Fueron más cuadras que nunca, más agrupaciones que nunca y más emociones que nunca. Probablemente sea el último aniversario redondo con la presencia de las valientes Madres en el lugar que las cobijó para la historia de la humanidad toda: la plaza.
La columna todavía no terminaba de soltarse de la plaza del Soldado y ya tenía casi 300 metros de extensión. Al frente iban las viejas locas, con el pañuelo blanco, las tres en sillas de ruedas, despiertas, atentas y emocionadas, llevadas por sus familiares, quienes se extendían luego portando una larga bandera con el rostro de nuestros desaparecidos. Luego venían los Hijos, megáfono en mano, cantando y haciendo danzar a un buitre gigantesco. Una bandera cortaba la calle de vereda y vereda, marcando el inicio de un nuevo grupo, portada por una docena de dirigentes gremiales cuyas fuerzas no se veían unidas desde hace años. “Los 30.000 viven en la clase trabajadora”, recordaba esa faja que rodeaba a los líderes de la CGT y la CTA, juntos. Tras ellos, los trabajadores, y luego las agrupaciones de la izquierda peronista y la comunista y la socialista y la independiente y las organizaciones sociales y las artísticas y los grupúsculos de 10 militantes y la gente suelta, yendo para adelante y para atrás por las veredas para elegir algún grupo donde amucharse, y las hordas de fotógrafos, signo de la época, queriendo registrar el momento como si la perduración de los instantes se debiera al testimonio de los bits luminosos y no a la historia caminando por la calle. Pero, también ellos están en esa calle.
A las 18.00 fue la convocatoria y las 18.30 todavía seguía nutriéndose la marcha camino a plaza de Mayo. Detrás quedaba la plaza donde están estampados los pañuelos de las Madres, el lugar donde se hacían los actos en los 90, cuando llegar al centenar de asistentes era un éxito mayor, cuando a nadie –a nadie– se le ocurría levantar los dedos en V en ningún momento. Ahora, más de dos décadas después, la Corriente Nacional de la Militancia, el Movimiento Evita y La Cámpora, entre otras agrupaciones, se muestran orgullosamente peronistas y, desde hace varios años, las ausencias son otras: la Franja Morada, otrora antimenemista, abandonó los 24 de marzo a cambio de otros intereses.
40 años: nunca más a la violenciahttps://t.co/hFH9Mq5lsu
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) 24 de marzo de 2016
“No hay tiempo para lágrimas, Mari”. Es dura la Queca, es durísima, siempre lo fue. Caminando por San Jerónimo, la Turca Hechim la abraza, llorando, a la Queca Kofman y ella le devuelve la consigna combativa. En privado la Queca es una manteca y no tiene diferencia alguna con cualquier abuela. Con el pañuelo le vuelven los demasiados años de barricada. Es decir, de trinchera y de lucha. Ahora, en épocas de frívola inteligencia de actriz de piscina, la palabra lucha retumba, presiona los pulmones. Hay una lucha, hay una división, hay lugares y posiciones. Están los indiferentes, los simpatizantes, los partidarios del genocidio, los modernos que se hacen los sagaces y ni se dan cuenta que hablan un discurso inventando por los milicos mismos, y los que vamos a la plaza.
Una celebración
La ovación acompañó el avance de las Madres hacia el escenario. Claudio Cherep y Romina Mansilla condujeron el acto y hasta se animaron, con algunos traspiés, a decir la palabra “camaradas”, al momento de pedirle cánticos a la gran muchedumbre del Partido Comunista. El tropiezo pasó de largo, la alegría era visible. Los 24 de marzo son jornadas de encuentro y de largos relatos: de cuando se formó la Asamblea Permanente, de cuando Víctor Brusa andaba por la calle, de la conmemoración de los 30 años, mirá, aquella tuvo un hijo, vos estás pelado, esos son estudiantes secundarios y ven todo por primera vez.
“Macri basura, vos sos la dictadura” se corea repetidas veces, era un blanco puesto. La misma cantidad de veces surgen en los cánticos los pedidos por la libertad de Milagro Sala, también en los diferentes documentos que leen los representantes de Hijos, de la CGT y CTA unidas, de la Coalición por una Comunicación Democrática y del Foro contra la Impunidad y por la Justicia. Las repeticiones son muchas, se confunde el énfasis con el agotamiento. El gesto destacado: toda la plaza rechifló al senador Omar Perotti cuando su nombre se pronunció dentro de la larga lista de adherentes. Para ratificarlo, al ser mencionado en una segunda vez, se alzó el coro “Che Perotti traidor, siempre fuiste gorila la puta madre que te parió”. El apoyo del senador santafesino al acuerdo con los Fondos Buitre fue ampliamente repudiado.
Las presencias
La manzana, completa, escuchó en silencio a Queca. La Madre caminó hacia el escenario, giró y, de frente, hizo presente la memoria de las décadas, las persecuciones y apretadas, los primeros juicios y el indulto, la práctica soledad de los años de plástico y brillantina, la resistencia, la vuelta de los juicios, la compañía de los hijos y de los nietos, todos los años están presentes en el momento. Queca tiene en sí el aura de la toda la historia de la democracia reciente.
“Hoy, en el ocaso de nuestra vida, estamos tranquilas de haber cumplido la misión que nos propusimos, transmitir el sueño inconcluso de nuestros hijos. No solamente el sueño, el proyecto de país”. No hubo melancolía ni patetismo en semejante frase de despedida. Quizás las Madres lograron un destino excepcional, el de ser historia en vida y, por lo tanto, trascendencia. Es muy poco verosímil que vayan a morir. Van a morir, tienen nombre y apellido y, un día, van a morir y sus cuerpos no van a estar en las plazas pero, entonces, van a ser mucho más ciertas las consignas: “Las madres estamos y estaremos hasta el final. Nuestros hijos sabían que no íbamos a fallar” y “No puedo terminar de decir que nuestros hijos están más vivos que nunca. Están acá y en todas las plazas de la república”.
La conclusión del discurso de Queca fue contundente y concreta: “Advertimos a los gobiernos de turno que los organismos de Derechos Humanos y todos los que nos acompañan no vamos a dar un paso atrás en las luchas conquistadas con tanto dolor, sangre y lágrimas”.
Cerca del final, con performance artística y recital de Suma Qamaña, el documento del Foro contra la Impunidad y por la Justicia fijó la imagen: este 24 marzo fue completamente distinto a todos los demás. Entre otros puntos, se destacaron:
- Con la llegada de Macri al gobierno se ha abierto una nueva etapa política en la Argentina. El poder económico local asociado al imperialismo se ha hecho dueño de los principales cargos ejecutivos del Estado. Un gabinete de banqueros y empresarios de las grandes multinacionales en los puestos de gobierno, ministerios y secretarías, nuevamente impulsan políticas neoliberales que tanto sufrimiento le han ocasionado a nuestro pueblo en décadas anteriores. Despidos masivos, quita de retenciones a los sectores del campo y la minería, aumento de los servicios públicos, endeudamiento con los organismos internacionales de crédito para pagarles a los buitres son parte de la política económica y social del gobierno macrista. A todas luces no es más que una descarada transferencia de recursos hacia los grupos concentrados de poder.
- En 1976 los poderes económicos y el imperialismo necesitaron de la dictadura cívico-militar para llevar a cabo sus políticas de entrega y saqueo, lo hicieron tratando de disciplinar a nuestro pueblo con el terror, hoy, 40 años más tarde, Macri intenta hacer lo mismo persiguiendo a los militantes en su lugar de trabajo, derogando por decreto la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, silenciando medios y voces disidentes y reprimiendo a los militantes políticos y sociales organizados. Represión a los trabajadores de Cresta Roja, represión a los despedidos en La Plata y la murga de la Villa 1.11.14, represión a los despedidos en Roca (Río Negro), represión a la Asociación Bancaira. Agresiones con armas de fuego a los locales de Nuevo Encuentro, La Cámpora y el Partido Comunista.
- Estamos frente a un caso gravísimo de criminalización de la protesta social. Milagro Sala se encuentra detenida desde el 16 de enero. Su primera detención fue consecuencia de haber convocado a una manifestación pública en reclamo a medidas de gobierno. Manifestamos que este hecho representa una amenaza a la vigencia de las libertades democráticas y exigimos su inmediata liberación. Milagro Sala es una presa política, no hay fundamento legal alguno para su prisión preventiva, y cualquier investigación en su contra debe desarrollarse sin vulnerar el principio de inocencia ni el derecho a la libertad personal.
- Así como en la década del 70 se implementaron en la región dictaduras militares hoy tratan de imponer una persecución política contra los gobiernos que amplían los derechos populares y no se someten a los mandatos del Norte. Acciones que se implementan a nivel continental como una nueva reedición del Plan Cóndor. El objetivo es difamar y eventualmente encarcelar a los referentes políticos y sociales, a través de campañas mentirosas en los medios de comunicación hegemónicos, y la creación de falsas causas judiciales armadas por un grupo de jueces y fiscales al servicio de los grupos económicos concentrados.
- En este contexto viene a la Argentina en visita oficial, el máximo representante del país que promovió y estuvo detrás del golpe hace 40 años, y hoy financia la desestabilización o el fin de los gobiernos populares en nuestra América. No viene a pedir perdón, sino a respaldar al actual presidente que se muestra como su servidor más complaciente, dispuesto a entregar nuestra soberanía y a hipotecar el futuro de nuestra Patria. Viene a bendecir y certificar el realineamiento de la política exterior argentina, que abandona la construcción de la Patria Grande en nuestra región latinoamericana, y se subordina a las políticas de EEUU.
- Nuestra lucha ha logrado que genocidas y torturadores sean juzgados y condenados, y muchos de ellos estén hoy en prisión, pero advertimos una escalada de hechos que intentan hacernos retroceder para lograr la impunidad de los asesinos. Han sido desmanteladas áreas sensibles del Estado Nacional, muchas de las cuales estaban orientadas a la construcción de Memoria, Verdad y Justicia y a la prosecución de los juicios de lesa humanidad, como parte de una política de Estado.
- Estamos acá en esta plaza y seguiremos estando mientras quede uno solo de los genocidas civiles y militares, suelto y sin castigo. Estamos acá y seguiremos estando mientras los derechos humanos no sean respetados en toda su integridad incluyendo los derechos políticos, económicos, sociales y culturales.