Sr. Juez

Sr. Juez, me llegó la boleta de la luz.

Sí, yo sé que con esas pocas palabras alcanza para justificar mi suicidio y que no hacen falta formalidades tales como “quiero aclarar que lo que hice lo hice en pleno juicio de mis actos y nadie más que yo ha sido responsable de…”. Bueno, no sé si nadie más que yo, teniendo en cuenta que yo no fui el que determinó de un día para el otro un aumento del 300% en la tarifa de la electricidad. Pero bueno, usted me entiende, Sr. Juez. Usted entiende Sr. Juez que es preferible tomar una medida drástica y acabar con lo absoluto de una buena vez, en lugar de andar mutilado y sin testículos por la vida. Porque sí, Sr. Juez, la primera idea que se me vino a la cabeza cuando vi el numerito fatídico en la factura fue esa: “me quiero cortar los huevos”, Sr. Juez. Pero no. Después de ver la vida de mi perro luego de haberlo castrado decidí que era mejor cortar de una por lo sano, aunque esta frase sea sumamente ambigua.

Usted me entiende Sr. Juez, ¿no? Encima, por si todavía me quedaba alguna duda, a los cuatro días me llega la boleta del agua. Eso no se hace Sr. Juez; eso es como patear un gato muerto. No era necesario, no. Yo pagaba no más de 25 pesos de agua Sr. Juez, porque vivo en un departamento de dos por dos; y ahora resulta que pago más de 100. Yo de matemáticas, Sr. Juez, no sé demasiado, pero sí sé lo suficiente como para saber que me están rompiendo el upite, como diría mi Nono si estuviera vivo, Sr. Juez, y que así no voy a llegar a fin de mes… al menos no con luz y agua. Y claro Sr. Juez, hagamos cálculos. Yo soy docente y gracias a las paritarias me aumentan el sueldo 35%, Sr. Juez. Si la seño Viviana en cuatro grado no me enseñó mal, hay una diferencia bastante importante entre un 300% y un 35%, Sr. Juez, ¿o no?

Yo sé que usted me entiende, Sr. Juez. Aunque, pensándolo bien, ¿usted me entiende?, ¿usted tiene paritarias, Sr. Juez? ¿O usted puede autoaumentarse el salario sin necesidad de negociar con nadie? Supongamos, Sr. Juez, que usted fuera un miembro de la Corte Suprema de Justicia: ¿con quién negocia aumentarse el sueldo a unos 113 mil pesos mensuales, Sr. Juez? ¿Con nadie? ¡Qué suerte que tiene usted Sr. Juez!… aunque bueno, ¡lo que debe pagar de Impuesto a las Ganancias, eh! Ajá. Que tampoco paga Impuesto a las Ganancias. Bien. ¿Ahora entiende por qué me quiero hacer un harakiri, Sr. Juez? Me queda el consuelo de saber que usted también va a pagar la luz, Sr. Juez, y no se va a andar colgando como hacen los linyeras que comen de la basura y… ¿Cómo dice? ¿Qué el Juez Saurín, que vive en el barrio residencial de Guadalupe, se colgó de qué cosa? ¿Usted me está hablando del mismo juez que archivó la causa contra el ex gobernador Carlos Reutemann por las siete muertes en la provincia durante diciembre del 2001? ¿No me está cargando, Sr. Juez? Mire, basta Sr. Juez, porque al que le están dando ganas de colgarse es a mí, pero de las bolas y en el Puente Colgante.

Sr. Juez, yo ya no voy a estar más en este mundo, pero le pido que al menos frene los posibles aumentos del gas. Sin luz, vaya y pase… sin agua; y bueno, mucho desodorante y a esperar que llueva… pero sin gas, no, Sr. Juez. Yo no sé prender fuego raspando piedritas, Sr. Juez, ¿Cómo voy a tomar mate sin gas, Sr. Juez? Aunque ahora que se puso de moda la “paleodieta”, podemos empezar a implementarla. Comer lo que comían los cavernícolas no es una mala idea, más teniendo en cuenta que sus expectativas de vida no superaban los 35 años de edad… que es más o menos lo que va a pasar con nosotros si seguimos de aumento en aumento. Visto de esa manera, yo ya sería un anciano y debería ir dejándole lugar a los más jóvenes para que puedan empobrecerse en paz. Ergo, está bien que me mate… de una manera barata y efectiva, porque si no me alcanza la plata para la luz, menos me va a alcanzar para comprar balas, vio Sr. Juez.

No trate de persuadirme Sr. Juez, la decisión ya está tomada. Además, seamos sinceros Sr. Juez: es preferible un indignado deprimido, a oscuras y muerto, que uno que salga a la calle a reclamar y, en el mejor de los casos, romper todo; incluidos sus privilegios, Sr. Juez; sobre todo sus privilegios, y los de sus amigos, Sr. Juez.

Publicada en Pausa #169, jueves 31 de marzo de 2016