Los asesinatos aberrantes a las trans son un síntoma de la violencia heteronormativa.
La masividad que lograron las movilizaciones bajo la consigna Ni una menos habilitó la visibilización de una realidad que hasta el momento se mantuvo velada: los crímenes trans, que se repiten en distintos puntos del país signados por la violencia extrema y un exacerbado odio de género. Por ello, desde los espacios organizados en materia de derechos de lesbianas, gays, bisexuales, trans, intersexuales y queer solicitan que este tipo de asesinatos se encuadren como femicidios y no queden en el olvido. Asimismo, exigen políticas públicas antidiscriminatorias a la altura de las circunstancias.
[quote_box_left]Los crímenes trans se repiten en distintos puntos del país signados por la violencia extrema y un exacerbado odio de género. [/quote_box_left]
La homolesbotransfobia es un neologismo acuñado para abordar las situaciones que atraviesan las personas trans: a mediados de octubre, la muerte de Diana Sacayán sacudió la opinión pública en Buenos Aires; y el crimen de la santafesina Fernanda Coty Olmos, ocurrido en septiembre, encendió la alarma local. Por ello, diversos colectivos del territorio provincial empezaron a reunirse para reclamar avances en la Justicia y debatir hacia el interior de los espacios que los convocan. A su vez, advirtieron que los medios periodísticos locales y nacionales no suelen respetar la identidad de género cuando se trata del asesinato de una trans. “La comunidad trans está atravesada por una marquesina en la que sólo importa quién es la primera y nos olvidamos que nos están matando. Hoy estamos pidiendo que las mujeres se sumen a nuestro reclamo porque en esta provincia falta compromiso social. Somos siempre las mismas caras pero no vemos una empatía desde la sociedad heteronormativa”, afirmó la histórica militante Alejandra Ironici durante un encuentro realizado en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la UNL.
Respecto a la relación entre femicidios y crímenes trans, el investigador Emmanuel Theumer acertó el análisis: “Los términos heterosexismo y homolesbotransfobia intentan comprender la función social que tiene la discriminación, el hostigamiento y la expulsión social en nuestra misma sociedad, paradójicamente. La violencia trans y la de género se vinculan si tomamos en cuenta las modalidades de control del cuerpo tanto en relación a la mujer pero también de la fuerte hostilidad que se desprende de la heterosexualidad obligatoria. Para el caso de las experiencias trans, esto es muy fuerte. De algún modo la visibilidad trans creciente en el espacio público alimentó una serie de reacciones que hoy podemos problematizar y conceptualizar en términos de femicidios trans”.
Publicada en Pausa #167, miércoles 16 de diciembre de 2015