El gobierno provincial y la Universidad Nacional del Litoral (UNL) presentaron ante la Nación un proyecto para producir principios activos para medicamentos estratégicos para el sistema de salud.
Autoridades de la provincia, la UNL y el Ministerio de Salud de la Nación se reunieron para avanzar en la instalación de una planta multipropósito que permita producir, por ejemplo, la vacuna contra la rabia y la hepatitis B.
El ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de Santa Fe, Eduardo Matozo, sostuvo que este emprendimiento conjunto tiene como objetivo mejorar la salud pública: “Este caso es un emprendimiento público-público y público-privado que busca desarrollar una planta multipropósito para la generación de principios farmacéuticos biotecnológicos para proveer medicamentos, a través del LIF, a los organismos de salud pública nacionales. Esto tiene un alto impacto”, expresó.
Si el proyecto prospera, la provincia podrá producir principios activos recombinantes que puedan ser utilizados en medicamentos que no estén disponibles en el país o que su costo sea muy elevado.
El decano de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB), Javier Lottersberger, opinó que “este desarrollo ya se ha hecho por investigadores de la UNL y buscamos poder llevar a una escala de producción mayor para que luego puedan ser utilizados para medicamentos desarrollados en el Laboratorio Industrial Farmacéutico y llegar así a la comunidad”.
Reunión positiva
Las autoridades evaluaron la reunión como positiva, porque el proyecto trasciende las fronteras de la provincia de Santa Fe, para producir medicamentos para todo el país.
El ministro de Salud de la provincia, Miguel González, evaluó que el proyecto “marca la tendencia que tiene la provincia de Santa Fe para generar iniciativas asociativas. Esta fue la primera presentación y vamos a esperar que lo evalúen y luego continuar trabajando”.
La reunión se desarrolló en el marco del Consejo Federal de Salud (COFESA), en la sede del Ministerio de Salud de la Nación. Participaron de la reunión el rector de la UNL, Miguel Irigoyen; el secretario de Políticas Universitarias de la Nación, Albor Cantard; el decano de la Facultad de Bioquímica y Ciencias Biológicas (FBCB), Javier Lottersberger; los ministros provinciales de Salud, Miguel González, y de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, Eduardo Matozo; el secretario de Vinculación Tecnológica y Desarrollo Productivo de la UNL, Daniel Scacchi y el Secretario de Relaciones Nacionales e Internacionales del Ministerio de Salud de la Nación, Rubén Nieto.
Finalmente, el decano Lottersberger opinó: “hemos tenido una muy buena recepción y creo que tenemos muchas posibilidades de seguir trabajando en este proyecto, porque son líneas estratégicas que se comparten entre la UNL y los gobiernos provincial y nacional”.
Medicamentos biotecnológicos
Los medicamentos biotecnológicos son elaborados con materia prima de origen biológico, como ser levaduras, células animales o bacterias, y son modificados por medio de la biotecnología.
A diferencia de los medicamentos de origen químico utilizados comúnmente, los medicamentos biotecnológicos son productos que cuentan con una estructura molecular amplia y compleja, así como con un proceso de producción y almacenamiento también complejos.
La producción de este tipo de medicamentos pudo curar o controlar a enfermedades que no podían ser tratadas con medicamentos de origen químico, como cáncer, diabetes o infecciones y desórdenes autoinmunes.
Para fabricar medicamentos biotecnológicos es necesario modificar el ADN de un organismo vivo para que este se convierta en fabricante de alguna sustancia que naturalmente no fabricaría. Como es un proceso que implica la participación de un organismo vivo (un virus, una bacteria o un parásito), ningún medicamento es igual a otro y por eso es indispensable el seguimiento con estudios clínicos para vigilar cualquier reacción secundaria en su uso.
En ese sentido, el proceso de desarrollo de un biotecnológico es largo y costoso. Desde el diseño y descubrimiento de una molécula, hasta su comercialización, puede contemplarse hasta 15 años. Muchas veces el diseño de la molécula se realiza en laboratorios básicos de universidades y en centros de investigación independientes.