ANUARIO | El 2015 fue un año agridulce para el proceso abierto por la catástrofe de 2003: la posibilidad de la prescripción ya no existe, pero hubo otro cambio de juez y ya van 151 meses sin sentencia.
La Causa Inundación comenzó en mayo de 2003. En 2006, el ex intendente Marcelo Álvarez, el ex ministro de Obras Públicas Edgardo Berli y el ex director provincial de Hidráulica Ricardo Fratti fueron procesados por estrago culposo agravado por la muerte de 18 personas. En marzo de 2008 se solicitó la elevación a juicio, pero recién en 2013 se convocó a testimoniales nuevamente.
[quote_box_right]Hay elementos suficientes para abrir una nueva causa que alcance a Reutemann, pero con escollos a sortear: la protección de la Corte y el voto de la parte indolente de la sociedad que el 25 de octubre volvió a bendecir con fueros al senador. [/quote_box_right]
Entre agosto de 2013 y fines de 2014, Álvarez hizo tres presentaciones para pedir la prescripción de la causa penal. En marzo de 2015, el tribunal constituido por Roberto Prieu Mántaras, Jaquelina Balangione y Roberto Reyes, de la Cámara de Apelación Penal, selló la negativa definitoria en su contra. Pero también resolvió apartar al juez Cristian Fiz, y entonces se reanudó la pesca de quien se hiciera cargo. Buena parte de los magistrados en funciones no pueden intervenir porque participaron del caso anteriormente; los demás no quieren: aunque Carlos Reutemann no esté imputado, el tema lo salpica, y el gobernador de la inundación es pariente político del miembro de la Corte Suprema, Rafael Gutiérrez.
Hoy el juez es Octavio Silva. Tiene dos excusas para tardarse: primero, debe explorar 12 años y siete meses de causa y, segundo, entre quienes lo “apuran” está la mujer de Gutiérrez, Balangione. Habría que ver el verdadero interés de esa integrante de la Cámara por la resolución del caso. Habría que ver qué parte de la resolución no fue para la tribuna. Habría que ver.
Mister Fueros
En su fallo de 2006, Jorge Patrizi aseguró que no existían “elementos suficientes como para sospechar” que Carlos Reutemann era culpable, pese a que no estaba entre los imputados (y es sobre ellos, únicamente, que debía resolver el juez). Reutemann declaró, como testigo, en 2004 y 2013, y aseguró que “nadie le avisó”. Por sus fueros como senador nacional, lo hizo por escrito. Hay elementos suficientes para abrir una nueva causa que lo manche, pero también escollos a sortear: la protección de la Corte y el voto de la parte indolente de la sociedad que el 25 de octubre volvió a bendecir con fueros al senador.
Publicada en Pausa #167, miércoles 16 de diciembre de 2015