Lionel Messi sigue disfrutando de su vida envuelta de premios. Ahora levantó, en el invierno de Zurich, por quinta vez en su carrera el Balón de Oro (2009, 2010, 2011, 2012 y 2015): el premio que cada año reconoce al mejor jugador de fútbol del mundo.
Después de dos años consecutivos en los que Cristiano Ronaldo gozara del premio, la Pulga volvió a destronarlo, se lo notó muy feliz (a su manera) y lo demostró en palabras: “Es un momento muy especial para mí, después de ver dos años desde ahí como lo ganaba Cristiano. Es increíble que sea el quinto. Es mucho más de lo que imaginaba cuando era chiquito”.
El año 2015 también quedará en la columna del haber para Messi. Festejó cinco títulos: Liga de España, Copa del Rey, Liga de Campeones, Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes. Logró todo eso y estuvo dos meses sin jugar por una lesión.
Más allá de todos los títulos, festejos, premios y logros conseguidos con los catalanes, el rosarino sigue caminando por el mundo del fútbol con una piedrita en el botín. Y cada tanto les recuerda a los que todavía lo cuestionan: “Preferiría un Mundial a cinco Balones de Oro”.
Allá va Lionel, en quinta a fondo sin parar, y atrás va Cristiano, que justo le tocó nacer en la era Messi. Y acá, en el último rincón de América, donde el crack tiró sus primeras gambetas, un gran puñado de fracasados del fútbol sigue descalificando a uno de los dos mejores jugadores del mundo que parió la Argentina.
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