ANUARIO 2015 | En un año con cinco elecciones, los ganadores fueron socialistas, peronistas y macristas.
En la primera mitad del año los santafesinos asistimos a la campaña más bizarra de la que se tenga memoria. No era para menos: la presencia, por tercera vez como candidato, pero esta vez con serias chances de ganar, del comediante Miguel Torres del Sel en la escudería macrista le agregó todos los condimentos necesarios a una contienda que, por lo demás, fue la más reñida de la historia democrática de la provincia.
La historia mantuvo en vilo al país: en un virtual triple empate, el socialista Miguel Lifschitz sacó una pizca de ventaja y se quedó con la gobernación. La victoria fue por escasos 1.500 votos de distancia: los dos Migueles orillaron los 585 mil votos y en tercer lugar, a solo 20 mil votos de diferencia, quedó el peronista Omar Perotti, que luego resultó vencedor en la elección para senador nacional.
La elección de tres tercios entre el Frente Progresista, Unión PRO-Federal y el Frente para la Victoria fue una novedad política para la provincia. Quedó demostrado que no hay mayorías consolidadas. Y aunque sí hay liderazgos determinados en las urnas (Antonio Bonfatti y el gobernador Lifschitz en el socialismo, Carlos Reutemann y Del Sel en el PRO, Perotti en el PJ, donde a fin de año reapareció María Eugenia Bielsa), ningún espacio por sí mismo logró construir hegemonía. De hecho, para imponerse en las generales –después perder las Paso–, el socialismo necesitó del despliegue territorial de la UCR. La cosecha paciente de senadores, intendentes y jefes comunales en cada rincón de la provincia, sumada a la estructura de fiscalización que aportó el partido, resultó definitoria. A la luz de los resultados posteriores, Del Sel aún mastica la bronca de haber quedado a un pasito de la gobernación.
El Frente Progresista ganó ajustado, pero consolidó su poder en Rosario y Santa Fe. Lifschitz encara la tercera gestión frentista sabiendo que no tiene tiempo para perder. Debe demostrar resultados en el corto plazo o el crédito del que hoy goza el oficialismo se perderá para siempre. En señal de apertura, casi en sintonía con la desideologización que promueve el nuevo gobierno nacional, el mandatario socialista dedicó la transición a explorar acuerdos con Brasil y con Estados Unidos. Asimismo, convocó a sus rivales Perotti y Del Sel a que presenten sus propuestas. “Escuchar con humildad” fue el mensaje de Lifschitz al asumir en la Legislatura el 11 de diciembre.
Promesas cumplidas
Dentro del Frente Progresista, la UCR sigue escalando posiciones. El nuevo gobernador prometió un gabinete más plural que el de sus antecesores y cumplió: la UCR ahora tiene cuatro ministerios (Obras Públicas, Trabajo, Medio Ambiente y Ciencia y Tecnología) y además la estratégica Secretaría de Regiones, Municipios y Comunas.
Pasadas las elecciones provinciales, los radicales de la bota acataron la decisión de la conducción nacional y se plegaron al Frente Cambiemos. Durante el proceso electoral nacional se registró un fenómeno similar al de la primera mitad del año: Cambiemos perdió las Paso en la provincia, se impuso por exiguo margen en las generales y ganó con comodidad en el balotaje.
¿Qué pasó en el medio? Las tres vertientes de la UCR –NEO, Mar y Grupo Universidad– se metieron de lleno en la campaña luego de las primarias. El cambio arrasó en la provincia: el 22 de noviembre Macri ganó en 18 de los 19 departamentos. La bota quedó pintada de amarillo.
Publicada en Pausa #167, miércoles 16 de diciembre de 2015