SU ESTADO NATURAL

Foto: Pablo Cruz.

Por Francisco Bitar (*)

El día siguiente
al día que te fuiste
mi patio volvió
a su estado natural.
Primero dejé de juntar
la caca de nuestro gato
y entonces llegó una mariposa
a la que unas moscas
se encargaron de espantar:
dos de ellas la atormentaron
hasta cruzarla al patio siguiente
mientras las otras dos se dedicaban
a bailar con las patas traseras
sobre un pedazo de sorete.
La cerveza vieja
que había en los envases
se volvió vinagre incluso antes
de que llegara este verano
y cuando el pasto creció
hasta la altura de las rodillas
ya no se distinguía
el tallo marrón de las plantas
del tallo marrón de las botellas.
Parece una época mala
pero no lo fue en absoluto.
De tanto estar abajo del sol
mi cuerpo se hizo fuerte.
Llegaron alguaciles
de palo blanco y cabeza celeste
como fósforos de telo,
todas eran buenas señales.
Incluso se podría decir
que fue una época muy parecida
a esta en la que volviste.
A excepción
del orden y la limpieza
que me interesan muy poco,
es casi lo mismo,
con una sola diferencia.
Una diferencia importante.

(*) Francisco Bitar es un escritor santafesino nacido en 1981. Publicó los libros de poemas Negativos (2007), El olimpo (2009) y Ropa vieja: la muerte de una estrella (2011). Publicó además la novela Tambor de arranque (2012) y un libro de cuentos: Luces de Navidad (2014).

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