El socialismo descartó, en forma orgánica, sumarse a Cambiemos. “Quedamos solos”, resumió el gobernador Miguel Lifschitz en referencia a la alianza de la UCR con el PRO. Fue el sábado 9 de abril, en su discurso ante el congreso provincial del Partido Socialista. Según Lifschitz, con el nuevo esquema político a nivel nacional “las cosas quedaron más claras”: ubicó al socialismo como la única fuerza capaz de liderar una alternativa progresista en la Argentina y llamó a construir un frente nacional con organizaciones sociales.
El gobernador socialista les pasó factura a sus socios de la UCR por su viraje a la derecha, consumando el año pasado con la conformación del Frente Cambiemos junto al PRO y la Coalición Cívica. Lifschitz llamó a los dirigentes y militantes del socialismo a “construir una alternativa progresista” para disputar el poder a nivel nacional: una suerte de revival del frustrado Frente Amplio, al que el actual mandatario provincial definió como “espacio de amplitud progresista”.
En el documento consensuado por las distintas corrientes internas que participaron del congreso, los socialistas dejaron en claro: “No somos ni seremos parte de Cambiemos. Los socialistas hemos ratificado nuestro rol opositor al actual gobierno. Estamos convencidos de que solo una alternativa progresista ofrece soluciones a los problemas de nuestro país y que siempre los sectores populares se verán perjudicados con reformas pro-mercado”. En el congreso se aprobó de forma unánime la estrategia de abrir el diálogo con organizaciones y movimientos sociales con el objetivo de que “puedan sumarse a este camino de transformaciones en el nuevo contexto social y político del país”.
Además, los congresales ratificaron la pertenencia del socialismo al Frente Progresista en la provincia y señalaron que “representa un proyecto con propuestas serias, responsables y verdaderamente progresistas, sin corrupción”.