De un tiempo a esta parte le escucho decir a la gente, y cada vez más seguido, que “este es un país de mierda en el que ya no se puede vivir”. Como resulta evidente, al menos para mí, y espero que después de leer la columna también para ustedes, la gente tiene razón: vivimos en un país de mierda.
Me terminé de convencer de esto cuando les pedí argumentos a quienes así definen la cotidianeidad argentina y me respondieron que “acá pasan cosas que en un país serio y como la gente no pasan”. Y sí, es verdad. Me puse a pensar en cosas que suceden a diario y que, seguramente, en un país decente no pasarían y no puedo más que asumir que Argentina hoy es un país en el que no se puede vivir.
Por ejemplo, la inseguridad. “No se puede salir a la calle”, me dice siempre una persona que quiero mucho. Me lo dijo en la calle, sí. Pero igual tiene razón. “Salís y te matan por monedas”, me dijo otro que se ve que no tiene ni cinco centavos porque todavía no lo han matado. “Te chorean en todos lados”, me dijo uno que después de preguntarle cuántas veces lo habían asaltado me dijo que “ninguna. ¿Pero vos no ves los noticieros? Te matan acá, te afanan allá. Incluso, a vos te han asaltado, ¿o no?”. Una cosa de locos este país de morondanga.
En un país serio, no de mierda como este, los negros no van a andar de a cuatro en una moto; sin cascos, seguro que sin papeles porque el vehículo debe ser afanado, arriesgando la vida de sus guachos que las madres llevan colgando en brazos y que si los chocás después los tenés que pagar por buenos. Esto me lo contó un amigo que lo vio mientras iba manejando su auto con el hijo a upa y el mayor, de 8 años en el asiento de adelante sin el cinturón de seguridad. ¡Pero eso no es todo! “Mirá, casi saco la cabeza por la ventanilla y les grito de todo por negros de mierda, andar arriesgando así a los hijos y a los demás. Si no hubiese venido hablando por celular con un cliente, los re puteaba para que aprendan. ¿Qué se creen que son?”. Qué injusticia. Arruinarse la vida por una familia de pobres que andan sin cascos por la calle, habrase visto.
Lo mismo que estos créditos baratos que ofrece el gobierno. Ese ProCreAr para vivienda única, que se lo dan a cualquiera a un porcentaje de interés irrisorio, casi sin ninguna exigencia y por sorteo. Sí, es una cosa de locos cómo el gobierno anda regalando guita a cualquiera. ¡Sí, a cualquiera! Si yo conozco un empresario que salió sorteado y está haciéndose su casa con el ProCreAr. Pero sí, te digo. A una cuadra de mi casa. Lo único que te piden es que tengas un ingreso fijo y ninguna vivienda a tu nombre. ¿Qué mi conocido le está sacando la chance de acceder a una casa propia a un tipo que por su cuenta no puede hacerlo? Y bueno, que se jodan por no tener testaferros. Así funciona un país de mierda, ven. El gobierno le da un crédito a cualquiera, no se puede creer.
¡Y no me hagan hablar del gobierno! Más que gobierno, esto es una dictadura. Durante enero y febrero, un alto porcentaje de habitantes de Argentina que afirman que “es un país de mierda, con un gobierno montonero que no te deja trabajar ni comprar dólares ni salir del país cuando uno quiere. Y esto no es una democracia es una dictadura”, fue expulsado del país y dirigido hacia las mejores playas del Caribe, Brasil, Miami y otros destinos turísticos en una operación clandestina llamada “Vacaciones”. ¡Sí señor! Fue así, yo lo ví. Por suerte, a los 15 días volvían, porque desde los otros países los mandaban de vuelta. Además, acá, uno no puede decir lo que piensa sin que le pase algo. Uno no es libre de opinar lo que se le raje, como por ejemplo, nadie es libre de decir, sin luego argumentar seriamente, que éste, sí éste, es un país de mierda. (Hago un silencio de unos segundos mientras redacto la columna a la espera de las botas que me vienen a meter preso por hablar mal de mi país… pasó un minuto. Qué raro: no vino nadie a secuestrarme).
Pero además, en este país de mierda, vos podés trabajar en el sector público y el sector privado al mismo tiempo sin problemas; y sin que nadie te prohíba utilizar la actividad en el sector público como sala de espera o propaganda para tu oficina del sector privado. “Y bueno, hay que juntar plata por si en enero que viene me vuelven a expulsar del país”, me dijo un médico del Iturraspe… que le cobra plus a los jubilados del PAMI que se atienden en el consultorio de este tipo porque ir al hospital a las 4 AM, en invierno, para conseguir turno es bastante incómodo, vió.
También, en este país de mierda, se mueren chicos de hambre o contaminados por agroquímicos o por multinacionales como Monsanto, pero acá estamos hablando de otra cosa, no desviemos la atención del asunto. Que los pobres se las arreglen entre ellos.
En conclusión, la gente tiene razón: este es un país de mierda. Por suerte este año hay elecciones y ahí podemos hacer la diferencia. Todavía podemos votar al menos. Y elegir a quien queramos, porque acá nadie te prohíbe ser candidato a gobernar; ni siquiera siendo investigado por la justicia por ser responsable en una inundación; o por haber participado en el desguace del Estado en los ’90… o ser un tipo sin formación política que se mofa de las prostitutas y de la educación de los pobres en sus spots de campaña diciendo que
“el que no va a la escuela termina como yo”.
es un país de mierda de lo peor, a mi no me vengan con las cataratas y con los 4 tipos de clima y el asado...es un pais de mierda en todo sentido. ASCO