Balazos, gas pimienta y lacrimógeno fueron las herramientas con las que la policía bonaerense reprimió a un grupo de 200 personas que se manifestaban frente a la Municipalidad de La Plata, en reclamo por la baja de 4.500 contratos, que vencieron el 31 de diciembre y que se encuentran en revisión, por disposición del intendente Julio Garro.
“Hay una compañera con 15 tiros de bala de goma que está en el hospital; en total hubo 12 lastimados y detenidos”, aseguró una manifestante en diálogo con radio América, y añadió: “Somos trabajadores, no somos ñoquis”. Sin embargo, el intendente Garro defendió el accionar represivo a través de su cuenta de Twitter:
Lamento lo sucedido hoy. Un grupo de 200 individuos se presentó frente a la municipalidad con claras intencionalidades políticas.
— Julio Garro (@JulioGarro) enero 8, 2016
Lo que vivimos en la Municipalidad no tiene que ver con trabajadores que vinieron a reclamar pacíficamente. pic.twitter.com/vZykvf3cXO
— Julio Garro (@JulioGarro) enero 8, 2016
Los platenses pidieron un cambio, están cansados de los aprietes de la vieja política. De estos tipos que hace 25 años gobiernan la ciudad. — Julio Garro (@JulioGarro) enero 8, 2016
Tomamos una decisión política: el 31/12 decidimos no renovar los contratos de puestos políticos y empleados de papel. La ley nos ampara. — Julio Garro (@JulioGarro) enero 8, 2016
Desde el 31/12 la Dir. de Personal estuvo abierta para revisar casos. Pero no fueron. Vinieron con palos y piedras a atacar a los policías.
— Julio Garro (@JulioGarro) enero 8, 2016
Los platenses tengan la seguridad que hay un gobierno firme y que los que hicieron esto van a quedar presos.
— Julio Garro (@JulioGarro) enero 8, 2016
El 5 de enero los despedidos ya habían tomado la planta baja de la Municipalidad, con presencia de la policía y de infantería, reclamando una reunión con Garro. Si bien trascendió que unos dos mil contratados tendrían continuidad, el tono de persecución es explícito: “Se tomó la decisión de terminar con los puestos políticos. El cambio es hacer que la plata de los impuestos vuelva en servicios a los vecinos y deje de mantener estructuras y militantes de tal o cual puntero”, dijo el secretario general de la Municipalidad de La Plata, Javier Mor Roig.
Tal como advirtió en la campaña, el gobierno en diferentes niveles –nacional, provincial y municipal– y en los distintos poderes está realizando un ajuste cuya línea de corte tiene un solo criterio: la persecución política y la estigmatización ideológica. El decreto que a nivel nacional firmó el ministro de Modernización Andrés Ibarra establece que en la Administración Pública Nacional se revisarán todos los contratos rubricados durante los últimos tres años y todos los concursos sustanciados durante los últimos dos.
En La Plata estalla el @Despidometro: Julio Garro echó a 4500 trabajadores #DespidosEnLaEraMacri pic.twitter.com/PFCPZ27MtF — El Despidómetro (@Despidometro) enero 8, 2016
El justificativo es hacer más eficiente la gestión y separar a los ñoquis. Lo extraño es que, según se establece en el decreto –y en el relevo de los despidos que se van sucediendo en el sector público– los ñoquis sólo y únicamente serían los trabajadores que se incorporaron al Estado durante los últimos años, y nadie más.