Artes visuales. Imperdible muestra de originales en Paraná.
El Museo Provincial de Bellas Artes Dr. Pedro E. Martínez,
situado en Paraná, es sede nuevamente de una muestra de trascendencia mundial
con la inauguración de Goya-Dalí. Un encuentro surrealista, una colección de
intervenciones realizadas por Salvador Dalí a grabados de Francisco De Goya. En
la previa de la inauguración (fue el viernes 18), Pausa conversó con Marcela
Canalis, directora del museo, quien apuntó que “esta muestra llega en una
gestión en la que estamos intentando ganar en la calidad de las muestras pero,
por sobre todo, en el interés del público en general. Queremos nuestras salas
llenas, por lo que dure esta exposición y durante el resto del tiempo, también.
Por eso seccionamos los recorridos con vistas a tener una oferta diferenciada
según el interés del público, que dividimos entre cosas para los más chicos,
para los más enterados de historia del arte y demás y otra más genérica, para
todo público”.
situado en Paraná, es sede nuevamente de una muestra de trascendencia mundial
con la inauguración de Goya-Dalí. Un encuentro surrealista, una colección de
intervenciones realizadas por Salvador Dalí a grabados de Francisco De Goya. En
la previa de la inauguración (fue el viernes 18), Pausa conversó con Marcela
Canalis, directora del museo, quien apuntó que “esta muestra llega en una
gestión en la que estamos intentando ganar en la calidad de las muestras pero,
por sobre todo, en el interés del público en general. Queremos nuestras salas
llenas, por lo que dure esta exposición y durante el resto del tiempo, también.
Por eso seccionamos los recorridos con vistas a tener una oferta diferenciada
según el interés del público, que dividimos entre cosas para los más chicos,
para los más enterados de historia del arte y demás y otra más genérica, para
todo público”.
Como antecedente inmediato cabe recordar que en 2013 tuvo su
oportunidad El Jardín de las Maravillas, de Joan Miró (que convocó a 30
visitantes en 20 días), lo que representó el primero de los intentos de
fomentar que las personas se acerquen al museo, un lugar de una relevancia alta
en cuanto a la cultura: “que más personas se acerquen hasta acá es bueno para
nosotros porque es bueno para los artistas emergentes” y también, por qué no,
para las generaciones de artistas que hoy son niños y que quizás encuentran el
germen de su futuro asistiendo a una muestra, a algún recital, una película o
una obra.
oportunidad El Jardín de las Maravillas, de Joan Miró (que convocó a 30
visitantes en 20 días), lo que representó el primero de los intentos de
fomentar que las personas se acerquen al museo, un lugar de una relevancia alta
en cuanto a la cultura: “que más personas se acerquen hasta acá es bueno para
nosotros porque es bueno para los artistas emergentes” y también, por qué no,
para las generaciones de artistas que hoy son niños y que quizás encuentran el
germen de su futuro asistiendo a una muestra, a algún recital, una película o
una obra.
Dalí interventor
En rigor, la muestra consiste en una serie de grabados
intervenidos por uno de los máximos referentes del surrealismo del siglo XX,
una tradición artística despojada de todo prejuicio moral, estético, racional.
Las versiones originales, que tienen a Goya como autor, se abrigan bajo el
título Los Caprichos y es una crítica a los estamentos sociales españoles más
poderosos (clero y nobleza) y también de cuestiones más polémicas para la época
como la violencia en la educación de los niños del siglo XVIII, en clave
satírica. Casi 200 años después, puntualmente entre 1973 y 1977, Salvador Dalí
reprodujo él mismo una selección de estos grabados en los que reinterpretó al
aragonés con sus propias herramientas compositivas como la excentricidad y la
audacia, actitudes que también tienen que ver con la provocación y la
incomodidad producidas por lo extraño (o, incluso, por el inconsciente, ya que
Dalí se remitía con frecuencia a la fijación de imágenes reconstruidas de sus sueños).
Una paleta de colores disruptiva, la filiación con la iconografía propia (los
relojes blandos, las figuras ambiguas, el erotismo) e incluso la
intertextualidad establecida con poetas como Velázquez o Federico García Lorca,
que se agregan para consolidar la propuesta, así como el hecho de que se trate
de una serie compuesta por muestras de autor significan “que los ejemplares que
estamos exhibiendo son algo así como las versiones de prueba que el autor se
deja para sí, por lo que esta en particular, es de la colección personal de
Dalí”, según Canalis.
intervenidos por uno de los máximos referentes del surrealismo del siglo XX,
una tradición artística despojada de todo prejuicio moral, estético, racional.
Las versiones originales, que tienen a Goya como autor, se abrigan bajo el
título Los Caprichos y es una crítica a los estamentos sociales españoles más
poderosos (clero y nobleza) y también de cuestiones más polémicas para la época
como la violencia en la educación de los niños del siglo XVIII, en clave
satírica. Casi 200 años después, puntualmente entre 1973 y 1977, Salvador Dalí
reprodujo él mismo una selección de estos grabados en los que reinterpretó al
aragonés con sus propias herramientas compositivas como la excentricidad y la
audacia, actitudes que también tienen que ver con la provocación y la
incomodidad producidas por lo extraño (o, incluso, por el inconsciente, ya que
Dalí se remitía con frecuencia a la fijación de imágenes reconstruidas de sus sueños).
Una paleta de colores disruptiva, la filiación con la iconografía propia (los
relojes blandos, las figuras ambiguas, el erotismo) e incluso la
intertextualidad establecida con poetas como Velázquez o Federico García Lorca,
que se agregan para consolidar la propuesta, así como el hecho de que se trate
de una serie compuesta por muestras de autor significan “que los ejemplares que
estamos exhibiendo son algo así como las versiones de prueba que el autor se
deja para sí, por lo que esta en particular, es de la colección personal de
Dalí”, según Canalis.
Paraná, el embudo
La empresa de expandir los públicos con un evento semejante
no es algo habitual para la vida de un museo, no por falta de voluntad, sino a
causa de que este tipo de colecciones son susceptibles al desarmado a causa del
avatar de subastas, herencias o de circunstancias fortuitas. No obstante, para
este encuentro surrealista (aunque Goya se inscribe mejor en el movimiento
romanticista), se consiguió completar la serie de 80 grabados, algo que ni
siquiera consiguió el neoyorquino Instituto Cervantes. El interior de la
provincia de Santa Fe, Entre Ríos y hasta colegios del Uruguay ya tienen
previstas las visitas guiadas para llegar hasta Buenos Aires 355 durante los 41
días que la muestra estará abierta de manera libre y gratuita, hasta el domingo
1 de noviembre.
no es algo habitual para la vida de un museo, no por falta de voluntad, sino a
causa de que este tipo de colecciones son susceptibles al desarmado a causa del
avatar de subastas, herencias o de circunstancias fortuitas. No obstante, para
este encuentro surrealista (aunque Goya se inscribe mejor en el movimiento
romanticista), se consiguió completar la serie de 80 grabados, algo que ni
siquiera consiguió el neoyorquino Instituto Cervantes. El interior de la
provincia de Santa Fe, Entre Ríos y hasta colegios del Uruguay ya tienen
previstas las visitas guiadas para llegar hasta Buenos Aires 355 durante los 41
días que la muestra estará abierta de manera libre y gratuita, hasta el domingo
1 de noviembre.
Para consultar por las visitas grupales guiadas, únicamente
llamando al 0343-4207868/918. Hay horarios especiales extendidos, de martes a
viernes de 8.00 a 13.00 y de 15.00 a 21.00, sábados domingos y feriados de
10.00 a 21.00.
llamando al 0343-4207868/918. Hay horarios especiales extendidos, de martes a
viernes de 8.00 a 13.00 y de 15.00 a 21.00, sábados domingos y feriados de
10.00 a 21.00.
Publicada en Pausa #162, miércoles 23 de septiembre de 2015
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