¿Dónde se creó trabajo y dónde se perdió en 2015? ¿Cómo funcionan los sistemas de medición de la provincia? ¿El tamaño de las empresas, a la hora de generar trabajo, es importante?
La evolución cuantitativa y cualitativa del empleo parece reinstalarse en el país como tema prioritario para trabajadores, sindicatos y autoridades estatales. Caracterizar el desempeño reciente que en la provincia tuvo el empleo asalariado registrado y creado por empresas del sector privado permite identificar regiones, actividades económicas y segmentos de empresas en que pueden resentirse los niveles de ocupación formal alcanzados.
El Ministerio de Trabajo y Seguridad Social de la Provincia de Santa Fe publica periódicamente la evolución del empleo asalariado registrado por empresas del sector privado que tienen domicilio fiscal en localidades del territorio provincial. Esta medición –elaborada en base a datos provenientes del Sistema Integrado Previsional Argentino de la Administración Federal de Ingresos Públicos– no incluye empleados estatales, trabajadores cuentapropistas, patrones de empresas privadas, trabajadores familiares sin remuneración, trabajadores del servicio doméstico y asalariados no registrados (“en negro” o informales). Asimismo, tampoco contabiliza asalariados que residen en la provincia pero que trabajan en empresas cuya sede central o secundaria tiene domicilio fiscal en otras provincias. Por otra parte, los puestos de trabajo analizados son aquellos “de calidad”, “formales” (también denominados de “trabajo decente”, según la Organización Mundial del Trabajo) ya que, al estar declaradas y registradas ante el Estado las relaciones entre patrones y asalariados, estos últimos gozan de derechos tales como descuento jubilatorio, obra social, vacaciones, aguinaldo, asignaciones familiares, así como también un control sobre las condiciones laborales vinculadas con seguridad e higiene, cumplimiento de paritarias, etcétera.
La evidencia disponible ofrecida a comienzos de 2016 señala que entre enero y octubre de 2015 hubo en la provincia una creación promedio anual de 7.553 puestos de trabajo de este tipo, incremento que representa un aumento del 1,6% con respecto a 2014. La noticia no deja de ser positiva si se considera la coyuntura de magro crecimiento económico que atraviesa el país (con socios comerciales como Brasil y China que se encuentran en recesión uno y con actividad industrial contraída otro, con bajas en el precio de los commodities exportables, entre otros factores). No obstante, y para poner en perspectiva la cifra mencionada, debe considerarse que sólo los Aglomerados Gran Rosario y Gran Santa Fe suman en la provincia unos 71.000 desocupados (Encuesta Permanente de Hogares, tercer trimestre de 2015).
El aludido comportamiento del empleo asalariado registrado tuvo distinta intensidad en cada una de las cinco regiones de la provincia. Según informa el Sistema de consultas de empleo privado registrado la Región 1 (Nodo Reconquista) sumó 124 puestos de trabajo en promedio (0,5% interanual), la 2 (Nodo Rafaela) perdió 496 (-1,1%), la 3 (Nodo Santa Fe) aportó 1.521 (1,6%), la 4 (Nodo Rosario) 6.215 (2,1%) y la 5 (Nodo Venado Tuerto) sumó 157 (0,6%).
A nivel agregado provincial, las actividades económicas que generaron más empleo asalariado registrado fueron servicios como las Actividades administrativas (2.648 puestos en promedio anual) y Enseñanza (2.235), seguidas por las actividades relacionadas con la Construcción (1.867). Por el contrario, la que más puestos de trabajo perdió fue Agricultura, ganadería, caza, silvicultura y pesca (-1.077).
En la Región 1 (Nodo Reconquista), el empleo fue impulsado por la Enseñanza (297 puestos) y el Comercio (108), cayendo las ocupaciones de la Industria manufacturera (-127). La Región 2 (Nodo Rafaela) registró pérdidas de empleo de magnitud en Intermediación financiera (-476 puestos de trabajo) e Industria manufacturera (-416), creciendo en Enseñanza y Comercio (264 y 232 ocupaciones respectivamente). En la Región 3 (Nodo Santa Fe), Construcción (909 ocupaciones) y Enseñanza (469) fueron las actividades más dinámicas. Las menos demandantes fueron Servicios de transporte y almacenamiento (-520) y Agricultura y ganadería (-232). En la Región 4 (Nodo Rosario), las ocupaciones de Actividades administrativas (servicios de limpieza, de seguridad, agencias de empleo, servicios de call center, entre otros) alcanzaron la cifra de 2.535, casi el total provincial. Las mermas se observaron en Agricultura y ganadería (-477), Comercio (-224) y Servicios inmobiliarios (-207). Por último, la Región 5 (Nodo Venado Tuerto) tuvo pérdidas en Agricultura y ganadería (-178) y alzas en Industria manufacturera (159) y Enseñanza (148).
El tamaño sí importa
El desempeño provincial también varió de acuerdo al tamaño del establecimiento. Las micro empresas (aquellas que emplean entre 1 y 5 trabajadores) tuvieron una performance negativa en todas las regiones.
La tabla muestra la merma que hubo en 2015 (con respecto a 2014) de micro empresas y de puestos de trabajo creados por ellas. Por el contrario, fueron las empresas grandes (más de 100 trabajadores) las que compensaron estas pérdidas, con excepción de la Región 2 (nodo Rafaela), donde a pesar de haberse sumado tres grandes empresas, el conjunto de éstas perdió casi 600 empleos.
En función de lo expuesto, el saldo positivo que arrojó 2015 en cuanto a la creación de empleo asalariado registrado por parte de empresas del sector privado no debe hacer perder de vista a futuro detalles puntuales tales como la situación de las micro empresas de la provincia y la caída del empleo tanto en la Región 2 como del empleo vinculado a la actividad agrícola–ganadera. Asimismo, la aceptable dinámica de las Actividades administrativas suele ligarse al gasto del Estado o bien de empresas que tercerizan parte de sus procesos productivos (limpieza, seguridad, reclutamiento y administración de personal, etc.), hecho que, en situaciones de ajuste, suele impactar rápida y negativamente en la demanda de empleo.
En el marco de este diagnóstico, algunas de las medidas de política económica implementadas recientemente por el gobierno nacional (elevación del tipo de cambio, eliminación y reducción de derechos de exportación, flexibilización de importaciones, aumento de tarifas de energía eléctrica, subas de tasas de interés) proyectan distintos (y no excluyentes) escenarios para la situación ocupacional argentina. Un primer escenario es el de menores ingresos reales para un amplio sector de ocupados, escenario que se asocia a otro de pérdida neta de empleo, al resentirse los niveles de consumo interno. Otra alternativa que se agrega es la de mayores niveles de precariedad laboral: la pérdida de empleo asalariado registrado puede ser compensada por ocupaciones asalariadas no registradas (más “baratas” para el empleador) y/o por trabajo cuentapropista (más excepcionalmente un trabajador puede iniciar como patrón una empresa con mano de obra en relación de dependencia), pero se trata de respuestas que generalmente acarrean inestabilidad, incertidumbre y desprotección para el trabajador y su familia. Estos caminos ya fueron recorridos en Argentina. De volver a ellos, habrá transitorios ganadores y perdedores pero la sociedad en su conjunto verá deteriorarse aún más sus lazos de convivencia y solidaridad.