Despidos, suspensiones y precarización, consecuencias palpables de la apertura de importaciones y la política macroeconómica. Los gremios advierten que si el gobierno nacional no cambia “la situación se pondrá problemática”.
En los últimos días de febrero se profundizó la crisis laboral en la provincia de Santa Fe. La firma ArZinc, única productora de zinc electrolítico en el país, cerró su planta en la ciudad de Fray Luis Beltrán y dejó a 420 trabajadores en la calle. En Rosario, la fábrica de electrodomésticos Electrolux desactivó uno de los dos turnos de la línea de freezers, decisión que afectó las tareas de 70 trabajadores; una parte del personal fue reubicado en otras áreas y el resto aceptó el retiro voluntario ofrecido por la patronal. La fábrica de heladeras Bambi, también de Rosario, echó a 80 trabajadores y luego volvió a contratar a 20; los despedidos fueron 60. La aceitera Ricedal, ubicada en la localidad de Chabás, dejó sin trabajo a 28 operarios. Todo en menos de una semana y en paralelo a los despidos en el sector público nacional. Se trata de la segunda tanda de despidos en la provincia, luego de los casos registrados en enero.
El cierre de ArZinc
El jueves 25, la firma de capitales holandeses y suizos Glencore Internacional (que controla la empresa ArZinc, antes denominada Sulfacid) cerró la planta de Fray Luis Beltrán con el argumento de que no se puede reparar el horno donde se producen lingotes de zinc, entre otros productos destinados a la industria automotriz. Como consecuencia, sus 420 operarios fueron despedidos.
El líder del Sindicato Unido de Trabajadores Químicos y Petroquímicos de San Lorenzo, Daniel Santillán, advirtió que el cierre de la firma “generará un problema en el Cordón Industrial al modo de Menem: son empresas que se van y afectan toda la economía de la región”.
La intendenta de Fray Luis Beltrán, Liliana Canut, reflexionó: “Por primera vez en el Cordón Industrial nos dimos cuenta de que no se trata de un problema entre privados; es un problema social que ha tenido una alta repercusión, y no sólo en Fray Luis Beltrán. Independientemente de que la mayoría de los trabajadores hayan firmado el retiro voluntario, estamos en presencia de 420 personas que se quedaron sin empleo”.
Bambi en el freezer
El lunes 29 la fábrica de heladeras Bambi canceló los contratos de 60 trabajadores que había tomado como reemplazos de personal en vacaciones y con licencias médicas. En principio, iban a ser 80 los despedidos, pero luego de la intervención gremial y de una protesta callejera en la puerta de la empresa, se reincorporó a 20 operarios y se acordó la indemnización de los otros 60.
La fábrica freezers y heladeras funciona en Rosario desde 1955 y tiene, en la actualidad, una planta estable de 580 empleados. “El panorama es cada vez más complicado. No encontramos solución. La única manera es reducir la jornada de trabajo, pero en esos casos puede ser peor el remedio que la enfermedad”, indicó el líder de la Unión Obrera Metalúrgica Rosario, Antonio Donello.
“El mercado se viene cayendo”, continuó el dirigente gremial. “No hay consumo y esto se va a trasladar a otros lugares. Las importaciones están generando problemas serios a la industria y, si el gobierno nacional no cambia, la situación en Rosario y en todo el país se pondrá problemática”.
Irregularidades y despidos en Electrolux
Otra la fábrica rosarina, la filial local de la multinacional de electrodomésticos Electrolux, desactivó la semana pasada uno de los dos turnos de la línea de freezers. La decisión afectó las tareas de 70 trabajadores; una parte del personal fue reubicado en otras áreas y el resto aceptó el retiro voluntario ofrecido por la patronal.
En Electrolux hay un antecedente grave que ilustra la situación de los trabajadores: el 6 de febrero de 2015, el operario Daniel Aguilar, de 43 años, fue aplastado por una máquina mientras cumplía una jornada laboral de 12 horas sin las condiciones de higiene y seguridad reglamentarias. Murió seis días después. El trabajador que denunció las irregularidades fue despedido.
Ricedal bajó las persianas
También a fines de febrero, Ricedal Alimentos cerró su planta aceitera ubicada en la ruta nacional 33, en el ingreso a Chabás. Quedaron 28 operarios en la calle. Autoridades locales y provinciales pidieron, sin éxito, la intervención del Ministerio de Trabajo de la Nación para evitar el cierre definitivo y explorar alternativas que hagan posible la continuidad de la firma.
La empresa alegó motivos de “índole económica y financiera que se erigen desde hace un extenso tiempo sobre la actividad”, pero los delegados gremiales Leonel Zuliani y Pablo Lucero denunciaron que es “una maniobra meramente especulativa” y que la firma tiene una deuda de entre 15 mil y 20 mil pesos por operario.
La política toma nota
El ministro de Trabajo de la provincia, Julio Genesini, minimizó la crisis laboral y dijo que los despidos en distintas localidades obedecen a “situaciones puntuales en las que estamos actuando y tratando de revertir con todas las posibilidades de gestión que tenemos y a nivel nacional actuando con el Ministerio de Trabajo”.
Desde el partido Pares, que integra el Frente Progresista, tienen una mirada diferente: “Los despidos arbitrarios en el Estado nacional y la pasividad del Ministerio de Trabajo de la Nación frente a las situaciones de crisis son señales peligrosas para el ámbito laboral, que pueden legitimar comportamientos abusivos del sector empresario contra trabajadores y consumidores”.
También el parlamentario del Mercosur Agustín Rossi se refirió al tema y fue muy crítico del gobierno de Mauricio Macri: “En tres meses hubo despidos masivos, tarifazo en energía, pérdida del poder adquisitivo y de eso no habló ante el Congreso (en la apertura de las sesiones ordinarias). Dedicó gran parte de su discurso para hablar de culpas anteriores; esta es la Argentina que nos preocupa a todos”.