“Soy un músico que encontró una familia”, se autodefine el nieto de Estela de Carlotto, Ignacio Montoya. Su último disco tiene por composiciones propias del pianista, quien a su vez está a cargo de la dirección. Se trata de canciones abordadas desde un enfoque de jazz y con temáticas que pasan por descripciones de la Argentina del interior, del hombre actual y algunas con referencias personales.
El Ignacio Montoya Septeto se conformó hace tres años y lleva realizados conciertos en el Centro Haroldo Conti, el ND Teatro, un especial para la TV Pública y presentaciones en Paraná, Morón, Olavarría y Azul, entre otros puntos del país.
Montoya Carlotto posee una importante labor en la docencia y hasta 2014 fue director de la escuela de música “Hermanos Rossi” de Olavarría, ha editado varios discos y ha efectuado numerosas colaboraciones con artistas a lo largo de todo el país, entre ellos: Gustavo Angelini, Carlos “Negro” Aguirre, George Haslam, Paolo Rossi, Carto Brandán, Jerónimo Carmona, Sergio Verdinelli, Francesca Ancarola, Liliana Herrero y Adrián Abonizio.
—¿Cómo se conformó el Ignacio Montoya Carlotto Septeto y a qué razones se debe su instrumentación tan diversa?
—Este proyecto es la continuación de otro anterior que se llamó Musa Rea, como suele suceder siempre en estos caminos artísticos donde se construye desde un lugar previo. Con Musa Rea grabamos un disco y de ahí proviene el germen de esta idea, que es un tanto más orientada en su concepción al jazz, dado que tiene una sección rítmica que lleva un rol importante. A su vez conservo cierta idea camarística que también es parte de la búsqueda. Pero lo que me fue cerrando todo, es la sonoridad que me sugiere colores que me representan.
—¿Cómo fue el proceso de grabación de “Canciones prohibidas”, este último disco? —Fue un proceso más que simple, en cierta medida como siempre quisiera que sea. Este último año estuvimos tocando mucho en los más variados escenarios, desde escenarios gigantes como en Morón hasta lugares más chicos, teatros y también grabamos un especial para la TV Pública. Toda esa experiencia y recorrido hizo que la música llegara bien amasada al estudio. Por so nos propusimos grabarlo en vivo, en el más estricto sentido de la palabra, porque grabamos los siete músicos en la misma sala. Y todo resultó muy gratificante. De hecho, creo que es la primera vez que logro disfrutar tanto del momento de la grabación. De hecho, teníamos el estudio reservado para dos jornadas y resolvimos todo en menos de una. Eso hizo que nos relajáramos aún más. Con los invitados Rodrigo Domínguez (saxo soprano), Juan Quitero (guitarra y voz), Luna Monti (voz) y el quinteto de cuerdas que usamos en una de las canciones fue igual. En resumen, es una fotografía bastante fiel a lo que es la música que hacemos.
—¿Qué influencias musicales y líricas reconocen en la composición?
—Estéticamente, el proyecto está metido dentro de una línea que sugiere nuevos aires para la canción “folclórica” o “urbana”. En este canal, en Argentina hay grandes referentes como Carlos Aguirre, Juan Quintero, Aca Seca, Edgardo Cardozo o Diego Shissi. Dentro de esa línea, que reconoce el valor de la tradición pero que intenta jugar sin prejuicios, se encuentra nuestra idea. Siempre con la sinceridad que le imprimimos que no deja de dar un toque personal. En cuanto a los textos, eso ya no es tan claro porque las
influencias son más literarias. En mí son muy variadas, me reconozco un seguidor acérrimo de Borges, lo que no necesariamente me da el mote de “borgeano”.
—¿Influyó de alguna manera en tu trabajo artístico la recuperación de tu identidad?
—Sí, creo que si bien no se manifiesta claramente en la música y en las letras, está en la dirección más clara que tiene el trabajo. Hay menos vueltas y más síntesis. En ese sentido esto que me ha sucedido me ha hecho quemar etapas y adelantar algunos casilleros.
—¿Cuál ha sido la respuesta del público en las últimas presentaciones realizadas en el país?
—En general muy buena. De hecho la gente que ahora viene a los conciertos del septeto de alguna forma ya sabe la estética con la que se va a encontrar. Nos ocupamos de eso. Para mí es muy importante que se escuche esa historia y que no sea una cuestión de curiosidad para ver qué hay detrás.