Vuelven las fiestas carnavaleras del Movimiento de Organizaciones Murgueras del Oeste. Dos lugares verán el paso de las comparsas: la Estación Mitre y Alto Verde.
El Movimiento de Organizaciones Murgueras del Oeste (Momo) está ultimando detalles para celebrar por cuarto año consecutivo los Carnabarriales, la oportunidad de celebrar los carnavales de los vecindarios populares. Con consignas respecto de la actualidad social en general y de la murguera en particular, el sábado 20 vuelven a sonar redoblantes y casetas al calor del Rey Momo prendido fuego.
Los focos anaranjados tiñendo la tierra entreverada con copos de espuma vibran por los golpes del zurdo celeste y blanco que, aunque es de metal y parece recién lustrado, brilla menos que la ropa turquesa de una payasa con cuerpo de señora. Acomodadísima en una reposera, la nietita replica la sonrisa que la abuela mantiene atrás de la nariz roja y mira también al resto de la comparsa a través del humo de los chorizos.
Los corsos en Alto Verde eran todo lo que se puede esperar de una fiesta popular y a por ello va el Momo: el sábado 20 vuelven los Carnabarriales, vuelve el baile de pasistas y estandartes a los barrios, con una presentación enfrente de la Estación Mitre, y el 27 la fiesta se trasladará a Alto Verde.
La preparación
En San Lorenzo, Los Hornos o Alto Verde todo el año se cuida con celo el estado de los parches, de las costuras de los trajes, con el objetivo fijado de que la próxima salida sea impecable. Es mucha la gente que se acerca a colaborar con las manos y el corazón, “y por ahí, en otro tipos de eventos en los que se cobra entrada y no te dejan entrar un sánguche y una gaseosa, tampoco puede entrar esa gente de los barrios”, reflexiona en charla con Pausa una de las encargadas de la logística carnabarrial, Majo. Una pasada rápida y “tener que subirnos al bondi así como venimos tocando para irnos”, no es la manera de festejar que prefieren desde murgas como Al trote (Cabal) o Arazunu (Santa Rosa de Lima).
Los talleres caseros de familias largas siguen siendo la usina de las comparsas, en las que las lentejuelas delinean motivos en las telas espectaculares. Todavía hay chicos y chicas sin dependencia de una pantalla que esperan por esa noche en la que saldrán a tocar, a desfilar, a ser los artistas y los demás, el público. El Momo está latiendo con la fuerza del calor de febrero, esperando a arder el sábado que viene, a partir de las 19.00, cuando con entrada libre y gratuita, vuelvan los Carnabarriales en General López, delante de la Estación Mitre. Si todo sigue el curso óptimo, el 27 se repite la fiesta en Alto Verde.