Dados los acontecimientos de público conocimiento tuve que interrumpir mis vacaciones en el Camping Municipal de Las Toninas y sentarme a escribir sobre el caso Nisman del 2016: los prófugos del triple crimen. ¿Lo hago porque me interesa? No ¿Cuento con la información necesaria para llegar a conclusiones del estilo Enrique Sdrech? No sé quién es Calu Rivero menos voy a saber algo de estos tres ilustres sicarios. Al parecer fui el único que le atendió el teléfono a los directores del Pausa y, por necesidad y urgencia, me transfirieron a Policiales a cambio de unos lisos con manise’ y lupine’.
Sinopsis: tres supuestos peligrosísimos criminales de los que nadie tenía noticias hasta antes de un programa de Jorge Lanata, filmado en la casa de Elisa Carrió, se fugaron de una cárcel de máxima seguridad y hace como una semana que los buscan por todos lados, casa de ex suegra incluida, y todavía no los pueden agarrar ni con los drones de TN. Final abierto, usted elige la próxima aventura.
La buena noticia no es que ya los tengan rodeados en un maizal del departamento Las Colonias, a escasos kilómetr… a ver, a ver, esperen: me está llegando información de últim... Sí, se volvieron a escapar. Aparentemente una cola de tornado teledirigido pasó por la zona y rescató a los malechores una vez más. Como les decía, la buena noticia no es que ya los estén por atrapar, sino las placas rojas de Crónica TV titulando el minuto a minuto de la comedia del verano. El hit: “En Santa Fe suspendieron hasta la siesta”.
Y sí, siguen prófugos. Se los habría visto en San Agustín, un pueblo de 1057 habitantes, a pie, caminando por el campo, rodeados por 600 uniformados, francotiradores, pero… como dijo una amiga, tampoco vamos a creer que andan caminando los tres juntos tipo Midachi, no. Bah, la Policía pareciera que sí lo cree. Yo prefiero pensar que van como George Clooney & cía. en la genial película de los hermanos Coen “O brother, where art thou?”, una adaptación libre de la Odisea en la que tres ladrones de poca monta escapan de varias condenas a muerte de las maneras más absurdas e insólitas posibles. O sea, en cualquier momento vienen desde Hollywood a acusar de plagio a los Lanatta y Schillaci… o a los que les abrieron la puerta del penal para ir a jugar.
Igual, al margen de la película que sea… ¿1057 personas que se ven la cara todos los días y no pueden identificar a un tipo que es idéntico al medallista olímpico, actual senador nacional y ex intendente de Corrientes, Carlos Espínola, y otro que se llama como el goleador del Mundial ’90, el “Totó” Schilacchi? A mí no me joden, ahí hay gato encerrado.
Nobleza obliga: doy fe que las fuerzas de seguridad están trabajando en pos de localizar a los delincuentes. Ayer me iba en auto a Paraná y me pararon para revisar si no llevaba escondidos a tres tipos en el baúl del Gol. Ajá, sí. Eso. No exagero. Está bien, los entiendo: te la regalo estar las 24 horas del día en una garita en la 168, todo el verano, viendo pasar autos y jugando al juego de las patentes, como la gran joda.
En conclusión, lo más increíble de todo es que todo parece super creíble. Resulta creíble que esto no sea un chiste… aunque, pensándolo mejor, la situación es un chiste en sí misma… y mucho más graciosa que todos los chistes que puedan hacerse sobre la fuga. De todos modos, también esto era evitable, de rápida resolución. Si en vez de llamar a francotiradores, Gendarmería, la Federal y Sherlock Holmes, hubiesen llamado antes que a ninguno a la Brigada Z, esto no pasaba. O capaz los llamaron, pero como el sueldo de un cabo es una miseria, seguro estaban en Mar del Plata haciéndose unos mangos extras como bañeros.