Enero de 2016 marca que ya no sobra un mango: se vendieron 25,57% menos entradas al cine que en enero de 2015, pese a que diciembre de 2015 fue excepcional en ventas. Analizamos con cifras el impacto de la inflación en la calidad de vida.
Desde que existen estadísticas confiables sobre la cantidad de gente que va a salas comerciales de cine, nunca hubo un enero como el de… 2015. En 17 años de registros, jamás se había visto que en enero pagaran una entrada 4.401.131 personas. Como si fuera parte de un pasado lejano, está la cifra de las ventas de enero de 2016: 3.275.581. Un 25% menos que el récord y, además, el peor enero desde 2009 (3.234.892). Y eso que este año el tanque fue Star Wars Episodio VII. No alcanzó ni para vencer los eneros en los que las pelis top fueron El gato con botas (2012) o Ralph el demoledor (2013). (A todo esto, ¿cuál es Ralph el demoledor?).
La caída de las ventas no se puede disociar del impacto inflacionario. El consumo de cine en pantalla grande (como la compra de libros, o de helado, o de lomitos en Los Cuatro Vientos) es uno de los primeros gastos que se recorta cuando el bolsillo adelgaza. Esta afirmación, que puede sonar puramente teórica, se comprueba taxativamente cuando se analizan las cifras.
Las cifras
La caída del 25,57% interanual en la venta de entradas de enero marca una situación anómala en el mercado, según informa el sitio especializado ultracine.com. El primer mes del año suele ser un momento en que las ventas de entradas repuntan, tras un amesetamiento en diciembre. Sin embargo, diciembre de 2015 fue el segundo mejor mes de la década: se vendieron 2.516.001 entradas, apenas el 2,3% menos que en diciembre de 2014, recórd de la década, con 2.555.208.
Para que quede claro: el mejor diciembre de la década (en 2014, con 2.555.208 entradas vendidas) dio pie al mejor enero de la historia (2015, con 4.401.131 entradas). El segundo mejor diciembre de la década (2015, con 2.516.001 entradas vendidas) no dio paso a un gran inicio de año, sino al magro enero de 2016, el octavo en ventas en la última década, con un cuarto menos de asistencia que el año pasado. Esa diferencia es, justamente, la herida por el sablazo inflacionario.
Sólo resta un dato más: con 50.023.052 entradas vendidas, 2015 fue el año con más corte de tickets para el cine desde que se contabiliza esta estadística (1997). Luego vienen, en orden, 2013, 2012 y 2014. Habrá que ver qué deparará 2016. O qué impacto tendrán toda la ristra de aumentos que todavía no llegaron a los bolsillos.