Cuarto detectó daño genético en niños cordobeses expuestos a plaguicidas. Su trabajo, cuyos resultados se darán a conocer en abril, compara datos de más de 70 chicos que viven en el área urbana de la ciudad de Marcos Juárez (Córdoba), pero a pocos metros de campos pulverizados con plaguicidas, con otros que habitan zonas urbanas de Río Cuarto, distantes a aproximadamente 10 kilómetros de hectáreas fumigadas.
Los investigadores concluyeron que “los niveles de daño genético encontrados en los grupos de niños de Marcos Juárez están muy por arriba de los valores de referencia de los de Río Cuarto”. Según aclararon, los biomarcadores utilizados en la investigación permiten detectar un nivel de daño que todavía es reversible. Aseguran que el trabajo constituye el primer reporte de monitoreo de daño genético en niños en Argentina.