ANUARIO 2015 | Los pozos en inmediaciones de la cloaca madre inundaron de olores el bulevar y fueron una de las notas del año en la ciudad de Santa Fe.
El boom inmobiliario generó hermosos edificios y profundos cráteres. Durante el 2015 aparecieron socavones en distintos puntos de la ciudad. Al histórico socavón de Urquiza y Cándido Pujato se le sumaron los del Bulevar Pellegrini, y se sucedieron hundimientos en muchos barrios: las calzadas, las veredas y las propias casas (principalmente de barrio Candioti) están cediendo.
Los socavones están en inmediaciones de la cloaca madre, que conecta la inmundicia de toda la ciudad y la conduce a la estación situada frente al Club Regatas.
Esta situación dejó en evidencia la falta de planificación y previsión de Aguas Santafesinas SA (Assa) y la poca articulación entre los funcionarios de la ciudad y la provincia para atender la problemática.
La ciudad está preparada para casas bajas cuyos cimientos tienen más o menos el nivel de las napas y el agua fluye subterráneamente con cierta tranquilidad. Debido a las características topográficas del territorio, las napas son bastante superficiales. Los sistemas de desagües fueron diseñados cuando la ciudad tenía unos 200 mil habitantes. Sin embargo, con los nuevos edificios en altura, en los últimos 15 años se multiplicaron las conexiones domiciliarias al sistema cloacal. La obsolescencia de los caños conspiró contra toda la red.
Un edificio requiere basamentos mas profundos que una casa: se generaron armazones de hormigón subterráneos que interrumpen el paso del líquido o lo reconducen, actuando como diques de contención o represas. “Los basamentos de los edificios nuevos interrumpen las napas. Y el agua encuentra espacios donde sea”, explicó el abogado especialista en Derecho Ambiental Ricardo Mascheroni.
Publicada en Pausa #167, miércoles 16 de diciembre de 2015