Batalla al pobrerío: el Estado se va del barrio pero deja a los gendarmes.
Mauricio Macri prometió cerrar la “grieta” pero en los hechos ocurrió todo lo contrario. “No vimos en el nuevo gobierno ni una sola medida en favor de los pobres”. En esos términos, a través de una carta abierta, el Grupo de curas en Opción por los Pobres resumió la mirada compartida por el amplio arco social y político que se opone a la restauración conservadora de Cambiemos.
Se advirtió desde antes del balotaje que el ajuste no iba a ser posible por las buenas. Los trabajadores de Cresta Roja, los municipales despedidos en La Plata y los docentes de Mendoza y Santiago del Estero ya experimentaron en carne propia el nuevo estilo de abordaje de los conflictos sociales. También los niños murgueros de la Villa 1-11-14, de Buenos Aires, que no estaban reclamando por despidos ni salarios.
A los pobres, palo y ajuste. La consigna no ha sido enunciada, pero está implícita en cada decisión política del nuevo gobierno. A tal punto que la represión primero fue una práctica, por orden directa o por sobreactuación de las fuerzas de seguridad, y recién después cobró cuerpo normativo, con el protocolo antipiquetes de la ministra Patricia Bullrich. Hay un disciplinamiento por la economía y otro, más extendido, que se expresa en los cuerpos y en las calles: en el territorio.
“Esto no es una verdadera democracia”, indicaron los Curas por los Pobres al cumplirse el primer mes del gobierno de Macri. En la represión y la persecución a las organizaciones sociales, advierten que hay “una actitud de revancha de clase” y que eso amenaza la paz social. “Observamos una actitud de revancha de clase, superioridad intelectual, cinismo y discriminación en muchos funcionarios, incluyendo el presidente, en referencia a los militantes, al gobierno anterior, a la clase trabajadora y a los despedidos”.
En una segunda carta abierta, difundida el 11 de marzo, advirtieron sobre el sostenido retiro del Estado de los barrios: “No hacer trabajo territorial es algo expresamente señalado. Lo mismo ha de decirse de la suspensión de espacios de salud, como los camiones y el tren sanitario, y de la suspensión del plan Conectar Igualdad. Es cada vez más claro que la variable de ajuste es el pueblo”.
Publicada en Pausa #168, miércoles 16 de marzo de 2016