ANUARIO 2015 | Tercer mandato al hilo en el municipio. El equilibrio político de Corral. La oposición, dispersa.
Con su triunfo el 14 de junio, José Corral es el primer intendente reelecto de Santa Fe y gobernará la ciudad hasta 2019 en una ascendente carrera política que lo llevó a la conducción del radicalismo nacional y a convertirse en uno de los aliados preferidos del nuevo presidente de la Nación.
El vértigo de acuerdos tuvo a Corral en la primera mitad del año peleando contra el PRO y en la segunda trabajando a favor. En rigor, el destino del intendente es el del partido. Un vaivén de alianzas que, aunque incoherentes, le ha permitido al radicalismo recuperar protagonismo.
Con una fuerte estructura propia, Corral se impuso en junio con 85 mil votos (40%) y el Grupo Universidad comenzó en diciembre su tercer mandato al hilo.
[quote_box_left]Llegará un punto (el armando previo a las elecciones de 2017) en que la coexistencia del Frente Progresista y Cambiemos no va a ser posible. Un enigma que deberán resolver quienes lo propiciaron: los propios radicales. [/quote_box_left]
La decisión de Producción y Trabajo, corriente interna del PJ en la que participa Sebastián Pignata, de jugar por adentro del PRO en las elecciones locales fue clave en dos aspectos: favoreció las chances del oficialismo al dividir el voto de la oposición y dejó en claro que, a nivel de estructuras, en Santa Fe el PJ tiene más peso que el PRO. En las elecciones nacionales quedó en claro: con el apoyo del radicalismo, el macrismo ganó la provincia (ganó en 18 de los 19 departamentos) y la ciudad.
La justicialista Silvina Frana –luego electa diputada nacional– quedó segunda en la pelea por la Intendencia, con el 27%, y Pignata tercero con el 23%. Hubo más dispersión que en las elecciones de 2011 –cuando Corral llegó a los 88 mil votos–, pero igual el líder radical ganó con comodidad.
Al asumir su segundo mandato, el 12 de diciembre, el intendente exhibió un fuerte respaldo político. El gobernador Miguel Lifschitz participó del acto horas después de haberse reunido en Olivos con Macri. También estuvo el presidente de la Corte Suprema de Justicia de la Nación, Ricardo Lorenzetti. El lunes 14, la primera actividad de Lifschitz como gobernador fue una recorrida de obras con Corral.
Hay, claro está, una necesidad de sostener el acuerdo entre socialistas y radicales que dio origen 20 años atrás al Frente Progresista. El intendente no puede romper con el gobierno provincial, en poder del socialismo; menos aún después de haber logrado, junto al resto de los sectores internos (MAR y NEO), una mayor integración del radicalismo en la estructura de la provincia.
En la ciudad de Santa Fe el Frente Progresista arranca su tercera gestión con signos de cohesión. En claro guiño a sus aliados provinciales, Corral integró a su gabinete a dirigentes del socialismo y de la Coalición Cívica. La oposición sigue dispersa y la subdivisión de bloques en el Concejo Municipal es prueba de ello.
Mientras la coexistencia del radicalismo en Cambiemos y en el Frente Progresista sea posible, ni Corral ni los otros intendentes de la UCR tienen mayores inconvenientes. Una aceitada relación con las administraciones superiores (provincia y Nación) es clave para sostener la gestión en tiempos de zozobra como los que amanecen en este fin de año.
Pero llegará un punto (el armando previo a las elecciones de 2017) en que esa coexistencia no va a ser posible. Un enigma que deberán resolver quienes lo propiciaron: los propios radicales. Cómo afectará una u otra decisión a la ciudad es algo que ni siquiera el propio Corral puede aún avizorar.
Publicada en Pausa #167, miércoles 16 de diciembre de 2015