“Es obvio que no es una prioridad de Macri. Supongo que sólo habrá posibilidades para Suar”, bromeó el productor, director y camarógrafo Alejandro Carreras.
A los pocos días, Carreras envió un mensaje privado con un link a una nota de La Nación: “Las productoras, actores y directores que más subsidios recibieron entre 2010 y 2015”. Una abierta amenaza macartista del diario de los Mitre, que ya fue repudiada por la Asociación Argentina de Actores, y la Asociación Argentina de Sociedades de Autores e Intérpretes. Carreras junto a sus socios, Gastón Del Porto y Juan Pablo Arroyo, aparecían en la lista por haber dirigido “Quién mató al Bebe Uriarte?”, la primera serie de ficción rodada en Santa Fe que fue transmitida por un canal de aire nacional. Habitación 13, otra serie que es un orgullo local y que sale por Canal 13 de Santa Fe, también está en el listado. Desde los actores hasta los cámaras, pasando por eléctricos y directores, son de Santa Fe y tienen el sello del Instituto Santafesino de Cine y Artes Audiovisuales.
Carreras señala que la serie que él codirigió fue “Un laburo con docenas y docenas de profesionales de acá, Paraná, Rosario, Córdoba y Buenos Aires, con el broche de oro de la TV Pública en un día y horarios prime time. Algo utópico un tiempo atrás”, mero curro kirchnerista para La Nación que, no obstante, no deja de ofrecer interesantes cifras: el Ministerio de Planificación Federal invirtió en productos audiovisuales “2500 millones y generó un catálogo de 650 series, entre ellas 150 programas de ficción, 41 infantiles y 18 animaciones”. Casi cuatro millones por serie, entre 2010 y 2015, una cifra que se corresponde con los costos usuales de este tipo de producciones, que ahora están disponibles en odeon.com.ar y el Banco Audiovisual de Contenidos Universales Argentino (Bacua).
El trío de realizadores estrenó, hace poco tiempo, su primer largometraje: Manekineko. Carreras y Del Porto llevan más de 20 años haciendo películas. De las mejores que se hayan producido en nuestra región. Los dos, y Arroyo, que es más joven, tuvieron que esperar hasta los subsidios de Planificación para poder ganar, al menos una vez, algo de dinero por lo que hacen (y no por filmar sociales, o campañas políticas, o actos oficiales). Igual: ninguno tiene casa propia. Uno solo tiene auto. Y es viejo. Y se rompe seguido.
Florecía la pantalla
Los beneficios de la política audiovisual fueron notorios en nuestra región. La Universidad Nacional del Litoral recibió más de 32 millones de pesos del ministerio de De Vido para construir su Torre de Medios. “La historia de este proyecto nace 4 años atrás con la nueva Ley de Medios. La UNL, junto con otras universidades, tomamos la decisión y el desafío de gestionar nuestra señal televisiva. Estos años se fueron cumpliendo diferentes etapas, desde obtener la señal hasta incorporar nueva tecnología digital y la firma de convenio con Arsat, entre otros pasos”, dijo un ultrakirchnerista. No mentira, fue el actual Secretario de Políticas Universitarias, otrora rector, Albor Cantard, durante el acto de anuncio de la adjudicación de las obras.
“En los últimos años en la ciudad de Santa Fe hubo un claro crecimiento de las producciones locales y de otras producciones que desde Buenos Aires, por ejemplo, venían a filmar a nuestra ciudad”, recordó la productora, fotógrafa y actriz Betania Cappato. “Los proyectos más importantes a nivel audiovisual (estoy hablando de toda la historia) fueron producidos gracias a las políticas llevadas adelante por el Afsca, Bacua, Televisión Digital Abierta, Incaa y el Canal Encuentro. Lo que nos dio la posibilidad a los realizadores santafesinos de competir por primera vez ‘en las ligas mayores’, la posibilidad de ver nuestro trabajo en la pantalla de canales nacionales o en plataformas virtuales a la par de producciones de primerísimo nivel”.
Sobre la Ley de Medios también opinó otro productor audiovisual de nuestra ciudad, Alejandro Pérez: “El impacto en mi trabajo, por ejemplo, no solo tiene que ver con haber sido convocado como camarógrafo, editor, o alguna otra área en rodaje o postproducción, sino con las ganas, con sentir que algo se está moviendo, la inspiración, la fuerza creativa. En sentir orgullo con las películas o series que nuestros amigos o conocidos están estrenando, las series de historia de Malchiko por citar un solo ejemplo. Lo esencial, me renovó la sangre”.
Comandada por Mauricio Minotti, desde Santa Fe Malchiko produjo entre otras, “El Grito de Alcorta”, “Historia del voto femenino en Argentina”, “La Campaña de Alfonsín”. Con “Rebelión en los llanos. Vida, resistencia y muerte del Chacho Peñaloza”, llegaron a la pantalla de la TV Pública.
Otro caso de impacto directo de la política audiovisual del pasado es 5R, el canal del Estado provincial. De hecho, Tristán Bauer, quien fuera el presidente de Radio y Televisión Argentina, estuvo presente en el acto de apertura del canal, a comienzos de noviembre, en las antiguas instalaciones del Liceo Militar, en Recreo.
Pero llegó el invierno
“Creo que en este momento todos los que trabajamos en el campo audiovisual estamos viviendo horas de mucha incertidumbre... Y tristeza. Se siente el manoseo y el abuso de autoridad del gobierno que acaba de asumir, que muy lejos está de pensar en la inclusión. En este caso, incluir a todos los que trabajamos en este medio de forma independiente y que tanto necesitamos políticas de estado que nos contengan y nos defiendan”, expresó Cappato.
Sobre la misma cuestión reflexionó Pérez: “Lo profundo, que yo creo que ya no va a volver atrás por más que quieran hacer con la ley lo que en Macondo con la masacre de la bananera, es que en los pueblos se le mostró a los canales pequeños, a los pequeños realizadores, que eran capaces: se les brindó una red, capacitación, recursos económicos y técnicos y un país entero donde reflejar su historias y culturas”.
Sin embargo, Pérez fue más oscuro al referirse sobre la designación de Oscar Aguad en el Ministerio de Comunicaciones, sobre el embate sobre el Afsca y las promesas respecto de una nueva Ley de Medios: “No esperaba otra cosa. La ideología que representa el gobierno entrante niega todo tipo de libertad de expresión y cultura popular. Ellos dicen qué es lo que se cuenta y qué no. Ellos cuentan el cuento. Acechan espantosamente ahí donde se levante una palabra y entran a degüello. Entran a degüello”.
“Escrachan, según ellos, a los subsidiados, no importa si ganaste un concurso, nada”, se lamenta Carreras sobre la nota de La Nación. Felices con los anuncios de cambio de política comunicacional, las corporaciones mediáticas parecen un coro. De ángeles para versar sobre el macrismo, de improperios para referir al pasado reciente. “¿Un atisbo de caza de brujas? Tal vez no todavía. Debe querer marcar territorio para meter mano”, finalizó, con un poco fingido optimismo.